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viernes, 29 marzo, 2024
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Tortas japonesas

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Por: HERÓN EDUARDO DOMÍNGUEZ • Admin •

Como no podía ser de otra manera, más allá de las que suelen asaltarnos ante esta suerte de acontecimientos, el deceso de don Julio Scherer nos reafirma o conduce a nuevas conclusiones; una de ellas la grandeza indudable del licenciado Peña Nieto, quien vía ciberespacio lamentó la desaparición de quien lo llamara mendaz, corrupto y corruptor; y la escasa concordancia de sus ejecutores, quienes en el mismo espacio que su patrón, algunos bajo el nombre propio y apellido, la inmensa mayoría bajo seudónimos que lejos de ocultarlos los evidencian, hicieron al difunto, y sobre todo a su legado, blanco de calumnias, denuestos y amenazas altamente soeces.

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Este asunto de los secuestrados, y eventualmente ejecutados e incinerados de Ayotzinapa, por una abstracción que a semejanza del dios de los cristianos pareciera ser está en todas partes sin que nadie, particularmente las autoridades pagadas para combatirla, pueda verla, genéricamente conocida como “Crimen Organizado”, nos coloca ante un irresoluble dilema: según los dictámenes e investigaciones de físicos y periodistas altamente acreditados, resulta verdaderamente imposible hayan, los restos de los normalistas desaparecidos, sido, según los físicos, reducidos enteramente a cenizas en un basurero, o, según los periodistas, en un crematorio particular; por lo que no quedan al efecto sino los crematorios del Ejército Mexicano, mismos que según el vocero de la benemérita institución, general brigadier Martín Terrones Calvario, ¡no existen!; “sin embargo –asienta ayer nuestro periódico-, la propia información proporcionada por la Sedena en sus páginas de Internet señala lo contrario, y ofrece servicios de incineración a sus empleados.” http://www.henm8893.com/armada/prestaciones/guia_prestaciones.pdf.; lo cual es corroborado por el general en retiro Juan Francisco Gallardo, quien afirma conocer el sitio exacto de dichas instalaciones.

Las cosas así, no podemos sino preguntarnos: ¿A quién creer Dios mío; a quién?

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Imposible no disentir del encabezado de la edición correspondiente al sábado pasado de La Jornada Zacatecas: “Fracasa la reinserción social en los Ceresos de Zacatecas, revela diagnóstico de CNDH”.

Y es que con perdón de la CNDH resulta imposible fracasar en algo que no sólo nunca se ha intentado, sino aun como idea rondado mente alguna. ■

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