■ Piden apoyos para mejoramiento de vivienda y cobijas para soportar las heladas
Cuando se vive en un cuarto construido con lonas, madera y cartón es difícil soportar las bajas temperaturas, el aire se cuela por todos lados, el suelo de tierra enfría más la habitación y la única manera de evitar que el frío cale hasta los huesos es con el calor que le dan al hogar sus moradores.
En la colonia Ignacio Allende, en el municipio de Guadalupe, hay familias de seis personas durmiendo en una sola cama, en un cuarto construido con pedazos de lámina, cartón y madera, como la de Miguel, quien vive con su esposa y sus tres hijos de 5, 6 y 10 años, quienes son invidentes de nacimiento.
Su casa tiene techo de lámina y está sostenida con trozos de madera, las paredes son lonas, el piso de tierra, sólo tiene una cama en la que duermen todos, un par de cobijas, una vieja estufa, mochilas con algo de ropa, trastes en una caja en el suelo, y dos pequeños cuadros de la Virgen de Guadalupe adornan su vivienda.
“El frío cala hasta los huesos, el aire helado entra por las lonas y las laminas que ya están desgastadas y roídas, llueve y se moja todo adentro y se enloda, es como estar afuera de todos modos, no se nos quita el frío, hasta que dormimos todos juntos”, dice Miguel.
Su esposa apoya la economía familiar cantando en la vía pública y sus tres hijos acuden a escuelas donde reciben educación especial, en tanto que Miguel se gana la vida como peón de albañil en la construcción.
“Pues ella se va a cantar a Zacatecas, y yo trabajo cuando me ocupan, muy apenas comemos frijol y sopa, lo que ‘haiga’. Nosotros necesitamos un cuartito, tengo la cadena para un cuartito, pero no tenemos para fincarlo”, explica.
Con el frío sus hijos se enferman constantemente de las vías respiratorias, ante la falta de seguridad social y de dinero, acude a los centros de salud locales, donde reciben atención gratuita.
El señala que lo que requieren es un apoyo de vivienda, así como oportunidad para trabajar y darles la atención necesaria a sus hijos y a su mujer.
Martha Alicia, vecina de Miguel, también vive en un cuarto hecho de lonas y madera, con su esposo y cuatro hijos.
Tiene sólo una cama, donde duermen ella, su pareja y sus hijos de 10, 11, 12 y 14 años, quienes sacuden a la escuela.
“Está difícil, con los aires las mugres tablas se quebraron, con el agua nos goteamos, ahí se escucha que truena, aquí se cuela todo el frío, hace poco se me enfermaron las dos chiquillas de la gripa”, menciona Martha.
Lo que piden estas familias son apoyos para mejoramiento de vivienda, como lonas para cubrir techos y paredes, además de algunas cobijas para soportar de mejor manera el frío en los siguientes meses.
