Superando las expectativas de sus seguidores, la legendaria banda de rock urbano El Haragán y Compañía se presentó esta noche de miércoles en el escenario principal del Festival Cultural Zacatecas, en su 38 edición.
La Plaza de Armas lució repleta de hombres y mujeres, jóvenes y adultos, ansiosos de embarcarse en el recorrido por la historia de la agrupación, las canciones inéditas y a capella, que el vocalista Luis Álvarez “El Haragán” prometió a “la bandita Zacatecas” por medio de las redes sociales de la agrupación.
“En los años 30” fue la canción que inició el concierto, la primera en una playlist que “El Haragán” no sigue, sino que construye en el mismo escenario, sintiendo el pulso de sus fanáticos y de su propio antojo.
Después de interpretar “Vine a”, compuesta para su hijo cuando tenía dos años de edad, el líder de la banda invitó a las personas a disfrutar la bendición de estar vivos tras eventos catastróficos como la pandemia. “¡Lo único seguro que tenemos y que hay que gozar… es el rock and roll!”, gritó el artista recibiendo los vítores del público.
“Bajando la esquina”, “Morir de noche”, “Mi muñequita sintética”, “Aburrida la vida”, “Antes me gustabas”, “A esa gran velocidad”, “En el corazón no hay nada”, “Sobreviví”, “Él no lo mató” son otras de las canciones que se bailaron y corearon, en este slam decente al que a ratos invitó Luis Álvarez.
Con sus letras directas y sonido crudo que retratan el caos citadino, historias de marginación y lucha, de resiliencia, violencia, alegría… El Haragán y Compañía conectó con el público zacatecano de la forma que sólo puede hacer quien ha sabido, de primera mano, que “nada en la vida es fácil”.
El Haragán y Compañía ofreció más de dos horas y media de función a las personas reunidas en Plaza de Armas, a quienes no les importó enronquecer y sudar, con tal de celebrar los más de treinta años de esta agrupación que sigue dejando una huella indeleble en la escena del rock nacional, en generaciones de músicos aún por venir y en la cultura mexicana.