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viernes, 19 abril, 2024
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Propuestas para disminuir los delitos de mayor incidencia en Zacatecas: extorsiones (parte 2)

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Por: Rodrigo Reyes Muguerza • DAVID PÉREZ ESPARZA •

Desde 2011 hasta 2016, el delito que mayormente adolecen los hogares en Zacatecas son las extorsiones. En 2011, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) del INEGI, 29, 696 hogares reportaron haber sido víctimas de extorsión. Preocupantemente, el número de extorsiones en Zacatecas estimadas por la ENVIPE se incrementó a 91,922 (209.54%) en 2013. Al año siguiente, en 2014, el número de extorsiones alcanzó su número máximo en el periodo analizado al registrarse 109,159 víctimas de este delito. En 2016, el último año sobre el cual la ENVIPE proporciona información, se estima que en Zacatecas se presentaron 100,615 extorsiones.

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¿Qué sabemos sobre estás extorsiones con base en la ENVIPE? Probablemente el dato más importante es que de las 454,246 extorsiones que se estiman sucedieron entre 2011 y 2016, en 32,342 (7.1%) de los casos se entregó lo requerido. Sabemos también que en 70.9% de las extorsiones, los delincuentes pidieron dinero y que 92% de las extorsiones en Zacatecas fueron telefónicas. Debido al gran porcentaje de llamadas telefónicas, solamente en 3.9% de las extorsiones se utilizó un arma, de las cuales en 90% se utilizó un arma de fuego.

Una vez que sabemos cuántas personas son las que sí conceden lo solicitado a los delincuentes, podemos empezar a analizar los patrones de comportamiento que pueden influir en esta decisión. Por ejemplo, sabemos que del total de extorsiones telefónicas que ocurrieron en Zacatecas, las víctimas solamente otorgaron lo que se pidió en 3.8% de los casos. Sin embargo, en extorsiones que fueron realizadas por internet o correo electrónico, 49% de las víctimas cedieron ante las exigencias de la extorsión. Con base en estos datos podemos proponer una política de prevención de la extorsión bastante puntual.

Primero, y debido a que la mayoría de las extorsiones en Zacatecas son telefónicas, las autoridades estatales pueden reforzar los esfuerzos de denuncia anónima a través de líneas de emergencia con una aplicación que permita a los usuarios de celular y teléfono fijo identificar los números que están relacionados con extorsiones. Además, esta aplicación debe permitir a los usuarios reportar números telefónicos desde los cuales se les haya intentado extorsionar. Una iniciativa similar se llevó a cabo en Nuevo León, se podría aprender de esta práctica.

Otro punto importante, un poco más delicado debido al porcentaje de personas que caen en este tipo de extorsiones, es el de enfocar esfuerzos a prevenir extorsiones que se den por medio de internet. Los servicios de reporte telefónico, pueden ser complementados por una plataforma de internet donde los usuarios, de forma inmediata, puedan interactuar con agentes a través de un chat para presentar su caso y tratar de rastrear al potencial extorsionador. Para optimizar recursos, este servició podría estar disponible de las 12:00 a las 18:00 horas, horario en el cual la ENVIPE estima ocurren la mayoría de las extorsiones.

Existen otros tipos de extorsiones que son más difíciles de prevenir, pero de las cuales también podemos inferir ciertos comportamientos. En todos los casos en que la extorsión fue presencial (en la calle, en negocio o en el lugar de trabajo, por ejemplo) el porcentaje de personas que pagaron es al menos 40%. Esto quiere decir que la presencia del delincuente aumenta la probabilidad de que la víctima ceda ante sus presiones.

Sabemos también que en 66% de los casos en los cuales hubo un arma de por medio, las víctimas de extorsión decidieron hacer lo que el delincuente les exigió. Además, desde 2013, todos los casos de extorsión donde se utilizó un arma correspondieron a armas de fuego. Si consideramos que una de las razones para no denunciar es el miedo a los delincuentes, entonces  se deben de plantear estrategias  diseñadas para captar aquellas extorsiones que son realizadas con arma de fuego.

Aunque se trata de solamente 3.9% de las extorsiones, el uso de armas de fuego incrementa la posibilidad de que las víctimas cedan a las demandas del delincuente. Además, la percepción de inseguridad se incrementa radicalmente cuando este tipo de delitos es cometido de esta manera. Las autoridades de Seguridad Pública en el estado, deben de poner especial atención en estos casos considerando sus particularidades.

Este análisis nos permite evidenciar que aunque se trata de un mismo delito, las modalidades del mismo son muy variadas. Si bien los elementos convencionales pueden funcionar en algunos casos, las autoridades necesitan hacer una diferenciación entre las extorsiones que se concretan y las que no y entre aquellas que son violentas y las que no. No se trata de inventar el hilo negro, ni de crear nuevas dependencias, simplemente de utilizar la información que se tiene a la mano para saber qué tipo de política se debe de implementar.

La próxima edición será dedicada al robo de autopartes.

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