“El golpe de estado de hace 50 años en Chile nos ofrece un espejo para pensar muchas de las problemáticas que afectan a México y América Latina, en particular la importancia central que tiene consolidar la independencia política, el tener la soberanía sobre los recursos naturales y un control sobre el destino que se quiere para un país en el que se priorice, más allá del beneficio individual o privado, el beneficio colectivo”, consideró en entrevista con La Jornada Zacatecas, el historiador zacatecano Veremundo Carrillo-Reveles en el marco de la conmemoración del 50 aniversario del Golpe de Estado en Chile, acaecido el 11 de septiembre de 1973.
Para el experto en las relaciones internacionales entre los países de América Latina, la conmemoración del Golpe Militar en Chile que significó el fin del gobierno y la trágica muerte de Salvador Allende; es importante para reflexionar y ver hasta qué punto pueden llegar “fuerzas oscuras” identificadas con movimientos conservadores y con la ultraderecha, para poner fin a los movimientos que buscan transformaciones sociales radicales.
Y es que el autor del libro “México en la Unión de las Repúblicas Americanas. El Panamericanismo y la política exterior mexicana, 1889 -1942”, considera que es importante recordar que cuando Allende llegó al Gobierno de Chile lo hizo representado a un colectivo de grupos políticos reunidos en torno a una unidad popular que buscaban una transformación profunda para el país andino, y entre los proyectos más relevantes que tenían era el de carácter minero que buscó y consiguió la nacionalización de la industria del cobre, cuya explotación estaba a cargo de empresas trasnacionales que movían la cotización del producto y los ritmos de explotación de acuerdo a sus intereses.
De igual forma, destacó el proyecto de Allende para impulsar una reforma agraria para modernizar el campo chileno que en ese momento estaba explotado por latifundios, previendo con esto una nueva concepción de la propiedad agraria que tendría implicación en las comunidades rurales y también en la economía chilena.
Asimismo, el especialista nombró también la importancia de que Allende buscó reivindicar la soberanía y la economía plena de su política exterior en un mundo que estaba inmerso en la Guerra Fría y Chile, consciente de esto, buscó su autonomía primordialmente frente a Estados Unidos, lo que generó una animadversión severa en varios sectores estadounidenses y, en particular, del presidente Richard Nixon, pues la postura del mandatario chileno fue siempre la de reivindicar el principio de libre determinación de los pueblos y la soberanía de las naciones.
De igual forma, Carrillo-Reveles recordó que Salvador Allende y el Gobierno de la Unidad Popular quisieron poner algunos candados a las inversiones extranjeras para garantizar que no afectaran la soberanía chilena y esto, con las otras posturas políticas mencionadas, provocaron que se conjuguen una serie de elementos en contra que derivan, primero en un bloqueo de Estados Unidos, luego en un sabotaje interno por parte de empresarios y las oligarquías, y finalmente en el Golpe Militar de Augusto Pinochet que recibió apoyo externo.
El Golpe Militar en Chile, un tema vigente
Para el historiador, el Golpe Militar de Augusto Pinochet y la caída del Gobierno de la Unidad Popular que encabezaba Salvador Allende sigue siendo un tema sumamente vigente, pues en el caso de México aún se debate sobre la soberanía que debe existir en torno a los recursos minerales como el petróleo y uno de los casos más recientes como es el del Litio, con el que el Estado mexicano, previendo que puede ser un recurso estratégico de cara hacia el futuro, ha buscado tener la soberanía sobre éste.
“Este espejo que nos ofrece el Golpe Militar en Chile a partir de las causas es muy importante para reflexionar acerca de estos temas relevantes sobre la soberanía de los recursos naturales, sobre la importancia de incentivar el campo y, sobre todo, de generar condiciones para una economía que beneficie a las mayorías, en cuanto a la parte positiva. Pero también este espejo nos ofrece la brutalidad que pueden generar las reacciones de quienes se oponen a estos proyectos de transformación”, dijo.
Un ejemplo de esto último, advirtió, se está viendo en el surgimiento de la ultraderecha negacionista en Argentina, donde se está promoviendo la negación de los horrores de la dictadura militar. “Y lo que vemos en este espejo es la manera en que se pueden articular las oligarquías para oponerse a esos proyectos y se puede dar el caso que deriven en golpes de estado y no sólo militares, propiamente, como se ha dado en el caso de Perú, mientras que en Guatemala también puede ocurrir, con el desconocimiento del triunfo del movimiento Semilla.
Memoria y resistencia
En Chile, expuso Carrillo-Reveles, se vive una batalla intensa por la memoria, pues recientemente se dieron a conocer encuestas en las que uno de cada cuatro chilenos se ve interesado por el golpe militar que ocurrió hace 50 años, situación que preocupa a sectores de la izquierda porque las nuevas generaciones no tienen interés en la memoria e incluso, pretenden matizar o invisibilizar “las gravísimas” violaciones a los derechos humanos y la violación al orden constitucional.
No obstante, detalló finalmente, desde el arte se ha dado una forma de resistencia al olvido con esfuerzos desde el cine, la literatura y la pintura, que buscan recalcar que esto ocurrió y no se puede olvidar. “Obviamente hay generaciones que siguen recordando esto y es vital mantenerlo en la memoria por el impacto que tienen los debates actuales, pero sí se está viviendo de una manera severa”, concluyó.
