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miércoles, 16 abril, 2025
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La Plaza Bolívar de Bogotá, de Nancy Berthier

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Por: CARLOS BELMONTE GREY •

La Gualdra 657 / Desayuno en Tiffany’s, mon ku / Libros

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Viajera solitaria

La “road research” que emprendí a finales de agosto de 2019 en los primeros días de mi año sabático me está proporcionando una experiencia radical de viaje en solitario. No es que no haya tenido la oportunidad de ir sola al extranjero en el pasado. La primera vez fue en Salamanca, cuando apenas tenía 20 años, donde pasé un mes. Luego hubo muchas otras ocasiones. Pero en aquel entonces, lo desconocido era relativamente limitado, ya sea porque estaba invitada, y por lo tanto acogida, o porque participaba en un evento científico, por lo tanto dentro de un marco, o bien porque el lugar destino no me era desconocido, o porque era desconocido, pero potencialmente familiar (en Europa). Y luego, con el paso de los años, la cantidad de gente a la que conocí aquí y allá me permitió tener contactos al menos en los países más visitados. En La Habana, Ciudad de México, Nueva York, Madrid, Barcelona, Valencia, los destinos que probablemente más he visitado, tengo amigos muy queridos y amistades de larga duración, que contribuyen a una sensación de gran familiaridad cuando viajo allí. Esa dulce sensación de ser esperada.

      

La experiencia de la soledad durante los viajes realizados este año es de dos tipos. En primer lugar, se refiere a los viajes a países en los que nunca había estado: Chile, Argentina, Perú y Ecuador. Países sobre los que tenía algunas nociones, pero muy vagas y que incluso trataban de olvidar. Ése es el objetivo del juego, volveré a ello más tarde. Unas estancias también preparadas en plazos muy breves. Así pues, una parte excepcional de lo desconocido, que la cantidad de destinos refuerza singularmente. Lo desconocido y la soledad se transforman en toda una aventura. Ambivalente, emocionante y preocupante al mismo tiempo, emocionante por ser preocupante. 

Ésta es la más reciente publicación de Nancy Berthier (1), un texto que navega entre las aguas de un diario de viaje personal y un proyecto de investigación interrumpido por el confinamiento de Covid-19 en marzo del 2020.

La Plaza Bolívar de Bogotá, de Nancy Berthier
La Plaza Bolívar de Bogotá, de Nancy Berthier

Un libro con sus fotografías de viaje y algunos dibujos de su hija Léa repartidos en 95 páginas, con textos que son, en realidad, sus notas del día, textos traducidos en doble columna -francés-español- y anécdotas que van entre referencias a un proyecto de investigación y encuentros con algunos de sus antiguos doctorandos -David, Francisco, Ana María-.

Un libro de la Colección Artis Amore, editado por la Casa Velázquez de Madrid, La Villa Hispánica, que bien puede convertirse en un objeto de colección para nuestras bibliotecas como guía para investigaciones académicas. 

El viaje en Bogotá duró del 26 de febrero al 17 de marzo del 2020, terminando abruptamente por el inicio del confinamiento. Ésta era su quinta etapa y, por tanto, quinta plaza de un proyecto que pretendió trabajar la importancia histórica de las plazas de las capitales de algunas ciudades de América Latina: Plaza de Mayo (Buenos Aires), Plaza de la Constitución (Santiago de Chile), Plaza de las Tres Culturas (Ciudad de México), Plaza de la Revolución (La Habana), Plaza Bolívar (Bogotá), Plaza San Martín (Lima), Plaza Grande (Quito), Praça dos Três Poderes (Brasilia). Las estancias de las últimas tres quedan por realizarse.

                                             

Plazas, democracia, cuestiones de poder en América Latina

Ésta es una hipótesis que formulé, torpemente, y que me vino a la mente esta tarde después de una fascinante conversación de casi tres horas con Germán Mejía, especialista en la historia urbana de Bogotá, quien fue director de los archivos de la ciudad y asesor del Ministro de Cultura para la celebración del bicentenario de la independencia, y actualmente es decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Javeriana.

No está del todo claro, pero bueno, así es. Se trata de la especificidad de las plazas en relación con la democracia en los países de América Latina, antiguas colonias españolas y portuguesas. La conquista del continente se tradujo en la ocupación del espacio, especialmente de las ciudades, que eran lugares de poder. La conquista o creación de grandes ciudades se estructuró en torno a las plazas mayores o de armas, espacios estratégicos, corazones urbanos.

Al igual que las plazas mayores peninsulares, estas plazas eran teatros al aire libre para la afirmación del poder real. Las grandes plazas tenían una función práctica como lugar de ejercicio del poder y, al mismo tiempo, desde el punto de vista del imaginario del espacio, constituían poderosos referentes simbólicos.

La Plaza Bolívar de Bogotá da un respiro a la cuadrada vida de la academia y muestra otras formas de escritura a los, también, muy cuadrados académicos. Una mezcla entre la confianza de pensar que se escribe para uno mismo y que luego pasa al público. De los resultados de este viaje habrá también un cortometraje realizado a cuatro manos y cuatro ojos con David Jurado.


(1) Nancy Berthier es catedrática de la Universidad Sorbona y actualmente directora de la Casa Velázquez de Madrid. Ha contribuido en La Gualdra con la serie L’humour au temps du Corona: 40 images pour une quarantaine, publicada entre mayo y junio del 2020.

 

 

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