A 140 años de la llegada del ferrocarril a Zacatecas, la exposición El camino de Hierro en Tierra de Plata, permanecerá un año en el Museo Zacatecano para recordar a las y los visitantes, sobre las marcadas transformaciones que acarreó este medio de transporte al estado y al país.
En esta exposición se muestra como la línea ferroviaria que propició el intercambio comercial con Estados Unidos, también cambió la fisionomía de la ciudad de cantera y plata, y detonó el poblamiento y desarrollo económico de regiones del semidesierto zacatecano.
Jesús Regis, descendiente de tres generaciones de ferrocarrileros, concibió esta exposición a partir de las historias de su bisabuelo (un maquinista de patio), su abuelo que fue conductor de trenes, y su padre, ferrocarrilero jubilado que durante mucho tiempo fue jefe de estación en Zacatecas, Guadalupe y Calera.
En el panorama histórico del ferrocarril en México, Zacatecas tuvo una marcada importancia, algo que con frecuencia es ignorado, y también se busca resaltar en esta exhibición, explica el comunicólogo Jesús Regis.
El Ferrocarril Central Mexicano, la línea ferroviaria que se construyó con el propósito de facilitar los intercambios comerciales de México con Estados Unidos, fue inaugurada con la unión de los tramos provenientes de Paso del Norte (Ciudad Juárez) y de la Ciudad de México, el 8 de marzo de 1884 en Estación San José, Fresnillo.
Con un clavo de plata, donado por la familia Ortega, de Fresnillo, se unieron los dos trenes provenientes del norte y del sur, en la ceremonia que reunió a los cónsules de México y Estados Unidos para festejar la conexión de los dos países mediante el tren.
Tres días de verbena fueron proclamados entonces mediante el decreto “Honor al trabajo, gloria al progreso” del gobernador Jesús Aréchiga. Los cañones de salva y repiques de campanas acompañaron durante esos días la llegada de los vagones de tren; y Fernando Villalpando retrató la importancia de este suceso, en su composición denominada “Primer tren”.
A partir de entonces, el tren empieza a detonar la economía en regiones del semidesierto y a cambiar la fisionomía de la capital.
Con la incorporación de los vagones de lujo “Pullman”, llegan a Zacatecas los primeros turistas que viajan -por vez primera- con motivos distintos a los negocios o la necesidad. Estos turistas se maravillan por la belleza de la capital, pero advierten también su deterioro.
A raíz de eso, el arquitecto George Edward King es contratado para venir a mejorar las partes deterioradas de la ciudad, y es él quien construye la mayoría de las fachadas de la avenida Hidalgo y el Teatro Calderón, con materiales traídos de Chicago y Nueva York.
Las láminas de las cornisas en dichas fachadas y las columnas del mercado González Ortega -provenientes de Europa-, son también transportadas en los vagones del tren.
En lugares del semidesierto, como Cañitas de Felipe Pescador, la llegada del ferrocarril tuvo un impacto decisivo, propiciando su poblamiento y desarrollo económico. En ese municipio, las firmas de papeles para el cambio de tripulación que venía de Aguascalientes por la que iba a Torreón, implicaban un trámite de media hora de duración, tiempo que era aprovechado por los viajeros para consumir los alimentos preparados por gente de la localidad.
Los famosos dulces de leche este municipio, se popularizaron gracias a que los pasajeros los compraban desde la estación del tren.
Hasta los años 40s y 50s, estas regiones del estado mantuvieron comunicación únicamente por esta vía, por lo que aún son compartidos por asistentes a la exposición El Camino de Hierro en Tierra de Plata, los recuerdos de viajar con sus padres o abuelos a otras ciudades de México mediante esta línea ferroviaria que atravesaba el estado, comparte Jesús Regis.
El desarrollo económico que advirtió de inmediato el gobernador Jesús Aréchiga con la llegada del tren a finales del siglo XIX, derivó en que se hicieran proyectos para otros trenes regionales: el primero que iría de Zacatecas a Jerez y Villanueva, otro que seguiría la ruta de Zacatecas a Vetagrande, y un tercero que conduciría desde Estación Camacho, en Mazapil, a la cabecera de este mismo municipio.
Dichos proyectos se planearon, y el tramo de Estación Camacho estuvo a punto de presupuestarse, pero se vieron interrumpidos por eventos de la inminente Revolución mexicana.
El encanto de los trenes de pasajeros en la actualidad, como hace cien años, aportaría mucho en términos económicos, turísticos y culturales, a nuestro estado, incluyendo regiones que ahora resienten la extinción de esta línea ferroviaria, considera Jesús Regis.
Esta es una de las reflexiones que se pueden derivar de la visita a la exposición Camino de Hierro en Tierra de Plata, la cual contiene un montaje especial facilitado por la empresa Ferromex, con vías, durmientes y rieles de casi un siglo de antigüedad.
Durante el año que se mantendrá la exposición en el Museo Zacatecano, también se planea organizar homenajes a ferrocarrileros zacatecanos y realizar reuniones con familias ferrocarrileras, detalla Jesús Regis.
