En México, el Estado tiene mucha soberanía y poca administración, de forma que el poder simbólico es ejercido por el presidente, pero el poder real lo tienen las fuerzas armadas, afirmó Claudio Lomnitz, profesor de El Colegio Nacional y de la Universidad de Columbia, Estados Unidos.
Durante la conferencia “El tejido social rasgado como proyecto de investigación”, impartida este jueves en la Unidad Académica de Psicología de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), comentó que su primera investigación sobre este tema refiere a la transformación del Estado mexicano y la geografía regional del narcotráfico y las economías ilícitas.
En esa obra, expuso, repensó el Estado mexicano a partir de una fórmula “neoporfirista” porque está inspirado en un dicho de ese personaje en el que expresaba que el Estado mexicano debía tener mucha soberanía y poca administración.
En ese sentido, recordó que Porfirio Díaz se vanagloriaba de “hacer poca política, mucha administración”, mientras que el Estado mexicano actual tiene mucha soberanía, pero poca administración, lo que significa que hay una concentración simbólica del poder en la figura del presidente de la República y mucha concentración real del poder estatal en las fuerzas armadas.
Aunado a ello, “hay una pérdida de la capacidad reguladora del Estado y por eso vemos mucha ‘regulación’ violenta en la sociedad actual. Por ejemplo, muestra de ello es la violencia que se ejerce cuando entra un cártel y quiere sacar al otro de un pueblo o una comunidad”.
Desde su perspectiva, Lomnitz dijo que eso tiene que ver con mucha soberanía y poca administración porque, al mismo tiempo de que ocurre eso, hay “fuerzas armadas gigantescas con más dinero y un presidente al que todo mundo tiene que hacerle caso, pero no hablo nada más de López Obrador, sino que es un proceso que lleva 30 años”.
Asimismo, mencionó otro proyecto de investigación que realizó sobre el crimen organizado como sistema regional, en el que observó las diferentes formas de organización social de las economías ilícitas, ya que éstas nunca están basadas en una sola forma de organización social.
Por ejemplo, explicó que es común imaginar al cártel como la forma más verticalmente integrada, como si fuera una forma dominante, pero muchas veces hay una articulación de diferentes formas como es el caso de California, donde se articularon pandillas barriales en torno a mafias carceleras.
Es decir, indicó que ese fenómeno es distinto al de las familias que controlan algún cártel como el de Sinaloa, que a su vez también es diferente a los que denominan “rateros” o “tarántulas”, usuarios de drogas que ocasionalmente asaltan para obtener dinero que les permita comprar sustancias, sin ser parte del crimen organizado. Es decir, “todo eso está articulado en un sistema regional o en varios sistemas regionales”.
En la actualidad, Lomnitz comentó que lleva a cabo una investigación sobre la crisis de desapariciones forzadas en Zacatecas, problema que “es una transgresión moral radical que nos está tocando vivir y debemos aceptar que los términos de la política en este país están desfasados respecto a la naturaleza del cambio social y económico, por lo que necesitamos pensar en la creación de ideologías y narrativas alternativas”.
En ese contexto, “me parece muy claro que la política en este país está desfasada de la naturaleza del cambio social y que las ideologías políticas que se nos presentan no corresponden realmente a la naturaleza del problema”, concluyó.
