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jueves, 28 marzo, 2024
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La figura de la representación proporcional se ha deformado y ahora “está viciada hasta el tuétano”

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

En esos espacios se coloca a “alcahuetes, compinches, compadres, comadres, amigos, primos, sobrinos, ahijados y nietos”: Francisco Valerio Quintero

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Sólo habrá cambios cuando los ciudadanos despierten y participen de manera activa en los procesos políticos, opina el académico jubilado

 

La figura de la representación proporcional (plurinominal) tuvo el propósito genuino de que las minorías políticas tuvieran representación legislativa, pero con el paso del tiempo se ha deformado y ahora “está viciada hasta el tuétano”, pues en esos espacios se coloca a “alcahuetes, compinches, compadres, comadres, amigos, primos, sobrinos, ahijados y nietos”.

Así lo afirmó Francisco Valerio Quintero, académico jubilado de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), quien manifestó que es importante valorar y analizar qué tan conveniente es para el sistema político mexicano seguir manteniendo la figura de la representación plurinominal.

“Nuestro sistema político-electoral, durante la hegemonía del PRI, no era de ninguna manera representativo o al menos no lo era de la voluntad popular, sino de la voluntad del cacique o del caudillo. Entonces los candidatos se imponían porque la fuerza del sistema no admitía otra expresión que no fuera la voluntad del caudillo”, expuso.

Cuestionó qué papel juegan en una democracia las minorías, pues la regla fundamental de la democracia es que la mitad más uno es la que manda, pero “si le damos todo al que obtiene la mitad más uno, desaparecemos automáticamente el resto, y eso no es democrático”.

En ese contexto, Valerio Quintero refirió que se aceptó la necesidad de que las minorías también obtuvieran alguna representación, pero la salida que encontraron los partidos políticos para seguir con sus intereses vigentes fue precisamente la figura de la representación proporcional.

De esa manera, si un partido tiene una cantidad determinada de votos, es posible que no hayan logrado ganar algún espacio de mayoría relativa, pero por representación proporcional pueden quedar uno, dos o tres, según la proporción del voto.

Aunque en teoría está bien, lo negativo es que esa decisión queda a discreción de los partidos políticos y sería ingenuo pensar que en ellos no existen intereses en su interior que a su vez deriva en el pago de favores o componendas mediante las cuales asignan esos espacios.

De acuerdo con Valerio Quintero, “el gran problema es que la figura fue diseñada para evitar que la minoría quedara sin representación en las cámaras legislativas, pero en los hechos redundó en una degeneración casi natural porque acabó imponiéndose no el interés de la sociedad, sino el interés de los partidos de representarse a sí mismos”.

Es por ello que comúnmente se observa que en los listados de candidaturas plurinominales se repiten nombres y figuras que anteriormente ya han ocupado espacios legislativos a nivel local y federal.

Mencionó el caso de Porfirio Muñoz Ledo. El cual muestra que “se evita cuando se quiere la repetición del funcionario que tiene capacidad, conocimiento y una idea de país. Yo le preguntaría al partido que lo bloqueó: ¿qué tiene a su favor, por ejemplo, un vocalista de la Banda Jerez, por encima de Muñoz Ledo? Como elector tengo derecho a que me respondan, pero este es un ejemplo, pues si revisamos las listas de todos los partidos, encontraremos la repetición incluso de los que han saqueado al país”.

Por último, Valerio Quintero opinó que esta modalidad de representación proporcional, en los términos viciados en los que opera, solamente cambiará cuando los ciudadanos despierten y participen de manera activa en los procesos políticos.

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