Quien viera a este señor poderoso y nada circunspecto empresario, metido hoy como Presidente de los EUA, irritable e irritado, ¿por minucias? Pues, sin que la mayoría de los venezolanos se lo pidan, ¿y por qué habían de pedirlo? Trump insiste y aún no puede sentar a SU candidato Waidó en la silla presidencial de Venezuela, país de América al que se supone libre y cuya silla presidencial ya fue ocupada por el Presidente Maduro; quien, por supuesto, todavía hoy está bajo tensión para resistir la elección, si es que se presentase para enfrentar a Waidó: al candidato y la embestida del ¿aún imperio?
En una elección, lo verdaderamente importante es aprovechar el tiempo electoral para promover y procurar reflexionar, cómo organizar mejor la democracia, tan tenue y resistente, ¿por ello siempre requerida de celebrar elecciones, en las que el triunfador sea confirmado como Jefe de Estado por la mayoría de votos obtenidos?
Durante las elecciones, en Venezuela, todo debiera no parecer sino estar en auge, sencillo: A quiénes quieren los venezolanos elegir e investir como funcionarios con autoridad democrática para el correspondiente período de gobierno. Trump, ¿pervierte, convierte, el auge político y cultural democrático de Venezuela en la decadencia que muestra en sus caprichos? ¿Por qué persistir en hacer Presidente a Waidó? ¿Si gana Waidó, ganan Trump y Venezuela?
El presupuesto presidencial de que dispone Trump (USA) hasta le permite fastidiar a los mexicanos, a nosotros y a nuestros paisanos, con sus variopintas amenazas que cobran realidad en la frontera Norte ante sus múltiples ensayos de agresión, bloqueo, o en volver un viacrucis al cuadrado la ilusión de los paisanos y demás migrantes que aspiran a encontrar mejor trabajo y mejores condiciones de vida que en su país o países de origen, no existen. Con todo, el afanado, Trump, lo mismo planta acero que abre zanjas, levanta cercas, etc. Todo obstáculo imaginable por él o por sus proveedores de ideas, a quienes ya se les hizo costumbre y oficio, explotar a Trump mediante la creación de diferentes obstáculos con los cuales “adornar” la frontera y mantener boyante la industria de fastidiar al migrante, quien de todos modos pasa al otro lado.
Insisto: En la frontera Norte, se intenta de todo, menos lo que ordenó AMLO se haga con los migrantes en la frontera Sur: recibirlos, atenderlos y prepararlos para que se capaciten en oficios y si quieren, sigan su viaje, pero ya en condiciones de ganarse la vida durante el trayecto o donde decidan quedarse, recibirán ayuda para eso.
De regreso a Venezuela, ¿quiénes son los protagonistas o debieran serlo, en el proceso electoral – presidencial, según Trump, ya decidido por él a favor de Waidó? ¿Dónde está Maduro, quien fuera Presidente y amigo revolucionario de los cubanos, qué pudiera hacer, si ya decidió la elección Trump, el aún Presidente de los EUA, país al que se supone hoy celosamente democrático en lo electoral?
En cuanto a Maduro, no tiene de otra, está obligado a involucrarse con la elección, lo más democráticamente que se pueda.
