■ Número 3
■ El arte de vivir confinados juntos: la familia
Uno de los motivos recurrentes de las imágenes humorísticas Covid ha sido, sin lugar a dudas, la cuestión de la cohabitación forzosa, en el seno del espacio doméstico, vinculada esta a la prohibición de salir del propio hogar. Aplicado de manera, más o menos rigurosa en función del país, el “confinamiento” se ha impuesto como una realidad mundialmente compartida. Este término, de un uso hasta el momento más que nada limitado, se ha impuesto como un eufemismo para designar una realidad a menudo de una gran violencia. Al otro lado, las diferencias socio-económicas y profesionales de los individuos afectados, el hecho de vivir encerrados, solos o acompañados, con la reducción de repente de nuestros márgenes de movilidad y de sociabilidad, ha supuesto un trastorno sin precedentes.
La familia ha sido una de las grandes protagonistas de las imágenes del confinamiento. El cierre de escuelas y el teletrabajo han reunido en el domicilio a padres e hijos de un modo nunca antes vivido. De manera rápida, las recomendaciones han brotado para convertir estos encuentros en espacios y momentos de felicidad y de creatividad: cocina, trabajos manuales, etc. En los medios de comunicación, las familias modélicas y unidas, rivalizando en inventiva, servían de ejemplo idílico a los millones de personas que con bastante frecuencia estaban desbordadas por una situación totalmente antinatural. Es esta realidad la que las imágenes humorísticas han reflejado.
Nuestra imagen del día pone en escena a una pareja con un niño de corta edad dentro de su cocina en el octavo día de confinamiento. El tipo de plano con un encuadre cerrado permite atisbar el caos en el ambiente con un padre de familia moderno, conferido a las tareas culinarias, delante de una encimera elocuentemente desordenada. Con su mano derecha le da el biberón al ave situada sobre el orinal, y con su mano izquierda se dispone a remover el contenido de la olla en la que está sumergido el adorable bebé. En un segundo plano, la esposa, que regresa a casa de la compra, manifiesta su reprobación.
El humor, que reside sobre el fenómeno de la inversión de contenidos, da muestra a través de lo absurdo de la situación generada, del fenómeno de confusión mental de este pobre hombre de buena voluntad, sobrepasado por las circunstancias. A imagen de todos aquellos para los que el confinamiento familiar, alejado de clichés de felicidad familiar, ha terminado constituyendo una verdadera prueba que deja a la luz, a veces incluso, el maltrato.
*Catedrática de Artes Visuales en la Universidad Sorbona
** Traducción del francés por Jordi Macarro: En guise de prologue: L’humour au temps du Corona: 40 images pour une quarantaine.
