■ Éstas permitirán diferenciar entre la veracidad y la manipulación: José Enrique Finol
■ “Los fenómenos de comunicación se han complejizado, lo que exige un mayor estudio”
En el contexto de una cultura de consumo, el semiólogo José Enrique Finol, quien impartió el seminario “Cuerpo, publicidad y ritos” en la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), afirmó que uno de los principales retos de la semiótica es “desarrollar habilidades analíticas, interpretativas y críticas, para discernir entre lo fundamental y lo accesorio, entre la veracidad y la manipulación, entre lo trascendente y lo intrascendente”.
Otro reto, expuso, es lograr una integración interdisciplinaria con otras ciencias tales como la sociología, la comunicación, la antropología, la historia, el periodismo, la fotografía, la crítica literaria, entre otros, pues “la semiótica tiene esa característica privilegiada que es una ciencia cuya naturaleza es ser interdisciplinaria”.
Asimismo, dijo que la semiótica debe reconocer y analizar los nuevos fenómenos semióticos de intertextualidad, multimodalidad, multimedialidad y transmediación, lo que se refiere a que hay un escenario de convergencia que ya no es la simple comunicación verbal o escrita, sino que estos fenómenos de comunicación se han complejizado a lo largo de la historia y ello exige un mayor esfuerzo de estudio, análisis y búsqueda.
Otro reto, comentó, es reconocer los formatos de las nuevas narrativas, porque éstas son consideradas como el principio organizador de todo discurso, ya que es común observar que la narrativa se refiere sólo a los cuentos, a la novela o la historia, pero la publicidad está plagada de narrativa, cuenta historias y “no vende un par de zapatos, vende pies bonitos”.
Finol abundó en el reto de desarrollar habilidades analíticas, interpretativas y críticas, para discernir entre lo fundamental y lo accesorio, entre la veracidad y la manipulación, entre lo trascendente y lo intrascendente, pues “nuestra conciencia semiológica es la principal garantía de nuestra libertad. Esa garantía nos permite no ser manipulados por el discurso, por ese discurso que nos dice: ‘con estos zapatos tienes pies bonitos’”.
Manifestó que la semiótica también tiene el reto de la posverdad, donde los hechos objetivos y reales tienen menos credibilidad que los sentimientos y creencias de los individuos al momento de formular una opinión pública o una conducta social. Es decir, la posverdad se ha definido como una distorsión deliberada de la realidad que manipula creencias y emociones con el fin de influir en los individuos.
El último reto tiene que ver con las nuevas realidades actoriales y los prosumidores, las personas que consumen lo que ellos mismos producen. Esta nueva tendencia de producción consiste en la unión de un mismo sujeto que ocupa los roles de producción y consumidor.
Se refirió también a la publicidad como un proceso de semiotización omnipresente que es un instrumento de control y que tiene una gran influencia en la vida cotidanea contemporánea: “tiene un poder extraordinario”.
Finol concluyó que es importante aprender a analizar los procesos de significación que subyacen en los procesos de comunicación, es decir, “nos corresponde hacer el inventario de las variables contextuales y su inserción en los procesos semióticos”.
Además, señaló que la semiótica ofrece instrumentos eficientes y eficaces para afrontar los retos de la comunicación en la actualidad, y la digitalización del mundo de la vida obliga a explorar nuevos territorios comunicacionales que hace dos décadas parecían inimaginables y ahora son parte de la vida cotidiana.
“A veces me digo que esos fenómenos van caminando delante de nosotros los investigadores y nos cuesta alcanzarlos. Debemos hacer un gran esfuerzo de creación y conceptualización para tratar de alcanzarlos, analizarlos e interpretarlos antes de que nos dejen atrás”.
