A pesar de que la mayor parte de la sociedad ha escuchado hablar del cambio climático, es poco probable que sepa a cabalidad qué es este fenómeno, qué lo origina, cuáles países son los principales responsables, cuáles son sus efectos, qué nos depara el futuro próximo si no hacemos nada, qué hacen los gobiernos y la comunidad internacional para afrontarlo, y qué pueden hacer las personas para contribuir a mitigar y adaptarse al cambio climático.
Hoy en día, estamos experimentando cambios en nuestro sistema climático a una velocidad tan rápida que, en menos de 280 años -es decir, desde la Revolución Industrial- la temperatura promedio global ha aumentado 1.1°C debido al aumento del 35% de la concentración del dióxido de carbono (CO2), lo que causa el calentamiento global. Este calentamiento global genera desequilibrios en el sistema climático planetario, por lo que ocurren cambios en las diferentes regiones de la Tierra, como temperaturas extremas a nivel regional, disminución en la extensión de glaciares o bloques de hielo, alteraciones en los patrones de lluvia y en la circulación general de la atmósfera o de los océanos. Se registran graves repercusiones de la seguridad y soberanía alimentaria. Bajo estas condiciones, las sociedades demandan mayor consumo de energía, recursos hídricos y minerales, más espacios para la vivienda y, desde luego, aumentar la producción de alimentos.
En la producción de alimentos, Zacatecas juega un rol importante en la alimentación de las y los mexicanos al ser el mayor producto de frijol en el país, un alimento básico en nuestra dieta. Según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en los últimos 10 años, en promedio se produce un millón de toneladas de frijol en México, de las cuales, en Zacatecas se producen 350 mil toneladas, lo que equivale al 35%.
El 90% de la producción del frijol en Zacatecas proviene de la modalidad de cultivo temporal y solo un 10% es de riego. En el sexenio pasado de EPN, el valor de producción de la cosecha del frijol fue, en promedio, de 3 mil 500 millones de pesos por año; en el actual sexenio de AMLO, gracias al programa de precio de garantía, el valor de producción del frijol subió, en promedio, a 4 mil 800 millones de pesos por año. Esta cifra pudo haber rebasado los 6 mil millones de pesos, pero en el año 2023 el cambio climático se hizo presente. Además, si bien el promedio de hectáreas sembradas en los últimos 10 años ha sido arriba de 600 mil, en el 2023 tan solo se sembraron 314 mil hectáreas, un 50% por ciento menos; y de estas, solo se logró la cosecha en 175 mil hectáreas, o sea, el 55%, teniendo un 45% de siniestro, cuando el promedio de siniestro de la última década solo es del 4%.
En México consumimos poco más de un millón de toneladas de frijol por año, que equivale a lo que en promedio se produce, pero en el 2023 se tuvo la necesidad de importarlo para poder cubrir la demanda de consumo, provocando que los precios se fueran al alza. Aquí la importancia de tomar con seriedad los efectos del cambio climático pues si bien en este 2024 la perspectiva es que será un año de bonanza, no debemos olvidarnos del 2023 y que esos estragos se repetirán con más frecuencia.
Solo nos quedan 2 acciones por hacer: la primera es mitigar el cambio climático, que consiste en cuidar y proteger nuestros recursos naturales, hacer uso eficiente del agua, cuidar los acuíferos, no deforestar, hacer prácticas de reforestación, entre otras cosas; y la segunda, es adaptarnos al cambio climático mejorando políticas publicas para modernizar el campo, hacer un uso eficiente de los fertilizantes así como la utilización de los fertilizantes orgánicos, selección de semillas que soporten estrés hídrico, capacitación a los agricultores sobre temporalidad para sembrar y sobre economía social, así como búsqueda de nuevos mercados consolidados para la comercialización del producto, evitando a los coyotes que son los que se quedan con el mayor margen de ganancia… Por cierto, varios de estos coyotes juegan a ser políticos.
Por último
Apareció una lista con 183 nombres de posibles víctimas de los vuelos de la muerte en los años setenta. Del total de los nombres, se puede ver que los encargados de desaparecerlos son diez de la temida Dirección Federal de Seguridad (DFS), cinco a la Policía Judicial de Guerrero, y las restantes a manos del Ejército. De confirmarse la validez de la lista, se volverán a escuchar las voces de todas esas madres y padres por el reclamo de sus hijos en los sexenios del PRI de Luis Echeverría y López Portillo.
Hasta la próxima…
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