“Lo que queremos y tratamos es de que el espacio sea familiar y de no tener quejas con vecinos. No podemos aumentar los niveles de la música, cuidamos mucho el espacio por el tema del patrimonio y no queremos que se dañe nada”, dijo a La Jornada Zacatecas el gerente del Centro Histórico, Josué Hernández, luego de que vecinos de calles y callejones aledaños a la Plazuela 450 se quejaran por el volumen de la música después de terminado el servicio de la pista de patinaje sobre hielo.
El funcionario municipal reconoció que quizá quienes dan mantenimiento ahí “estaban motivados” y subieron el volumen, que se escuchó más porque en la noche ya no hay ruido, pero reconoció también que eso no se puede hacer en una zona habitacional y menos frente a un museo que resguarda patrimonio artístico como es el Manuel Felguérez, con cuyo personal, dijo, se ha entablado una buena relación.
Josué Hernández recordó que la pista de patinaje sobre hielo se instaló por común acuerdo entre las autoridades municipales, las del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la Junta Estatal de Monumentos y el Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde”, por el espacio que corresponde al Museo de Arte Abstracto “Manuel Felguérez”, del cual se solicitó el estacionamiento que está a espaldas del inmueble, donde además se instalaron servicios sanitarios.
Con respecto a la basura, el funcionario informó que se recoge a los rededores de la pista hasta tres veces por día: una por la mañana, otra después de mediodía y la otra durante la tarde-noche. En estos días vacaciones y con la gran afluencia que hay en el centro, dijo, hay demasiada basura, además de que locatarios y vecinos la sacan a los contenedores o la ponen en lugares no permitidos para que los camiones la recogen sin respetar el horario de estos, por tanto, llamo también a una nueva cultura de la recolección en los habitantes del centro.
Asimismo, Hernández señaló a La Jornada Zacatecas que con los comerciantes establecidos en las inmediaciones de la pista de patinaje, se llegó a un acuerdo de estar separados y uno destino a la venta de un giro distinto, además de que se les pide que al terminar limpien sus espacios. Con respecto al estacionamiento, se ha tratado de respetar el lugar de los vecinos y por eso se solicitó el estacionamiento a espaldas del museo. El único vehículo que se tiene ahí cerca es la ambulancia que ha servido para atender casos de caídas.
Dado que la queja recurrente de los habitantes de la zona fue el volumen de la música, reiteró el compromiso de respetar los horarios y los decibeles, pues señaló que las últimas personas que salen de patinar lo hacen a las 9:45 de la noche y posteriormente se quedan los trabajadores de la empresa y los de limpieza del ayuntamiento capitalino para regar las distintas áreas y recoger el hielo excedente que va quedando, quizá es cuando se ha escuchado la música más alto porque ya no hay ruido, recalcó.
