La Gualdra 676 / Arte
El 4 de julio regresó Javier Marín a Zacatecas. Participar en el “Jubileo de los artistas y la cultura” fue el motivo y las actividades que se llevaron a cabo tuvieron que ver con la intención de la Iglesia Católica de acercarse a la comunidad de creadores en el Estado. Desde hace unos meses, el presbítero Juan Diego Chávez, encargado de la Pastoral Educativa de la Diócesis de Zacatecas, se coordinó con el Clúster Turístico y Cultural de Zacatecas para organizar un evento en el que la fe y el arte se unieran en la Catedral, ese espacio en donde la belleza del retablo resulta por demás inspiradora.

Fue en 2010 cuando el retablo de su autoría finalmente fue develado en esta ciudad, pero el proceso había iniciado dos años antes, cuando la Lic. Amalia García Medina, en aquel entonces gobernadora de Zacatecas, habló con el artista para motivarlo a la realización de esta obra monumental que contó con el patrocinio de Gobierno del Estado de Zacatecas y de empresas mineras que donaron el oro que recubre el retablo al que la poeta Elsa Cross se refiriera de esta manera en su texto “Retablo”, publicado por Terreno Baldío Arte:
“La línea en ascensión multiplicada rompe su movimiento rectilíneo en volutas y giros, sus tersos pliegues en furia arrebatada, su silencio simétrico en pasión.
Cada figura emerge como un grito, con gesto incontenible; cada imagen se yergue distendiendo del pie a la cabeza una visión de fuego, una añoranza que se agota en la presencia pura que la invade, la cubre, la sostiene.

Cada línea se abstiene de perderse.
De la tierra materna se levanta a la paterna gloria—o discurre al revés y es luz que baja.
Son rayos paralelos que descienden o vértices basálticos creciendo hacia la inmensidad.
Son cactos verticales en la faz del desierto, o los tubos de un órgano en fuga que trastoca sus tersos argumentos, sus limpias notas en materia ferviente, con la irrupción de un cuerpo, de un peso y un volumen, con sus proclamaciones exaltadas: el ceño altivo, la fuerza del mentón, el ademán que invoca o que conmina al ángel o al demonio.
En colmena recóndita selladas las figuras irradian el fuego que contienen. Son paradigmas claros o enigmas que se cierran. Son alveolos purísimos de luz como el santo Francisco, o agazapada sombra como el dominicano manto negro con su estela de horrores y su tea ensangrentada.
Son sólo un claroscuro.
Cada figura emerge del silencio, de la quietud geométrica, para encarnar las formas de la fe. Cada figura santa es vulnerada por un golpe de gracia, un toque del espíritu, una punta de lanza en el costado, un aguijón de fuego empujando sin tregua a la tarea escueta y sobrehumana, o al dolor inhumano, o a la grave oración penitencial.
La voz en el desierto—ay, sequedad del viento entre los labios.
Los estigmas abiertos—ay, carne traspasada sin piedad.
El mandato brutal—la cruz que ha de empuñarse como espada.
Y la gracia sin fin en el Niño que enciende la sonrisa, al abrigo del santo, cuando mira en el mundo que sostiene su propio suave rostro; en la Virgen que asciende, toda llena de gracia, con el vuelo y revuelo de su manto, la faz transfigurada.
Y en el fondo las líneas verticales. Son el plano infinito, el fondo primordial que en las formas finitas se desdobla, los hilos de la trama que da orden y fin al universo.
Son el Verbo divino del que se configuran las criaturas, toman su nombre y forma, existen en el tiempo y se disuelven cuando irrumpe lo eterno”. (1)
15 años pasaron para que Marín regresara a reencontrarse con esta obra que fue decisiva para ser considerado para realizar un proyecto para la fachada de la iglesia de la Sagrada Familia de Barcelona; él, junto con los artistas Miquel Barceló y Cristina Iglesias se encuentran actualmente generando la propuesta artística para la fachada de la Gloria de este templo que iniciara el arquitecto español Antoni Gaudí (1852-1926) y que ha sido considerado como una obra maestra -la parte construida por Gaudí fue declarada en 2005 patrimonio de la humanidad por la Unesco-. El Patronato de la Junta Constructora eligió a estos artistas para que propusieran el diseño del principal acceso a la iglesia, y a finales de este año decidirá quién o quiénes de ellos finalmente harán este trabajo durante los próximos 10 años.

Javier Marín llegó a medio día del 4 de julio a la catedral acompañado de Eduardo Mier y Terán -su representante-, quien es director de Terreno Baldío Arte en la Ciudad de México, con la intención de verificar en dónde se instalará una cédula informativa del retablo. Por esa misma razón, estuvo acompañado de personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia que supervisó el material de la placa, sus dimensiones y determinó en qué espacio finalmente quedaría instalada.
La cédula contiene el nombre del autor Javier Marín; la fecha de creación: 2010; el nombre de quienes hicieron el proyecto arquitectónico -Claudio Gantous y Christian Gantous-; las dimensiones: altura 16.5 m. / ancho 9.75 m. / fondo 1.70 m. También, que la obra está conformada por 514 prismas modulares de abedul finlandés, acabados con hoja de oro de 24 quilates, bruñido a mano; que las esculturas son de medidas variables y realizadas en bronce a la cera perdida; en cuanto a los sitiales para canónigos, que están hechos en duela de ingeniería de roble europeo y bronce a la cera perdida (medidas variables); que la mesa del altar está realizada en bronce a la cera perdida y mármol rojo Alicante (310 x 100 x 10 cm.); y que para el presbiterio se utilizó duela de ingeniería de roble europeo con un espesor de 2 cm., y ancho de 30 cm. con largos variables.

Ese medio día del viernes, Javier Marín mencionó que ese reencuentro con su retablo lo sorprendió, que aunque tenía claro cómo era, algo había cambiado en su percepción, pues ahora lo veía de una manera distinta a cuando quedó instalado hace tres lustros, que iba “envejeciendo bien” y que el paso del los años le había favorecido. En la catedral, fue muy emocionante ver cómo la gente que se encontraba ahí lo reconocía y se acercaba a platicar con él y nos hizo recordar cómo, cuando Manuel Felguérez vivía, era igualmente abordado por la gente para saludarlo a su paso cuando visitaba la ciudad.
Por la noche, a las 19:00 horas, el Obispo de Zacatecas, Monseñor Sigifredo Noriega Barceló ofreció una misa en la que estuvieron presentes varios artistas entre los que identificamos a pintores, grabadores, fotógrafos, escritores, actores y directores de teatro, músicos, así como a galeristas, directores de museos y gestores culturales. El Obispo habló de la importancia de los artistas y de cómo colaboran en la sensibilización y cohesión de la comunidad, y recordó a los artistas que han fallecido recientemente, entre otras cosas, durante la celebración en la que también participó un coro diocesano.

Al finalizar la celebración eucarística, tanto el Obispo como el presbítero Guillermo Cabrera Bautista participaron en el encuentro sobre el retablo y su valor artístico y litúrgico. La intervención del padre Cabrera estuvo enfocada a describir de manera detallada cómo está conformado el retablo y quiénes son los personajes representados en las esculturas que lo integran; y también compartió datos sobre la simbología que puede uno identificar en cada uno de los detalles desde el piso del presbiterio hasta la parte más alta del retablo.
Luego de la intervención del padre Guillermo Cabrera, inició una sesión de preguntas y respuestas; eso dio pie para que el público entablara un diálogo con Javier Marín, quien al responder a algunos cuestionamientos, habló sobre el impacto barroco que hay en el retablo, sobre el movimiento que parecieran tener ciertas piezas escultóricas, y sobre cómo los prismas fueron concebidos así porque quería que “tuvieran un juego importante con la luz; desde el momento en que los prismas están en esta colocación en diagonal se produce un juego con la luz que es cambiante todo el tiempo; a mí me interesaba que en este sentido el retablo cobrara vida y ese juego está relacionado con la luz que cambia y da esos reflejos; tiene que ver también con el movimiento ascendente”, dijo el artista, quien también hizo referencia a las estrías de las columnas de catedral, pues tuvo presente desde el inicio que su intervención “tuviera un buen diálogo con lo preexistente, todo esto lo tomé en cuenta al momento de diseñar los elementos de composición que iban a sostener a las imágenes escultóricas”.
En cuanto al reflejo de los prismas y el juego que hacen con la luz de día, Javier Marín apuntó que “este reflejo, la parte que hace una especie de resplandor alrededor de la virgen sucedió y lo vimos cuando ya estaba terminado; se calculó el retablo como un elemento exento del muro de atrás y se tomó en cuenta la luz que entra por la ventana”. Esto nos motiva a ver con nuevos ojos el retablo, la idea es que ahora podamos observarlo, en diferentes momentos del día, para ver cómo ese resplandor cambia conforme la luz del sol aumenta o disminuye su intensidad.
En la sesión de diálogo también hubo una pregunta relacionada con si había un documento técnico que especificará qué hacer en un futuro en caso de que el retablo requiera restauración o mantenimiento; fue muy esclarecedor saber que al finalizar la instalación del retablo se entregaron los documentos e informes técnicos tanto a la Diócesis como a Gobierno del Estado en donde está esa información que debe tomarse en cuenta cuando se requiera.
Al terminar ese encuentro que se extendió hasta pasadas las 10 de la noche, nos trasladamos a la Galería Episcopal en donde se llevó a cabo un brindis y donde pudimos seguir conversando con Javier Marín, con los sacerdotes y los artistas que lo acompañaron. Una tormenta cayó con fuerza y eso propició que hubiera un espectáculo de danza bajo la lluvia en la rinconada de Catedral. Fue una velada memorable.
Al día siguiente, y antes de regresar a la Ciudad de México, el padre Juan Diego Chávez fue el guía en el Santuario de Plateros, pues les hizo un recorrido tanto al artista como a Eduardo por la iglesia y ese espacio en donde cientos de exvotos en honor al Santo Niño de Atocha son exhibidos.
La visita de Marín a Zacatecas generó ideas para nuevos proyectos que, en coordinación con el Clúster Turístico y Cultural de Zacatecas y con más aliados que puedan irse sumando, se llevarán a cabo en próximas fechas.
(1) Ver: https://javiermarin.com.mx/elsa-cross-retablo/