11.9 C
Zacatecas
viernes, 29 marzo, 2024
spot_img

La música en la actualidad

Más Leídas

- Publicidad -

Por: ESAÚL ARTEAGA DOMÍNGUEZ •

Más allá de explicaciones formales, concebimos a la música como una expresión sonora de la espiritualidad humana que desde la prehistoria hasta nuestros días se ha hecho presente en la ruta vital y lúdica de todos los pueblos del mundo. La música entonces, es la evidencia ancestral de la inteligencia humana y su vocación creadora.

- Publicidad -

Desde tiempos inmemoriales, con ritmos, melodías, armonías, sonidos y silencios, el ser humano ha expresado sus temores, sus emociones, anhelos, inquietudes y preocupaciones; también sus alegrías y tristezas. En otros casos, el arte musical expresa la nostalgia o el coraje, e incluso, la milenaria aspiración por construir un mundo mejor.

En fin, la música se ha hecho absolutamente necesaria porque no todo se ha podido expresar con la palabra. Por ello se recurrió a la magia de los sonidos; el arte más universal y más generoso.

Sin embargo, no todo lo que escuchamos en la actualidad es “música” realmente. Pues cuando es auténtica, aunque de su difusión se deriven ganancias económicas, no es una mercancía ni es vulgar o excluyente, un artículo de ornato o una moda que ofende a la inteligencia y a la sensibilidad humanas.

Por el contrario, siendo un arte, es constructiva socialmente y edificante para la cultura, ayudándonos con sus potencialidades a la construcción de una sociedad plenamente humana.

Impresiona la facilidad con que buscamos el encuentro con la música, ya sea contratando alguna agrupación musical; o bien, oprimiendo un botón, girando una perilla o mediante un clic en nuestro equipo. Así, la música se hace presente en los más diversos contextos acompañándonos desde el nacimiento a la muerte de manera inseparable; en los eventos solemnes, sociales, espirituales y festivos, a los que da un toque especial ya sea con su ejecución en vivo o mediante las diferentes de la reproducción.

En la actualidad existe una gran diversidad de “músicas” que degradan socialmente por su vacuidad, su escaso valor artístico y ético; que se hacen presentes en los más diversos ámbitos de la cotidianeidad en la que construyen sistemáticamente una estandarización en los niños y jóvenes mediante el que impulsan un proceso de deterioro cultural que en nada contribuye a la construcción de un gusto artístico, a la formación de públicos, ni mucho menos a la educación en valores.

Son éstas músicas las más presentes en la vida cultural de las colectividades, las más escuchadas en la radio y televisión, las que enmarcan la vida festiva comunitaria, y en los últimos tiempos en Zacatecas, las que se difunden en los “festivales culturales”; expresiones triviales que deforman el gusto de quienes las escuchan.

Ciertamente sí existen programaciones valiosas e importantes de conciertos de música de cámara, sinfónica, jazz o blues, así como diversas músicas populares valiosas que se promueven en algunas estaciones de radio y televisión y otros foros culturales, sin embargo, éstas son apreciadas por públicos minoritarios marginalmente, aunque existen las posibilidades de acceder a otras opciones mediante las nuevas tecnologías.

El problema en la difusión masiva de la música de escasa o nula calidad, es estructural, puesto que el sistema educativo nacional adolece de un proyecto serio y de largo plazo que permita a los mexicanos una formación artística.

Por otra parte, es inconcebible la permisividad y complicidad con la que el Estado mexicano actúa con la mayoría de los concesionarios de los medios de comunicación, al no imponerles restricciones en las programaciones, ni de carácter ético ni educativo; cuando la radio, el cine y la televisión bien podrían formar parte de un eje estratégico para lograr una educación integral, a fin de propiciar el acrecentamiento del Patrimonio musical.

Por ahora, las músicas que escuchamos la mayoría de los mexicanos y en particular los zacatecanos -en muchos de los casos-, carecen de inspiración, imaginación y creatividad, puesto que los “artistas de moda” muchas veces son fabricaciones publicitarias que atienden a su naturaleza mercantil, para lo que utilizan ritmos repetitivos y melodías machaconas de fácil asimilación que apuntalen a una sociedad en la que se promueve la comodidad física y la flojera  intelectual.

La música que más se promueve no requiere ser demasiado “creativa”, “compleja” y de ambicioso desarrollo melódico y/o armónico, porque con estas características presuntamente no vendería. Por ello, desde hace mucho tiempo padece un proceso de degradación y deterioro progresivo que muy poco tiene que ver con la verdadera creación artística. Y desde luego las consecuencias son especialmente nocivas; entre ellas,  la “creación” cotidiana de innumerables canciones que muestran de manera superficial el amor de pareja, con textos que sistemáticamente promueven la desvalorización social y ofenden especialmente la dignidad de la mujer; en otros casos, hasta se enaltece al crimen organizado convirtiendo sus acciones en manifestaciones heroicas.

Muy diferente sería la situación sociocultural en nuestro País si en la radio, la televisión, el cine, y ahora en las instituciones del Estado mexicano, se difundiera sistemáticamente y con proyecto, lo más valioso de la música de cámara, sinfónica, la ópera, la expresión coral, el rock, el jazz, el blues, el rap o el reguetón.

Desde luego sería deseable propiciar la apreciación de las expresiones musicales valiosas del mundo, pero también aquellas de las diferentes regiones de México como la mariachera del occidente mexicano, la música huasteca, jarocha, norteña, la trova yucateca, las bandas municipales, o las músicas de las diferentes etnias de nuestro País; es decir, aquellas expresiones sonoras que permitan a los ciudadanos apreciar y valorar nuestra gran diversidad cultural y que constituyen nuestro Patrimonio Musical. ■

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -