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jueves, 28 marzo, 2024
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Plan B y C de la Reforma Electoral no trastoca el sistema político-electoral mexicano: académico

■ Se limita sólo a cuestiones burocráticas al interior del IINE, opina Francisco Valerio Quintero

■ Puntualiza que hay cosas que tienen que modificarse, que por la salud del sistema político mexicano deben cambiar, pero no era el momento ni la manera correcta de llevarlas a cabo

■ Considera que un punto positivo es que todos los funcionarios en activo y legisladores que pretendan reelegirse, deben separarse del cargo para hacer campaña

■ Importante, reflexionar si 500 diputados son muchos y si la ciudadanía sabe lo que hacen o no y si sus decisiones realmente son representan a los electores

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

El plan B y C de la Reforma Electoral que se aprobó en la madrugada de este miércoles, en la Cámara de Diputados, no trastoca el sistema político-electoral mexicano y se limita sólo a cuestiones burocráticas al interior del Instituto Nacional Electoral (INE), opinó Francisco Valerio Quintero, académico jubilado de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ).

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Desde su perspectiva, en el país es necesaria una Reforma Electoral, pero en este caso “mis observaciones apuntan a la forma, a la forma jurídica y a la forma social y política. Hay cosas que tienen que modificarse, que por la salud del sistema político mexicano deben cambiar, pero no era el momento ni la manera correcta de llevarlas a cabo”.

Sobre el plan B y C, comentó que este fue una alternativa surgida por la falta de capacidad del partido en el poder para promover una reforma constitucional que, al no ser posible, se impuso una iniciativa con añadidos de los partidos aliados con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Por ejemplo, refirió que esta reforma mandata al INE la supresión de fideicomisos y no volver a crear nuevos, ya que estos desaparecieron y hasta la fecha no se conoce que haya algún informe sobre el destino de los recursos contenidos en estos.

Detalló que otro punto de la reforma tiene que ver con la eliminación del seguro de gastos médicos mayores, el cual solamente impacta en los trabajadores y consejeros electorales y, por tanto, estos deberán afrontar problemas médicos con recursos propios.

Sobre la integración del Sistema Nacional Electoral y la fusión de los organismos locales, Valerio Quintero dijo que esta modificación implica que las condiciones que prevalecen en las entidades federativas pasarán a segundo término, pues todo se decidirá de manera centralizada y habrá que ver el resultado de esta modificación.

Por otra parte, comentó que ahora el INE deberá fusionar direcciones ejecutivas y, desde su punto de vista, esta es una decisión burocrática que, “con honestidad personal y política, no tendría nada que objetar”.

Otro asunto que plantea la reforma que fue aprobada, expuso, es el de la percepción económica de los consejeros, y aunque es verdad que es muy alta en comparación con el salario de los mexicanos, pero “me da la impresión de que esto era más producto de un encono personal del Presidente de la República”.

“El argumento para esto es el ahorro, está bien. No hay argumentos para favorecer el dispendio, pero hay que ser honestos: lo que el país va a ahorrar reduciendo la percepción de los consejeros no es significativo y probablemente un kilómetro del Tren Maya cuesta más que lo que se va a ahorrar en un año con la disminución de las percepciones. Sin embargo, en el fondo está bien y ellos lo tendrán que asimilar”, indicó.

Valerio Quintero refirió que un punto positivo de este Plan B y C de la reforma es que todos los funcionarios en activo y legisladores que pretendan reelegirse, deben separarse del cargo para hacer campaña y así evitar que realicen actos proselitistas desde el poder.

Sin embargo, algo preocupante de la reforma es lo referente al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pues plantea la desaparición de dos salas regionales y una sala especial regionalizada.

En el caso de esta última, el motivo es porque no tuvo actividad en el último proceso electoral, pero consideró que “no se sabe si es bueno es malo, porque sería equipararlo al caso de un tribunal que se quisiera desaparecer solo porque no hubo muertos en un mes o un año. Creo que hasta que no tengamos la certeza de que un mal desaparece, seguramente el tribunal tiene razón de ser”.

Como resultado de la no aprobación del proyecto de Reforma Electoral inicial, subrayó que el INE no cambiará de nombre y no cambiará la cantidad de diputados y senadores, lo cual es un tema que se debe revisar.

En ese sentido, Valerio Quintero opinó que es importante reflexionar si 500 diputados son muchos y si la ciudadanía sabe lo que hacen o no y si sus decisiones realmente representan a sus representados.

“En el sistema político mexicano, los diputados y legisladores, cuando son electos, se apropian de la voluntad de los ciudadanos. No hay diputado que tome en cuenta a sus electores para decidir lo que les conviene. Esta es una parte que, sobre el sistema político nacional, se debe poner en tela de discusión”, expresó.

También mencionó que es necesario reflexionar sobre los partidos políticos y muchas de las prácticas que realizan, por ejemplo, el hecho de que hacen alianzas y aprueban la transferencia de votos, como si fuera la transacción de una suma monetaria.

Es decir, los partidos políticos se han adjudicado a sí mismos el derecho de decir qué porcentaje del voto en una coalición le pertenece a un partido y qué porcentaje le parece a otro, “cosa que me parece absurda e indebida porque lo que tendría que discutirse es la necesidad del sistema político y jurídico mexicano de, efectivamente, respetar el derecho de voto de los ciudadanos”.

Según Valerio Quintero, esa situación habla de la insensibilidad para respetar la autenticidad del voto de los ciudadanos y de un escaso respeto hacia la ciudadanía, lo que se debe a que los partidos políticos no piensan en la salud del país, sino en su propia permanencia en el sistema, más allá de la voluntad de los ciudadanos. 

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