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viernes, 19 abril, 2024
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Poemas de Guadalupe Aguayo*

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Por: GUADALUPE AGUAYO* •

La Gualdra 517 / Poesía /  #8M

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Naturaleza muerta

En la sentencia, en la enfermedad  

la tortura, la ira, la perversión del hombre…

El dolor resuena en el tórax     en cada rincón del mundo.

 

La enfermedad nos persigue, nos lacera. 

En cada tarde a l u m b r a m i e n t o s…

aullidos innumerables,

indecibles cuerpos rotos tomados como muñecos de trapo. 

 

El tiempo remoto, una próxima esquina de leyes

y materia para un día; no hay carbón que dibuje un cuerpo roto…

 

¡Déjenme invocar el milagro 

de alcanzar la edad de la muerte,

del silencio, de la nada! 

 

No terminaré        y no terminaré porque ardemos

con la boca abatida

cara al sol, cara a Dios o al infierno. 

 

Eterno retorno

El universo, sosegada meditación.

Al interior de la tierra, niñas muertas

saltan a dos sogas  z i g z a g u e a n 

como púgiles que atacan con cautela,

fustigan rápido con su latido de infante.

Pulsión extraña, polifonía de tiempo.

El pasado, un abismo que engulle todo.

No hay c a s i  en las cosas de la muerte

decir adiós –una arquitectura mortífera–.

 

Pertenencia mutua 

A mi madre

 

Las dos juntas miraban emigrar a las golondrinas.

Las dos con languideces de flores funerarias.

 

El cabello escaso, en la gris congoja del tiempo,

revuelve sus frentes arrugadas.

 

Con tortura expiatoria saborean su emoción profunda, 

la dicha melancólica de las almas entrañables.

 

Tras ellas, en el abismo del suntuoso retiro,

las sombras, abren su lecho perfumado.

 

Homenaje

No me hagas sacarme los ojos, mostrarte

cómo palpita la enorme y formidable máquina

Éttant donnés de  Marcel Duchamp.

 

Imagina un paisaje boscoso, una mujer desnuda 

tendida boca arriba y la cara oculta.

Las piernas abiertas de par en par

y una lámpara de gas en la mano

sin tener idea hacia dónde alumbrar.

 

Pero lo único que ves 

es esta cascada negra que gira, 

enorme ráfaga, grandeza animal,

el cuerpo a punto de encenderse,

por la gracia Voyeur de un ligero

e s t r e m e c i m i e n t o.

 

Acto primero

I

En presencia de la luz, y no obstante sin ella,

sobre el umbral del día y el espacio libre,

me asiste mi silencio, mi privación me colma.

 

II

Como el puño crispado que contiene en potencia 

la pluralidad de los actos, así me veo y me siento.

 

El compendio de mis palabras convoca diferencias.

 

III

Dejar ser parte de lo alumbrado por el sol,

ímpetu inefable, como esa fuerza desatada

por el aire antes de la tormenta.

 

Ostentar  ese mismo grado de existencia,

visible y posible que la unge con imágenes solares

y la importuna con miles de señales convulsas.

 

IV

En ese estado de desposesión, en ese fugaz instante, ¡Haz lo que desees!

Para acecharte como una presa que ha de nacer de mí, y así,

alumbres mis desiertos, semejantes a espejos áridos

de los cuales brotarán fuentes, flores

y en atenta sustancia, perfilar, dejar encontrarse.

* Mexicana. Psicoanalista, ensayista y poeta. Especialista en Cine Documental, Literatura Hispanoamericana y Maestra en Historia y Crítica del Arte Contemporáneo. Ha colaborado en diversos catálogos y revistas dirigidas a la Cultura, la Filosofía y el Psicoanálisis, y en otras más en torno a la Poesía, Arte, Diseño y Arquitectura. Ha participado en diversos Festivales Internacionales de poesía, así como en la Antología Cervantes desde el parnaso (2021), así como en los libros: Miradas: La Contemporaneidad del Arte en Guadalajara (2014), Un Oponente formidable: Crítica de arte hoy en Guadalajara (2017) y los poemarios Horizonte Impar (2018) y Hermetismo Cristalino I y II (2021).

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la-gualdra-517

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