La Gualdra 667 / Cine
Iman (Missagh Zare) es un burocrático que recibe un ascenso en su trabajo como investigador para el Tribunal Revolucionario Islámico, sitio enfocado en casos políticos y de seguridad, en concreto aquellos relacionados con delitos como contrabando, blasfemia o amenazas al gobierno. Dicho puesto le significará una mayor estabilidad económica y política por el resto de su vida, siempre y cuando cumpla con sus deberes sin objetar. Su esposa, Najmeh (Sohelia Golestani) se muestra feliz y orgullosa por el logro de su marido, no así sus hijas adolescentes Rezvan (Mahsa Rostami) y Sana (Setareh Maleki), quienes no comparten el mismo entusiasmo de sus padres ante la noticia.
Al pasar el tiempo, Iman descubre que su nuevo cargo implica la aprobación a condenas de muerte, en la mayoría de las ocasiones sin revisar los casos de manera detallada. Por su seguridad, se ve obligado a llevar un arma en todo momento, acción que le genera enormes dudas e inseguridades. Pese a todo, Najmeh trata de animarlo, mostrándose comprensiva ante las inquietudes de su marido y servil en las tareas del hogar. En paralelo, sus hijas empiezan a cuestionar cada vez más las acciones represivas del gobierno, de las que son testigos en las calles y redes sociales, lo que las hace desconfiar de todo lo que las rodea y, en particular, de su padre. Con la tensión cada vez más alta, un día, de manera inesperada, el arma de Iman desaparece. Él tratará de descubrir, por todos los medios a su alcance, quién de las integrantes de su familia la ocultó.
The seed of the sacred fig (2024) es un poderoso y valiente recordatorio del cine como herramienta de reflexión y punto de partida para generar cambios significativos a largo plazo, así como la confirmación de la relevancia que hay en cineastas como Mohammad Rasoulof (There is no evil, 2020). Condenado a prisión en Irán, el realizador encontró la forma de filmar su película de manera clandestina, para después escapar de su país y finalmente encontrar asilo político en Europa. Ese sentimiento de persecución y paranoia que el director experimentó en carne propia, también se filtra en el conflicto central del filme. Su más reciente trabajo expone, sin filtros ni tapujos, los actos negligentes de las figuras de autoridad, las profundas grietas generacionales y los efectos dañinos del patriarcado dentro del ámbito familiar.

El realizador liga el marco de su narración al asesinato de Mahsa Amini en 2022, quien fuera víctima de la violencia perpetrada por la policía religiosa islámica, cuya muerte despertó un enorme movimiento de mujeres en todo Irán. El cineasta desarrolla su relato desde la ficción, pero al momento de exponer el descontento social y político, hace uso de imágenes de archivo que se viralizaron en redes sociales, tanto de las protestas masivas, como de la cruenta represión del régimen hacia dicho movimiento. Una herramienta que le agrega aún más intensidad y sentido denunciatorio a la cinta, a la par de que liga la violencia sistemática desde lo particular hasta lo colectivo.
Rasoulof se toma su tiempo para entretejer el drama íntimo de la familia, enfocándose inicialmente en su privilegio de clase, el cual les permite tomar cierta distancia del caos del exterior, hasta que éste termina por filtrarse en el interior de su hogar, causando todo tipo de estragos y distanciamientos entre sus integrantes. The seed of the sacred fig es un thriller de suspenso que se cuece a fuego lento, un intenso y angustiante retrato sobre cómo los regímenes más tiránicos, en su incansable autoritarismo y opresión, pueden producir todo tipo de daños colaterales, tales como la desconfianza, la alienación y la deshumanización, incluso hacia nuestros seres más amados.