El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reveló que el 2.4% de la población mexicana es afrodescendiente, siendo el 51% de esta población mujeres y el 49% hombres.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de las Personas Afrodescendientes, instituido en 2021 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el INEGI emitió un comunicado que presenta las estadísticas demográficas de las personas que se identifican como afrodescendientes en México.
Según estos datos, esta población se encuentra mayoritariamente entre los 30 y 59 años, grupo que representa el 41.3% de la población afrodescendiente, mientras que el grupo más pequeño es el de personas de 60 años y más, con un 13.1%. Además, el 63.3% de la población afrodescendiente también se considera indígena.
Sólo seis entidades albergan al 53.2% de esta población: Estado de México, 19.2%; Guerrero, 11.0%; Nuevo León, 6.6%; Chiapas, 5.8%; Jalisco, 5.7% y Oaxaca, 4.9%.
Sin embargo, los porcentajes más altos de población afrodescendiente respecto al total de la población del estado se encuentran en Guerrero, con 9.5%; Morelos, 4.9%; Colima, 3.9%; Quintana Roo, 3.9% y Oaxaca, 3.6%. Además, el 76.1% de la población afrodescendiente reside en localidades urbanas, mientras que el 23.9% vive en áreas rurales.
Zacatecas, por su parte, destaca frente al resto de estados por su baja proporción de población afrodescendiente, que constituye sólo el 0.4% del total estatal, siendo el segundo estado con menor porcentaje de población afrodescendiente, solo superado por Sonora, con un 0.2%.
En términos educativos, 97 de cada 100 personas afrodescendientes saben leer y escribir, superando ligeramente a las personas no afrodescendientes. Asimismo, el porcentaje de asistencia escolar entre la población afrodescendiente y no afrodescendiente de entre 3 y 17 años es idéntico, alcanzando el 86.1%. Sin embargo, el grado promedio de escolaridad de la población afrodescendiente es de 10.9 años, superando a la población no afrodescendiente, que tiene un promedio de 10 años.
La mayor disparidad se observa en la educación superior, donde el 31.3% de la población afrodescendiente ha completado un grado universitario, en comparación con el 23.6% de la población no afrodescendiente.
En cuanto a la estructura de los hogares, de los 38.9 millones de hogares en el país, el 2.7% (1,042,716 hogares) tiene una jefa o jefe afrodescendiente. De estos hogares, el 66.2% tiene jefatura masculina y el 33.8% femenina. La mayoría de estos hogares son de tipo familiar, y dentro de ellos, el 70.5% son nucleares, el 29.0% ampliados y el 0.5% compuestos.
Por otro lado, en el 60.6% de los hogares con jefatura afrodescendiente, la jefa o jefe del hogar también se reconoce como indígena, con un 65.7% de jefatura masculina y un 34.3% femenina. El tamaño promedio de los hogares con jefatura afrodescendiente es de 3.2 integrantes, cifra similar a los hogares con jefatura afrodescendiente e indígena y al promedio nacional de 3.3 integrantes.
Aunado a esto, el promedio de hijas e hijos nacidos vivos de las mujeres afrodescendientes en edad fértil es de 1.33. Para las mujeres afrodescendientes e indígenas, el promedio es de 1.63, mientras que para las mujeres no afrodescendientes es de 1.46. En cuanto al promedio ideal de hijas e hijos que las mujeres afrodescendientes esperan tener a lo largo de su vida, es de 2.09, inferior al de las mujeres afrodescendientes e indígenas, que es de 2.30, y al de las mujeres no afrodescendientes, que es de 2.15. Asimismo, el 85.7% de las mujeres afrodescendientes en edad fértil ha iniciado su vida sexual, principalmente entre los 15 y 19 años. Para las mujeres afrodescendientes e indígenas, este inicio se da en su mayoría en el mismo rango de edad, con un 66.2%.