Esta semana tuve la oportunidad de realizar una visita a la ciudad de Seattle, particularmente a las oficinas corporativas de la empresa Microsoft que, como muchos de nosotros sabemos, fue concebida y dirigida por un gran empresario, el señor Bill Gates.
Cada que realizo un viaje a la Unión Americana lo traduzco como una experiencia de viaje (y debo confesar que no concuerdo y no simpatizo con muchas de las tendencias americanas). Sin embargo, es una gran nación a la cual podemos aprenderle mucho.
Aquí debo hacer una pausa y hacer énfasis en un par de cosa: la primera de ellas tiene que ver con nuestra necesidad de centralizar el poder. México continuará generando brechas entre los estados si mantiene una política de centralización. En el caso de los Estados Unidos los impuestos que pagan los corporativos o las empresas se quedan en gran medida en la localidad donde se encuentran.
Imaginemos ahora qué pasará en la ciudad de Seattle si tienen las oficinas corporativas de Microsoft, de la cadena Starbucks, del gigante de la aviación BOEING, entre otros; imaginemos, tan sólo, la cantidad de personal que ahí vive, pero principalmente los salarios que ahí se pagan.
En esta visita tuvimos la oportunidad de ir a tres de los campus de la empresa, los recorridos tomaban alrededor de 25 a 40 minutos. Hay que mencionar que los campus tienen por lo menos hectáreas y decenas de edificios corporativos, canchas, estacionamientos, cafeterías entre todos los servicios que podamos imaginar.
Seattle es la ciudad con el mayor grado de escolaridad en los Estados Unidos, es una ciudad muy segura y demasiado grande.
La experiencia que quiero compartir tiene que ver con dos pensamientos que se quedaron en mi mente: Mi itinerario me llevó a tomar un vuelo de la Ciudad de México hacia la Ciudad de Los Ángeles, el primer detalle ocurrió al hacer el abordaje del avión, como buenos mexicanos no tenemos respeto por procedimientos y por respetar el orden de las cosas, una pareja de americanos estaba platicando sobre este detalle, la mujer dijo: «¡Qué desastre!, ¿por qué no respetan las filas?». A lo que el hombre respondió: «Estamos en México, ¿cierto?».
Al llegar a Seattle observas cómo todo mundo respeta, espera su turno para descender y siempre busca mantener el orden.
El segundo punto fue conocer el «Microsoft CyberCrime Center”, Una unidad especializada que fue creada por la empresa para buscar frenar los ataques cibernéticos. Después de que nos explicaron parte del funcionamiento de esta unidad nos refirieron un caso de éxito. Este caso de éxito, uno de los casos más grandes en combate a la piratería tuvo lugar en México. De manera particular con un cartel de la droga, el cartel de «La Familia Michoacana». Según los análisis de la empresa este negocio alterno dejaba al cartel una ganancia de 2 millones 500 mil pesos por día. El producto, piratería de una de las plataformas de video juegos de la empresa.
Lástima, el conocer que nuestro país siempre está en este tipo de noticias. Lástima cómo la mayoría de los mexicanos aceptamos la corrupción y fomentamos las mordidas, buscamos las formas de no respetar las reglas, bajamos música y películas sin pagar ningún tipo de regalía, compramos piratería y siempre buscamos la forma de brincarnos los procedimientos.
En este centro nos mostraron un sistema que opera 24/7, un sistema de rastreo de la actividad de los virus en el mundo. Es un mapa de la tierra donde se muestran puntos, entre más grande es el punto más computadoras y sistemas se encuentran infectados. En el caso de la República mexicana se tenía un punto muy grande, particularmente en la Ciudad de México. El mapa presentado permite saber la dirección exacta de los virus, la cantidad de dispositivos infectados así como los nombres de los virus.
Este gran punto está situado en la Plaza Meave en la Ciudad de México, mejor conocida como la Plaza de la computación. Comparado con los demás puntos era una cosa realmente espectacular.
El ejemplo más grande que nos mencionaron respecto a los virus tiene que ver con un sistema de envío masivo de correos electrónicos, mejor conocido como SPAM. Un sistema que en el año 2003 enviaba más de 30 billones de correos por día. Para darnos una idea de su impacto hablamos de más de 25 por ciento de consumo del ancho de banda mundial. ¿Podemos imaginar la cantidad de información?, cuando se detectó y bloqueó el sistema central de envió de correos, todos los países levantaron una alerta, el consumo de Internet cayó 25 por ciento en solo unos segundos, una catástrofe había sucedido.
Este tipo de experiencias permiten conocer hasta donde algunas de las empresas a las cuales les compramos algún tipo de software o equipos de cómputo mantienen algún tipo de información o control sobre nosotros los consumidores. Esta información es lo que se puede revelar, ahora pensemos en todo aquello que no conocemos y que se mantiene como “Clasificado”. Pudimos conocer la casa del futuro, o la conceptualización del futuro por parte la empresa. Ahí creo que no estamos tan alejados de poder llegar a lo que marca el futuro.
Estas experiencias de viaje me permiten saber que en México tenemos aún un gran reto por delante, una brecha que no será fácil romper.
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* Presidente del Premio Nacional de Tecnología
