- Los montos que reciban los ciudadanos tendrían que ser “suficientemente razonables”: Soto
Implementar la renta básica universal en México, opción por la que se ha pronunciado a favor el economista Julio Boltvinik Kalinka, requeriría una política económica distinta a la actualmente centrada en la austeridad del gasto. Debe ser asimismo fiscalmente agresiva, “donde deben pagar los que más tienen”, y planeada meticulosamente, dijo Roberto Soto Esquivel, docente-investigador en la Unidad Académica en Estudios de Desarrollo de la UAZ.
El especialista en finanzas observó que es una propuesta heterodoxa que busca dotar de un ingreso a todas las personas, aunque mencionó el caso de Japón donde aquellas de muy altos recursos, rechazaron recibirla.
Su importancia radica justo en su cualidad de “universal”, dijo, pero también en que los montos que reciban los ciudadanos sean “suficientemente razonables” para que puedan estimular el mercado interno y generar así efectos multiplicadores, esto es, incentivar el consumo.
Este tipo de programas además, no tienen efectos adversos en variables como la inflación o el déficit público, observó.
La renta universal básica ha surgido en el entorno capitalista “porque el sistema ha fallado en dotar de un ingreso digno a la población”, explicó Soto Esquivel.
Programas como el actual Prospera, antes Oportunidades o Solidaridad en México, son nombres que se le han dado a lo que se conoce como “transferencias monetarias”, pero al ser focalizados en algunos sectores sociales no tienen la cualidad de universales.
Los recursos para la renta universal básica “se pagaría sola” si se opta por ella en lugar de ofrecer “apoyos infructuosos”, justo como Prospera, o se reducen las elevadas inversiones que se han hecho en seguridad sin los resultados deseados y que suman compra de “armas, vehículos, helicópteros, municiones, etc.”, o bien, los sueldos y prestaciones de los políticos; eliminando también las erogaciones suntuarias para crear “una bolsa fuerte” que permita iniciarla en el país, pero “con la política económica actual sería imposible, porque sólo se busca aplicar esquemas de austeridad”, advirtió.
Se requería asimismo, “una buena planeación del gasto” que contemple la etiquetación de los recursos para este propósito.
En Finlandia, trajo el ejemplo, se realiza un programa piloto que entrega a 2 mil personas “tengan o no trabajo”, un ingreso de 560 euros mensuales.
“Se supone que quieren saber cómo viven, si encontraron trabajo o iniciaron alguna empresa individual, y qué afectaciones puede tener para las finanzas públicas. Es decir, algo tan importante no puede aplicarse así al ‘se me ocurrió’”.
La duración de este programa se ha planteado a dos años, tras los cuales se evaluarán los resultados. En cambio, en nuestro país “casi todas las políticas han sido ocurrencias sin un verdadero análisis económico, financiero y social”, dijo Roberto Soto Esquivel.
Dijo sobre la propuesta ya iniciada ante el Congreso de la Unión y que fue citada por Boltvinik Kalina en su conferencia magistral ofrecida en días pasados en Zacatecas, de situar la renta universal básica en mil 700 pesos, que le parece poco y podría ser mayor.
Aunque hay diferencias marcadas entre la economía mexicana y otras que han implementado o buscan implementar la renta universal básica, las comparaciones con los casos internacionales son valiosas porque se ha calificado a este tipo de programas como “populistas”, “¿pero si en esas naciones desarrolladas se aplican, por qué no en países como el nuestro? La propuesta no es mala, pero debe planearse muy bien”, dijo.
