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jueves, 28 marzo, 2024
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Más del 20 % de solicitantes de créditos en Semujer cuentan con negocios establecidos

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Por: REDACCIÓN •

Más del 20 por ciento de las zacatecanas que piden créditos a la Secretaría de las Mujeres son empresarias que tienen negocios establecidos; el resto de las solicitantes tiene una idea de negocio y se les asesora para que elaboren su proyecto productivo, informan en un comunicado.

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La titular de la dirección de Fomento de Programas Productivos, Maricela Cerros, señaló que el apoyo que la Semujer brinda a las zacatecanas se da en colaboración con el Centro de Incubación y Desarrollo Empresarial de la Universidad Autónoma de Zacatecas (CIDE-UAZ).

Dijo que la asesoría brindada por la incubadora de la UAZ para el inicio, ampliación o fortalecimiento de las empresas de zacatecanas que acuden a la Semujer no tiene costo, derivado del convenio de colaboración signado entre ambas instancias, desde hace algunos años.

Al referirse al servicio que se brinda a las emprendedoras en la incubadora de negocios, el universitario y capacitador, Rafael Ismael Trejo, dijo que un equipo de especialistas las guía en la elaboración de los proyectos y la planeación del negocio.

La diferencia entre una microempresa informal y una empresa grande es la planeación y la perseverancia, subrayó el asesor de las emprendedoras apoyadas por Semujer.

Sin embargo, consideró que el primer paso que deben dar las mujeres para lograr el éxito de sus empresas «es que se la crean» y que visualicen su negocio a cinco o más años, de tal forma que desde ahora comiencen a trabajar en ello.

Las mujeres que inician sus negocios tienen particularidades que las hace diferentes del resto del sector empresarial, pues tiene una doble carga: la manutención familiar y la operación de la empresa para conseguir recursos económicos.

El principal motivo de las zacatecanas para emprender un negocio es la necesidad económica, pero ya se trabaja con ellas para «cambiarles el chip» y lo hagan por satisfacción personal, crecimiento emocional y autorrealización.

Este cambio de cultura también incluye la modificación de sus ideas para que verdaderamente se sientan empresarias y no vean sus proyectos como «la tiendita, el changarrito o la empresita».

Tener esa concepción habla de «operaciones chiquitas, ingresos chiquitos y mentalidad chiquita», que no deben tener, porque en la medida que se trabaja y se proyecta a futuro el negocio crece, acotó Trejo.

 

 

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