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martes, 23 abril, 2024
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Uziel siempre fue el centro de la reunión

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Por: OSCAR PÉREZ VEYNA •

En memoria de Uziel Gutiérrez de la Isla (1954-2020),
cronista de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas

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En los años aún de nuestra infancia (1970) ocurrió lo mejor, encontramos en la Escuela Secundaria Federal No.1 nuevos amigos, mismos que hemos prolongado ese encuentro hasta 2021.

En aquel grupo E, ingresamos 60 alumnos. Entre ellos Uziel, un jovencito inquieto de baja estatura, pero muy entusiasta, quien desde entonces, se identificó por su facilidad de palabra. Le gustaba mucho la broma, el doble sentido, su inquietud lo llevó a participar en el club de excursionismo coordinado por los profesores Florencio Gallardo López y Víctor Manuel Ríos. Formó un club en segundo año denominado Club de la mala raza, integrado por Carlos Cabral, Ramiro Mendoza, Jesús Luera y el propio Uziel, los cuales nos reuníamos en nuestros respectivos onomásticos.

Durante este período y seguramente debido a su temprana inquietud por la química, le acompañaba la duda de trabajar donde fuera posible, acercarse a ese interesante y enigmático campo del conocimiento. Pronto se dio cuenta que uno de los compañeros del grupo, Óscar Pérez Veyna, trabajaba en un negocio de la calle Tacuba; le cuestionaba sobre qué se siente trabajar. “¿Si crees que pueda?”, preguntaba.

Al poco tiempo, nos enteramos que había entrado en contacto con el farmacéutico Heriberto Campos, quien le dio la oportunidad de trabajar en la farmacia Lux (Portal de Rosales) e iniciarse en la ciencia y arte de la farmacia; ello no truncó su gusto por salir a los cerros cercanos y admirar la naturaleza. Así transcurrió nuestra inolvidable secundaria, entre clases, juegos, exámenes y el cuidadoso cultivo de una amistad que, sin saberlo, iba creciendo inexorablemente.

De aquel grupo de 60, solo 45 terminamos la secundaria y nos dispersamos. Algunos se quedaron en la Escuela Secundaria Nocturna Valentín Gómez Farías, otros en la Prepa de la UAZ (Hoy Prepa No. 1); otros se fueron a la Normal, y de algunos otros no supimos más. Uziel cursó el bachillerato de Ciencias Químicas. Luego llegó la decisión importante: ingresó a la Escuela de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Zacatecas.

Su inquietud profesional lo llevó a fundar la Farmacia Galénica y el Museo de la Farmacia, esfuerzo que no limitó su eterno deseo de mantener comunicación con sus compañeros de Secundaria. Por los medios disponibles logró reuniones consecutivas en donde poco a poco nos fuimos integrando y volvimos a nuestras pláticas de jóvenes, gracias a Uziel.

Además del estudio y la Farmacia, fomentó la práctica del alpinismo; formó el club de alpinismo que tenía su sede en el patio de la Farmacia Galénica. Sin duda, proyectos que llevó hasta su concreción.

Uziel siempre fue el centro de la reunión; es decir, siguió siendo el motor que mantenía el ánimo y el gusto por volver a vernos. En las reuniones sobre todo de fin de año (en la Farmacia Galénica), nunca faltaban los tamales, el atole, el intercambio de pequeños regalos, pero sobre todo, la plática, el recuerdo inolvidable para nuestros queridos profesores. Nunca dejó pasar la oportunidad que nos permitía reunirnos para mostrarnos los avances de su proyecto, conforme llegábamos, nos mostraba los avances, nos daba las explicaciones sobre instrumentos de laboratorio, de personajes de la botica, de los productos, de las fórmulas magistrales.

La lista de cumpleañeros era sin duda una preocupación permanente, siempre nos estaba recordando quién cumplía años. Con ese solo hecho, lograba reactivar una y otra vez el diálogo entre compañeros.

Nos sorprendió, como a todos, la circunstancia sanitaria. Este hecho nos aisló por situación obvia. También limitó la convivencia física. Sin embargo, Uziel siempre nos invitaba a mantener comunicación por WhatsApp. Por este medio nos invitó a pasar a la Farmacia Galénica por una dotación de gel que él mismo preparó; de forma virtual continuó hasta su partida con buenos recuerdos, comentarios, efemérides y sobre todo nos compartía su colaboración con La Jornada: El mirador de Heródoto.

A un año de su partida, llevamos a cabo una reunión con los cuidados necesarios; nos convocó el recuerdo de nuestro querido compañero. A su memoria dedicamos estas palabras que pretenden mantener en nuestra memoria la frescura de su elocuencia, de su carácter y su sentido de la amistad.

Siempre estará en nuestros recuerdos. Fraternalmente por siempre, Uziel Gutiérrez de la Isla.

*Docente-investigador de la BUAZ

 

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