Tras calificar como una juzgadora intachable, humilde, de prolija trayectoria y especialmente de categoría y sensibilidad, el magistrado Arturo Nahle García rindió un mensaje ante la jubilación de la magistrada Julieta Martínez Villalpando, quien se desempeñó durante dos periodos como presidenta del Tribunal Especializado en Justicia Penal para Adolescentes, se informó en un comunicado.
“Despedimos a una de nuestras más valiosas juzgadoras; a una mujer sensible que siempre se condujo con pulcritud e independencia en cada una de sus resoluciones, una servidora pública ejemplar que deja un invaluable legado y una huella en el devenir de la justicia, pues tratar casos que involucran a niñas, niños y adolescentes es una de las tareas más complejas en la impartición de justicia, precisamente por ello es un “Tribunal Especializado” que requiere de elementos de la talla de la magistrada Julieta Martínez”, expuso.
A título personal Nahle García, le reiteró a la magistrada Julieta su admiración, cariño y respeto; “es una mujer intachable a la que conozco desde hace muchos años y tuve oportunidad de observar cómo escaló peldaño tras peldaño la carrera judicial, hasta llegar a presidir este complejo e importante Tribunal”, por ello señaló que es un privilegio darle la despedida a nombre del Pleno y de quienes integran al Poder Judicial.
Con más de 40 años al servicio del Poder Judicial, la hoy magistrada en retiro fue Jueza de Primera Instancia en diversos distritos judiciales, procuradora de la Defensa del Menor y la Familia, magistrada del Tribunal Electoral del Estado de Zacatecas, Licenciada en Derecho por la BUAZ con Maestría en Juicios Orales y Especialidad en el Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes.
Asimismo, el magistrado Arturo Nahle presentó a la nueva magistrada presidenta de dicho Tribunal, Ruth Lucio Sánchez, una juzgadora con trayectoria en el Poder Judicial, profesional, sensible y especializada en el Sistema.
Finalmente, Nahle García expresó a Julieta Martínez que se retira como las grandes, triunfal, por la puerta grande y con la frente en alto, con la satisfacción de haber cumplido y que todo el sacrificio valió la pena.
