3.4 C
Zacatecas
jueves, 28 marzo, 2024
spot_img

‘Camino de jade y azul’, o la búsqueda frente al eterno retorno

Más Leídas

- Publicidad -

Por: NATALIA DE LA ROSA •

La Gualdra 498 / Camino de jade y azul / Arte

- Publicidad -

Poco después del fallecimiento de nuestro padre, Juan Manuel de la Rosa (1945-2021), el pasado 15 de julio, encontramos un manuscrito que expone la idea central de un mural y espacio de contemplación, que llevaría el título de Camino de jade y azul (2021). Esta bella, potente e inconfundible caligrafía expone: “Espacio de reflexión, concepto de integración (espacio, idea, plasticidad); de la zacateneidad a partir de la pintura abstracta, que logró prestigiar y posicionar dos grandes pintores considerados los mejores de México: Pedro Coronel y Manuel Felguérez”. Continúa el documento: “Esta corriente (la abstracta) permite tener muchas lecturas e interpretaciones, en este caso con un lenguaje o alfabeto plástico de símbolos y formas que remiten, como decían Mario Molina o José Emilio Pacheco, al desierto que hemos creado”. Estas palabras dan sentido a una obra que se concibió con barro zacatecano (acaso el mejor para fines artísticos, explicó el artista), trabajado a partir de la cerámica en la técnica del rakú en el taller Miraluna, y coordinado por Karina Luna y Leobardo Miranda. Fue acompañado por la inclusión de 5 piedras intervenidas y trabajadas (4 de jade y 1 de cristal de piedra) en colaboración con Lázaro Martínez y unas bancas en madera de álamo, producidas a la medida del edificio por Antonio Díaz Soto. 

Este desglose también evidencia aspectos fundamentales para entender este mural y la obra misma de De la Rosa. Por una parte, da sentido a la concepción del proyecto como una pieza que entrecruza la labor plástica con la de los oficios, en este caso la cerámica, el labrado en piedra y la carpintería. No se puede remitir a la práctica de este artista nacido en Sierra Hermosa, Villa de Cos, sin subrayar la labor conjunta y aprendizaje de la mano de los y las artífices, acción complementada en otras obras por el trabajo con plateros, doradores, fundidores, textileras, herreros y las mismas, como denominó, artífices del papel. Por otra parte, remite a la naturaleza de la propuesta, centrada en generar una conexión entre, añade el escrito, “arte y silencio”.

¿A qué se refiere De la Rosa en estas notas cuando remite a que esta pieza monumental refiere a la zacatecaneidad? Cada uno de los artistas más destacados nacidos en este Estado reflejaron de alguna forma la relación con el entorno o su contexto de vida: Julio Ruelas, reflejó un inconfundible comentario sobre la incertidumbre finisecular a partir de una iconografía funesta; Francisco Goitia, fue el cronista más destacado de la Revolución, a través de sórdidas y potentes escenas de paisajes; Pedro Coronel, conjugó por medio de la forma y color toda la fuerza de su interior; Manuel Felguérez, experimentó con la materia, la técnica y el gran formato y así alcanzar un lenguaje pictórico que desde lo geométrico, el fragmento o el trazo, y generar también un comentario respecto a la serialidad, el movimiento y las relaciones entre luz y sombra.

De la Rosa, a través de una trayectoria consolidada, ya formaba parte de esta genealogía del arte zacatecano y nacional. Dialogó con cada uno de estos artistas de alguna manera. Puedo asegurar que fue uno de los mejores grabadores mexicanos de los recientes tiempos, con una técnica impecable y una labor sobre las placas que recuerdan labor de Ruelas. De ello dan cuenta galardones obtenidos en los años de formación, tras estudiar en la Universidad de Nuevo León y la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, y después de haber sido alumno del miembro del Taller de Gráfica Popular, Isidoro Ocampo, a través de la obtención de los reconocimientos del Primer Premio de Grabado La Esmeralda (1967) y el Premio Nacional de Grabado de Aguascalientes (1969). Este fortuito encuentro con el grabado dio paso al estudio en diversos ateliers, como fue el Clot et Bramsen (París) y el taller de Dimitri Papagueorguiu (Madrid), hasta llegar a colaborar en varias ocasiones en el taller de impresión Stamperia d’Arte Grafica 1 de Giorgio Upiglio (Milán), en donde realizó una de sus mejores producciones en el medio gráfico.

Respecto a Goitia, De la Rosa comparte con este místico una obsesión por el paisaje del desierto. Una de las cualidades de Goitia es que sus escenas permanecen en la mente debido al impacto que generan. Cuando una viaja por las carreteras zacatecanas comienza un ejercicio de reconocimiento del imaginario goitiano: los silos, las yucas, la sequía. Este mismo ejercicio sucede con la obra de Juan Manuel de la Rosa: el azul intenso del cielo, el almagre de la tierra, la Sierra de Sarteneja, las construcciones del semi-desierto o el Trópico de Cáncer aparecen constantemente en su repertorio y, como mencionó en alguna de sus últimas entrevistas realizadas, “cuando alguien visita Zacatecas o quiere conocer Zacatecas, lo conoce a través de mi pintura”.

Respecto a Coronel, existió un diálogo vinculado a la investigación cromática y la creación de una simbología personal para expresar un pensamiento o sentir interno. Mientras que con Felguérez, la experimentación y el juego con la monumentalidad (del lienzo al mural) fue algo que como creadores compartieron. Por supuesto que la abstracción, como observamos a partir de esta obra, resulta un aspecto común que la práctica de De la Rosa consolidó durante toda su trayectoria.

Me centraré en entender la experimentación en este artista. La producción de De La Rosa, posteriormente al estudio de la gráfica, se centró en el quiebre de la superficie pictórica, estrategia habitual en el arte de las décadas de 1960 y 1970. Fue así que del grabado (la mezzotinta, la punta seca, el aguafuerte) se introdujo en el movimiento denominado como la “revolución del papel”, de modo paralelo que Antonio Dias en Brasil o Norma Zárate en Colombia. En Francia, Egipto, Japón, entre los años setenta y ochenta, y a partir del lino, la morera, el algodón, el amate y el papiro, comenzó una búsqueda que no terminaría nunca, dedicada a encontrar los secretos de ese invento milenario. Uno de los momentos más destacados aconteció en el Departamento de Santander, Colombia, a partir de la invitación que Belisario Betancourt le extendió para fundar en 2001 el taller de papel en la Fundación San Lorenzo de Barichara, que junto con el Museo Comunitario de Sierra Hermosa (2000), fueron los dos grandes logros artístico-pedagógicos del artista zacatecano. En este pequeño poblado andino De la Rosa desarrolló junto con sus alumnas una técnica para producir papel de fique y piña, que posteriormente observamos de manera constante y orgullosa en muchas sus obras tardías.

Paralelamente a la investigación del papel, la experimentación de este creador se centró en acudir a otra raíz, la de la técnica pictórica, a partir del estudio de manuales diversos con el fin de encontrar fórmulas precisas (técnica veneciana, temple, encáustica) e ir en búsqueda de los pigmentos naturales: la cochinilla (tlapanochestli), el añil, palo de Brasil, caracol púrpura marino Tixinda. A partir de estos elementos generó un diccionario y semántica capaz de remitir a la diáspora que encarnó, y que comparte con muchos de los campesinos de estas tierras. Conformó un imaginario que expuso a través de trazos, imágenes, colores, símbolos y materiales que configuraron una amplia y diversa producción.

El mural y espacio de reflexión Camino de jade y azul resulta la síntesis de toda una búsqueda y un desplazamiento. La cerámica fue una de las disciplinas que siempre acompañó la producción de este artista zacatecano. Colaboró siempre con los talleres más importantes (últimamente con Claudio Jerónimo López en Oaxaca), y finalmente, con Karina Luna en Zacatecas. Con cada ceramista la complicidad y el intercambio de secretos fue una constante. Al final de su vida, encontrar un taller en Zacatecas y una interlocutora como Luna, abrió el horizonte para enfocarse en la elaboración de murales escultóricos, especialmente en rakú de alta temperatura. De ello dan cuenta ejemplos anteriores elaborados para colecciones privadas y últimas exhibiciones públicas, como fue Diáspora personal, llevada a cabo en el Museo Saturnino Herrán de Aguascalientes.

Los símbolos que observamos en esta obra son la síntesis un vocabulario personal. Resultan los últimos trazos, el último ímpetu, el último aliento de un artista. El mural fue concebido hace por lo menos más de un año a partir de la configuración conceptual de un espacio integral donde dialoga la plástica-mural, la escultura y la arquitectura. Este trabajo actualiza, de alguna forma, la tradición de arte público en México al tiempo que dialoga con otras arquitecturas para la reflexión. Este emplazamiento resulta finalmente un paisaje, un jardín del desierto. Se vincula a los acercamientos escultóricos al aire libre de Isamu Noguchi, o al jardín Ryoan-ji japonés en Kyoto, en los que las rocas y las piedras dispuestas generan un haiku ambiental. También está relacionado al trabajo del arquitecto portugués Álvaro Siza, creador que explora el uso de piedra y cerámica para el desarrollo de formas simples. Así, De la Rosa, confirmó un diálogo desde la abstracción y su posibilidad del lenguaje universal, al tiempo que se centró en la materialidad y referencia absoluta al desierto, a través del barro zacatecano y del jade que remite a la zona del Chalchihuite.

Para finalizar, quiero reiterar que esta obra es la conclusión de una búsqueda constante hacia un retorno obsesivo al territorio. La poesía visual de De la Rosa, la añoranza y las imágenes de su infancia en Sierra Hermosa que lo persiguieron toda la vida encuentran un final en este lugar; y remito a Salvador Espriu: concluyen en un cántico y un templo dedicado a esos caminantes perpetuos, a esos nómadas y a lo/as hijo/as del desierto, a manera de un amor profundo y un desesperado dolor por una salvaje tierra.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_498

Juan Manuel de la Rosa, Camino de jade y azul, Palacio de Gobierno, Zacatecas, 2021. Foto de Natalia de la Rosa
- Publicidad -
Artículo anterior
Artículo siguiente

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -