Dice que esa expresión delata la necesidad de replantear nuevas formas de concebir la sociedad
Si en realidad las autoridades quisieran apoyar la causa no lo harían “regalando” un día libre: Jael Alvarado
El paro internacional de las mujeres no es nuevo ni de reciente creación, coinciden las universitarias
La idea de “dar permiso” para el paro de 9 de marzo no es más que otra expresión patriarcal de condescendencia emitida por oportunismo político, así lo comentó Marcela Gándara, docente investigadora de la Unidad Académica de Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ).
Agregó que, en la mayoría de los casos, lo hacen sin tener conciencia de las condiciones sociales de las mujeres en México, de ahí que su permiso no sea algo que ocupe al movimiento feminista.
Continuó diciendo que esa misma expresión delata la necesidad de replantear nuevas formas de concebir la sociedad y de crear otras maneras de vincularse en los distintos espacios, tanto en lo privado como en lo público.
Jael Alvarado, universitaria y activista feminista, complementó la idea mencionando que si en realidad las autoridades quisieran apoyar la causa no lo harían “regalando” un día libre, sino favoreciendo políticas a favor de las mujeres: sueldos iguales a los de los hombres, facilidad de horarios en caso de ser madres, etcétera.
Ambas coincidieron en que, para entender el paro, es necesario remitirse a la historia; el paro internacional de las mujeres no es nuevo ni de reciente creación.
Desde el 2000, aproximadamente, se viene convocando a nivel mundial la conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
En el caso de Latinoamérica, las compañeras argentinas son las que han refrendado la convocatoria desde el 2016 con el movimiento #NiUnaMenos.
A partir de ahí, el paro se ha replicado con mayor intensidad en el continente y, en particular, en México, donde desde el 2017 se para, y a las demandas de derechos laborales —sobre todo la disminución de la brecha salarial—, se han sumado los derechos reproductivos, la despenalización del aborto y el derecho a una vida sin violencia, fundamental ante la situación de emergencia que se vive en el país.
Para las feministas es irrelevante que los hombres o las instituciones dirigidas por hombres den o no permiso, porque finalmente han parado desde hace años. Sin embargo, no hay que olvidar a las mujeres que tienen una condición laboral muy vulnerable que les imposibilita unirse a las acciones, por eso cualquier signo de sororidad, por simbólico que sea, es importante.
