Fueron denunciados como probables responsables de la comisión de delitos en esa región, amedrentando a las y los ciudadanos de ser integrantes de un grupo delincuencial.
Fueron inculpados de homicidio involuntario por comprar el arma usada por el menor en el ataque donde cuatro estudiantes, de edades entre 14 y 17 años, murieron y otros seis resultaron heridos junto con un maestro, en el tiroteo del 30 de noviembre en la pequeña localidad de Oxford.