La Gualdra 517 / Poesía / #8M
Naturaleza muerta
En la sentencia, en la enfermedad
la tortura, la ira, la perversión del hombre…
El dolor resuena en el tórax en cada rincón del mundo.
La enfermedad nos persigue, nos lacera.
En cada tarde a l u m b r a m i e n t o s…
aullidos innumerables,
indecibles cuerpos rotos tomados como muñecos de trapo.
El tiempo remoto, una próxima esquina de leyes
y materia para un día; no hay carbón que dibuje un cuerpo roto…
¡Déjenme invocar el milagro
de alcanzar la edad de la muerte,
del silencio, de la nada!
No terminaré y no terminaré porque ardemos
con la boca abatida
cara al sol, cara a Dios o al infierno.
Eterno retorno
El universo, sosegada meditación.
Al interior de la tierra, niñas muertas
saltan a dos sogas z i g z a g u e a n
como púgiles que atacan con cautela,
fustigan rápido con su latido de infante.
Pulsión extraña, polifonía de tiempo.
El pasado, un abismo que engulle todo.
No hay c a s i en las cosas de la muerte
decir adiós –una arquitectura mortífera–.
Pertenencia mutua
A mi madre
Las dos juntas miraban emigrar a las golondrinas.
Las dos con languideces de flores funerarias.
El cabello escaso, en la gris congoja del tiempo,
revuelve sus frentes arrugadas.
Con tortura expiatoria saborean su emoción profunda,
la dicha melancólica de las almas entrañables.
Tras ellas, en el abismo del suntuoso retiro,
las sombras, abren su lecho perfumado.
Homenaje
No me hagas sacarme los ojos, mostrarte
cómo palpita la enorme y formidable máquina
Éttant donnés de Marcel Duchamp.
Imagina un paisaje boscoso, una mujer desnuda
tendida boca arriba y la cara oculta.
Las piernas abiertas de par en par
y una lámpara de gas en la mano
sin tener idea hacia dónde alumbrar.
Pero lo único que ves
es esta cascada negra que gira,
enorme ráfaga, grandeza animal,
el cuerpo a punto de encenderse,
por la gracia Voyeur de un ligero
e s t r e m e c i m i e n t o.
Acto primero
I
En presencia de la luz, y no obstante sin ella,
sobre el umbral del día y el espacio libre,
me asiste mi silencio, mi privación me colma.
II
Como el puño crispado que contiene en potencia
la pluralidad de los actos, así me veo y me siento.
El compendio de mis palabras convoca diferencias.
III
Dejar ser parte de lo alumbrado por el sol,
ímpetu inefable, como esa fuerza desatada
por el aire antes de la tormenta.
Ostentar ese mismo grado de existencia,
visible y posible que la unge con imágenes solares
y la importuna con miles de señales convulsas.
IV
En ese estado de desposesión, en ese fugaz instante, ¡Haz lo que desees!
Para acecharte como una presa que ha de nacer de mí, y así,
alumbres mis desiertos, semejantes a espejos áridos
de los cuales brotarán fuentes, flores
y en atenta sustancia, perfilar, dejar encontrarse.
* Mexicana. Psicoanalista, ensayista y poeta. Especialista en Cine Documental, Literatura Hispanoamericana y Maestra en Historia y Crítica del Arte Contemporáneo. Ha colaborado en diversos catálogos y revistas dirigidas a la Cultura, la Filosofía y el Psicoanálisis, y en otras más en torno a la Poesía, Arte, Diseño y Arquitectura. Ha participado en diversos Festivales Internacionales de poesía, así como en la Antología Cervantes desde el parnaso (2021), así como en los libros: Miradas: La Contemporaneidad del Arte en Guadalajara (2014), Un Oponente formidable: Crítica de arte hoy en Guadalajara (2017) y los poemarios Horizonte Impar (2018) y Hermetismo Cristalino I y II (2021).
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