México tiene muchos y graves problemas, que requieren urgente atención. Los grupos más vulnerables de la sociedad, no han perdido, no quieren perder la esperanza de que el nuevo gobierno presidido por AMLO, pueda rescatarlos del torbellino de miseria e inseguridad en que se encuentran inmersos desde hace décadas y, que en lo particular, se agudizó durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. Este fue uno de los motivos que explican el glorioso e histórico triunfo de López Obrador que lo llevó a la presidencia de la República.
Nuestro país entonces, no está para bromas, ni actuaciones fuera de lugar…fuera de época…fuera de contexto. Se requiere seriedad para enfrentar su problemática.
Respeto mucho las opiniones en contrario…pero yo me sujeto a mis Comentarios Libres.
El lunes de la semana actual, durante un evento realizado en Frontera, Tabasco, para celebrar la conmemoración de la batalla de Centla, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, confirmó que envió cartas al Rey de España Felipe VI, y al Papa Francisco con el fin de iniciar un proceso de reconciliación rumbo a los 500 años de la conquista de Tenochtitlán a partir de que se pida perdón. Dijo: “que se haga una revisión histórica. Sobre todo, que se reconozcan los agravios que se cometieron y sufrieron los pueblos originarios”
¿?
Los procesos históricos universales, han aportado elementos a la humanidad que permitieron su evolución en el transcurso del tiempo. En nuestro joven continente fueron dos. Primero el descubrimiento de América en 1492 y luego, la conquista de México en 1521.
Indiscutiblemente fueron procesos violentos. Si se quiere por así decirlo, salvajes. Nadie lo duda. Es perfectamente entendible. En “lenguaje moderno” hubo violación a los derechos humanos.
Hablemos del segundo de esos procesos.
Se trató de la fusión de dos culturas. No se puede dejar de reconocer que si bien es cierto, la invasión española impuso sobre los pueblo originarios formas de vida y patrones de conducta que les eran ajenos, también lo es, que no todo desapareció de ellos. Igual, con la religión como forma ideológica para controlar a la población se lograron avances. ¿Por ejemplo? Erradicar la realización de los sacrificios humanos en honor de una serie de dioses, creados por los indígenas.
Fueron muchas aportaciones más. ¿Cuáles? Las primeras escuelas donde se enseñaba a leer y a escribir a los indígenas, además de artes y oficios. Los primeros centros de beneficencia pública, que les prestaba los servicios de salud. Todo estaba a cargo de órdenes religiosas traídas por los españoles.
Viendo retrospectivamente 500 años, entendemos sin lugar a dudas, que sí hubo un despojo y una imposición brutal. Pero…no se puede ahora darse el lujo de reclamar y pedir disculpas por lo que sucedió entonces, cuando en pleno siglo XXI, las condiciones en que viven los indígenas son dramáticas. Inmersos en la miseria; sujetos a la invasión constante de sus tierras y recursos naturales, así como expuestos a la flagrante violación de sus derechos humanos. La prueba más evidente de este panorama es el Levantamiento Zapatista de Liberación Nacional que irrumpió el 1 de enero de 1994, con sus reclamos plasmados en El Primer Comunicado de la Selva Lacandona y, que al cabo de 25 años, no han sido resueltos.
De esta forma las disculpas a los pueblos originarios, deben ser ofrecidas por el gobierno mexicano. No precisamente porque haya sido AMLO el responsable de la situación actual, sino porque en sus manos está el gobierno federal en turno. Tampoco que el Papa Francisco ofrezca disculpas en lo que a la conquista se refiere. Pedirlas como pretende el Presidente y por los motivos en que las sustenta, colocan a México internacionalmente, en una situación de enfrentamiento y provoca un escenario de fricción que en estos tiempos tan aciagos, es lo que menos necesitan los mexicanos.
Son disculpas que se piden fuera de lugar. Así lo han entendido España y El Vaticano dando sus respuestas, negando la petición.
Hay mucho trabajo que hacer y resolver en el país: la reforma educativa; atender el problema de algunas universidades públicas; solucionar los conflictos laborales que se están presentando y se manifiestas en huelgas y paros; erradicar el cada vez más agudo problema de inseguridad; ¿Qué hacer con la grave violación a los derechos humanos?; el desempleo; la atención al campo…
Yo entiendo la petición de disculpas de AMLO, como la reivindicación de los pueblos originarios al estado en que se encontraban hace 500 años. Para ello, habría que ubicarlos en las condiciones que entonces vivían.
No se puede estar jugando con la voluntad del pueblo depositada en las urnas. Los ciudadanos esperan más- Esperan mucho.
Resulta muy saludable tener nuevas instituciones sexenalmente, como el Consejo de la Memoria Histórica que la actual administración creó, y designó como su titular a Beatriz Gutiérrez Müller. Sin embargo, no se puede ni se debe desperdiciar el tiempo en situaciones como la que aquí comento. Es tiempo de actuar ya. Las disculpas que pide el Jefe del Ejecutivo, se encuentran totalmente fuera de lugar. Que no se desgaste al país…