■ Se está preparando el escenario para la nueva economía; trabajadores se verán afectados
■ La robótica aumentará sobremanera la masa de desempleados: investigador de la UNAM
El capitalismo mundial ha utilizado la pandemia del Covid-19 para apuntalar a poderes de excepcionalidad, es decir, para negar y violar los derechos fundamentales de las sociedades, afirmó Luis Arizmendi, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Durante la conferencia “La Crisis epidemiológica global y la tendencia a Estado de excepción en el siglo 21”, impartida en el marco de la tercera Semana Nacional de Ciencias Sociales, organizada por la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), el académico indicó que estas políticas de excepción están preparando el escenario para la nueva economía mundial que se desprenderá cada vez más de los trabajadores.
“El capitalismo va a avanzar hacia la robótica y ésta va a afectar toda la economía mundial. La masa de desempleados va a crecer sobremanera en el mundo al mismo tiempo que están lanzando la crisis alimentaria y la crisis ambiental. Entonces, la respuesta a la pandemia con el estado de excepción, ensaya a donde quieren ir”, expresó.
“Y lo quieren hacer generando una desmovilización social. La pandemia es real, pero en vez de producir conciencia social, lo que producen es miedo irracional y desde ahí control político, persecución de la disidencia, fake news; están creando un escenario de excepcionalidad que va a rebasar lo que fue en un estado de excepción hitleriano en el siglo pasado”, agregó.
EL ESTADO DE EXCEPCIÓN SE HA IMPLEMENTADO CON MÉTODOS DE TECNOVIGILANCIA
Arizmendi indicó que el estado de excepción se ha implementado con métodos de tecnovigilancia, similar a “El Gran Hermano” en la novela de George Orwell, pero por medio de Google, Facebook e Internet, con los cuales se generan expedientes sobre los gustos de cada persona y así manipulan su consumo e incrementan sus gastos.
Aunado a ello, “hay una identificación ilegal de las preferencias políticas de los consumidores para definir estrategias selectivas para cada grupo, y en la manipulación de los procesos electorales”.
En el caso de Google, dijo que es una forma de geolocalización permanente, con el propósito de generar la conformación de expedientes psicológicos, médicos y personales de cada individuo, y así tener el control político e incluso psicológico de los individuos.
En ese sentido, manifestó que el capitalismo autocrático “es de una configuración autoritaria implacable. Es decir, el estado de excepción se ha vuelto la regla y eso se ha mostrado con la pandemia”.
Arizmendi aseguró que México es uno de los pocos países del mundo que se ha negado a instalar un estado de excepción, pero “estamos insertos en un tiempo de peligro en el cual el capitalismo utilizó la pandemia para cosas que no tienen nada que ver con una respuesta en favor de la salud”.
Explicó que el estado de excepción no se configura solamente por la aplicación vertical de la negación de los derechos constitucionales de los ciudadanos, sino que se conforma por una pinza que produce masas sociales atemorizadas que anhelan la salvación y a cambio de esto están dispuestos a ceder su soberanía política a un mesías. Eso es lo que justifica el despliegue de la imposición de poderes de excepcionalidad.
Recordó que ha habido experiencias en las que el mesianismo funcionaba como la mediación que articula esa pinza: la producción de una masa atemorizada irracionalmente y que reniega del ejercicio de su soberanía política, mientras que arriba se reconfigura el Estado para legitimar una violencia política como si fuera parte de una política de protección social. “Así fue como se desplegó el régimen de Hitler o de Mussolini”.
Arizmendi opinó que en la coyuntura de la pandemia, hay abuso en el uso de Internet para crear una cultura de caos y confusión, es decir, el Internet funciona para transmitir noticias falsas y no para desarrollar la cultura política moderna.
Aunado a ello, refirió que los partidos políticos no se están constituyendo como espacios de discusión, de forma que “estamos convocados a una etapa en la que las universidades deberían asumir el reto de ser el espacio por excelencia de imaginación dialéctica y tampoco es así, porque ha habido una ofensiva muy fuerte contra el pensamiento crítico en las universidades”.
En ese contexto, consideró que la izquierda del siglo 21 está convocada a radicalizarse “antigolpistamente”, es decir, “no basta ser de izquierda y hay que radicalizarse contra los poderes de excepción”.
MÉXICO ES UNO DE LOS POCOS PAÍSES DEL MUNDO QUE SE HA NEGADO A INSTALAR UN ESTADO DE EXCEPCIÓN
Por otra parte, dijo que en México hay una tendencia liberal que promueve el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y una tendencia autoritaria a la que no le basta la acumulación por despojo que ha llevado a cabo sobre los recursos naturales y estratégicos.
En ese sentido, “no se puede negar que el Tren Maya forma parte de los proyectos de acumulación por desposesión. Lo que sucede es que hay un jaloneo y necesitamos una movilización social mucho más a la altura de la complejidad del tiempo que enfrentamos con la tendencia de la conformación de un estado de excepción planetario”, concluyó.
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