El tema de la escuela de Pinos con las vicisitudes del filántropo don Vicente de la Rosa, que como ya lo vimos costeo el faltante para la terminación de su fábrica material, para el intendente de Zacatecas y la Contaduría de la Real Hacienda el asunto estaba arreglado. Se daba la razón a Rosa y hasta se le reconocía lo encomiable de su compromiso con la enseñanza pública. No encontraban inconveniente en que de los fondos de propios del municipio se pagara a Rosa, puesto que existían remanentes que para ese tipo de obras estaban destinados. Pero para hacer la erogación respectiva se requería de la autorización de la Audiencia de la ciudad de México. Los engorrosos tramites burocráticos no terminaban con el visto bueno de Zacatecas. Ahora el asunto se pasaba al Virrey, en sus manos estaba el dictamen final.
De esta forma, el 20 de mayo, el Sr. Fiscal de lo civil de la Audiencia de México, turno al Virrey la “instancia que sobre el caso Rosa” le envió el intendente de Zacatecas. En su respuesta el representante del Rey en la Nueva España, por medio del fiscal susodicho de apellido Saparzurieta, una vez revisados el expediente y percatado de los antecedentes contenidos en el mismo dio su aval para que de los remanentes del fondo de propios del Real de Pinos, “[…] se saquen los 120 Ps. 5 1/8 Rs. que demanda don José Vicente de la Rosa y la cantidad moderada que el Teniente interino de Zacatecas graduase necesaria para proveer a la escuela de utensilios, y que se ponga en corriente produciendo el fruto y efectos favorables a la juventud que movieron a emprender la obra, para todo lo cual se expida a dicho Teniente Letrado, la orden oportuna. México 30 de mayo de 1807”. Saparzurieta. (Rubrica). (1).
Dos meses después, el 31 de julio, el Teniente interino zacatecano, Peón Valdés, respondía a la Audiencia de la Nueva España haber dispuesto el pago del adeudo de Rosa y el gasto “de la moderada cantidad para proveerla (se refría a la escuela) de los utensilios necesarios”, previo acuerdo de la Junta Superior de Propios de la Intendencia del 22 de julio.
No es de extrañarnos los vericuetos burocráticos por los que tuvo que pasar y el tiempo que debió esperar don Vicente de la Rosa, para que le restituyeran lo que de su bolsillo había aportado para completar la cantidad gastada en la reconstrucción de la finca donde se establecería la escuela. En la obra material se gastaron a lo largo de 10 semanas, según el resumen de las memorias juradas por la señal de la cruz por parte de don Vicente de a Rosa 293 Ps, 6 y ½ Rs. repartidos en el pago a maestros albañiles, sobrestantes, peones y compra de materiales como adobes, ladrillos para bóvedas de los techos; herramientas, arena, caliche, piedras, lama, tabletas, morrillos para vigas, acarreo de agua, reatas y pago de fletes.
El informe de las memorias semanarias vuelto a entregar el 30 de enero de 1807, resumido a lo largo del tiempo que se llevó la reedificación de la finca que serviría para albergar a la escuela de primeras letras, fue el siguiente:
“Memorias semanarias” de los gastos de la fábrica material de la escuela de primeras letras del Real de Sierra de Pinos, 1807.
Referencias:
AGN. Archivo General de la Nación.
[1] Ibid., folio 18
2 Fuente. AGN, Intendencias, Vol. 43, “Instancia de Dn. José Vicente de la Rosa solicita que se le satisfaga la cantidad que invirtió en la reedificación de la finca donde se halla la Escuela de primeras letras del Real de Sierra de Pinos”, 1807.
