La Gualdra 254 / Literatura
Cuatro subgéneros distintos: el maravilloso, el fantástico, el horror y la ciencia ficción. Muy parecidos, ya que tienen fronteras que se pueden detectar con un poco de criterio para distinguir sus elementos. En lo maravilloso convive todo aquello que puede someterse a ciertas reglas y costumbres; en lo fantástico lo sobrenatural irrumpe en la realidad como un evento ilógico, inesperado, que va a cambiar por un momento lo habitual y cotidiano de la vida aún cuando la razón no pueda explicar el acontecimiento; mientras que en el horror, lo sobrenatural irrumpe, al igual que lo fantástico, de una manera violenta, casi trágica, que arrasará con la razón y la coherencia del mundo, impregnando en la psique un miedo absoluto; por su parte, la ciencia ficción es un vistazo al futuro y al universo.
La atmósfera de la obra shakesperiana Sueño de una noche de verano, donde lo irreal se presenta como un mundo aparte, con sus propias leyes, que aparece como una ilusión por un lapso ante el espectador, es un ejemplo de lo maravilloso; la del cuento de R. L. Stevenson, El diablo en la botella, donde lo diabólico aparece e impacta en la vida humana, pero donde siempre queda la posibilidad de que lo normal restablezca su curso, sería un ejemplo de lo fantástico; mientras que la atmósfera de El color que cayó del cielo, donde lo maligno se apodera de un pueblo provocando destrucción y muerte como una rara enfermedad en un cuerpo sano, es un claro ejemplo del horror.
Existe además el subgénero de la ciencia ficción que también se puede confundir con los anteriores. Si pensamos en La guerra de las galaxias podríamos acercarnos a lo maravilloso, pues en una galaxia lejana existen seres con sus propias leyes y normas, sus hábitos y culturas; La guerra de los mundos nos acerca a lo fantástico, un evento que emerge y cambia la realidad; y probablemente Odisea del espacio 2001 se acerque al horror al igual que Crónicas marcianas, pues tienen un fuerte impacto en la psicología, tanto de los personajes como en el lector. No obstante, los ingredientes de la ciencia ficción son otros al igual que sus escenarios, según Juan José Plans.
Por definición la ciencia ficción es separada de lo maravilloso, lo fantástico y el horror por el hecho de que el mundo que se planeta en esta narrativa contiene elementos que podrían ser factibles en la realidad, sólo que en el futuro debido a que las condiciones y el contexto que le permiten ser sólo puede vislumbrarse desde el presente propio. Y tan así es, que se han hecho muchas predicciones con este subgénero, tales como los viajes espaciales, la creación de un submarino, como en el caso de Verne; el desarrollo de la tecnología que antes parecía imposible como comunicarse mediante una pantalla o la robótica; o bien, el avance de la clonación.
Estos subgéneros son de las cosas más atractivas que tiene la literatura. Hay algo en lo humano, un morbo o una fascinación por lo desconocido, que nos atrae de manera fascinante, quizá por nuestra naturaleza curiosa, o quizá porque en algún momento de nuestra evolución efectivamente convivimos con lo otro, con lo sobrenatural, cuando los dioses caminaban entre nosotros, la magia nos rodeaba por todas partes y los espíritus eran algo a lo que se podía acceder mediante ancestrales ritos.