Editorial Gualdreño 657
“El aporte de Paquita la del Barrio se da en la cadena de los cambios (sociológicos y amatorios), de la súplica al desafío, del relato herido a la jactancia, del perdón al insulto, de la pose hierática a la pose hierática humanizada por el dolor y petrificada por el desquite. Hay canciones de Paquita que su público le pide una y otra vez, por lo que ya son himnos para las mujeres mexicanas”, decía Carlos Monsiváis, a quien se le considera como el “verdadero descubridor” de Paquita la del Barrio (Francisca Rivera Barradas. 1947-2025).
Hace un par de décadas tuve la oportunidad de ir a verla en el Palenque de la Feria Nacional de Zacatecas. Fue una experiencia única. La mayoría de los asistentes era, por supuesto, de mujeres; es más, no recuerdo haber visto a más hombres que los que estaban sentados cerca del ruedo, seguro eran los galleros que acababan de participar, y que no aguantaron más que un par de “Me estás oyendo, inútil” antes de salir casi huyendo de ahí.
A propósito de esas canciones que menciona Monsiváis, tengo presente de ese concierto una anécdota: un grupo de mujeres le pedían insistentemente “¡Paquita, ‘Tres veces te engañé’!”, decían una y otra vez, hasta que de Paquita pasaron a Francisca: “¡Francisca, ‘Tres veces te engañé’!”, para que les hiciera caso… la cantante terminó por contestarles: “Es la que acabo de cantar, señoras… ¡salud!”, dijo con esa seriedad que la caracterizaba para luego esbozar una sonrisa. Y reímos todas, y cantamos todas.
Creo que la primera canción que escuché de Paquita fue “Cheque en blanco”, después supe que antes de ella ya la había interpretado otra artista de nombre Chelo Silva (1922-1988), a quien lo más probable es que Paquita la haya escuchado cuando era muy joven, pues desde finales de los años 30 Chelo Silva, estadounidense de nacimiento, se dedicó a cantar música ranchera mexicana y boleros de este tipo.
En 1992 Paquita estrenó su álbum Desquítate conmigo y ahí estaba “Cheque en blanco” -de Ema Elena Valdelamar-, canción que popularizó todavía más Francisca Viveros Barradas, la intérprete que le dio voz al dolor por abandono, al despecho y, hasta cierto punto, al empoderamiento femenino -por lo menos cantado-: “Ay, me decepcionaste tanto / que ahí te dejo un cheque en blanco / a tu nombre y para ti. / Es por la cantidad que quieras/ en donde dice desprecio / ése debe ser tu precio / y va firmado por mí”, cantaba esta artista originaria de Veracruz y se sumaba al movimiento de la cultura popular desde ese espacio artístico en donde ella figuraba como protagonista -especialmente desde la década de los años 90 del siglo pasado-.
Decía Carlos Monsiváis “Ubicua y casi imposible de definir, sujeta al uso demagógico y a la perspectiva sentimental, la cultura popular es hoy uno de los modos más estimulantes de acercarse al fenómeno urbano y el imaginario colectivo”, y así de difícil de definir, pero tal fácil de sentir, en las manifestaciones culturales de todo tipo están las mujeres que ya no se quedan calladas padeciendo “su cruz”, e interpretan canciones, son compositoras, hacen libros, artes plásticas, son independientes, estudian, son profesionistas y… se defienden. Salen a marchar el 8 de marzo para gritar que las mujeres tenemos los mismos derechos que los hombres, para protestar en contra de las injusticias, la desigualdad y la falta de equidad.
Estamos a pocos días de que una nueva marcha de mujeres se lleve a cabo en todo el país, y en Zacatecas habremos de observar también que su fuerza es cada vez más grande y más organizada. Ojalá todo marche en paz. “Nos atenemos a nuestro miedo como radar. Se supone que ésa es la teoría y en la medida en que no nos despeguemos de él, estaremos seguros. Lo inseguro es no tener miedo”, dice Monsiváis también en el artículo mencionado con anterioridad, al referirse al auge de la violencia en los entornos urbanos, retomo esta frase para finalizar y les recomiendo que lean el artículo completo de quien se dedicó a re-dignificar el papel de la cultura popular en donde estaba, por supuesto, Paquita la del Barrio, quien falleció el pasado 17 de febrero.
Que disfrute su lectura.
Jánea Estrada Lazarín