En el marco del décimo aniversario de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, Jorge Tagle Marroquín, docente de la Unidad Académica de Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), afirmó que ese tipo de incidentes contra los estudiantes son parte de una política de gobierno que ha prevalecido durante décadas.
Durante la conferencia “El deseo político a propósito de Ayotzinapa”, impartida a alumnos de preparatoria, recordó que en 1968 hubo un acontecimiento en donde el gobierno mexicano asesinó a cientos de estudiantes en la plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, sin que haya pasado nada en contra de los responsables.
“Esa es una política del gobierno de tantas administraciones. Las políticas de gobierno están por todas partes, cuando hay un problema en el país todos hablan de políticas de gobierno, por ejemplo, crear una comisión para investigar lo ocurrido y ahí está el tema: es lo que pasó hace 10 años y lo que nos ofreció la autoridad política”, dijo.
De acuerdo con Tagle Marroquín, hay dos formas diferentes, pero igualmente relevantes para realizar alguna política de gobierno, a una de ellas se le puede denominar como “inventivo vertical ascendente” y a otra “vertical descendente”, es decir, que está arriba y tiene que bajar a la realidad.
Según expuso, en esta última se puede ubicar a la política de gobierno desde el 2014 respecto de los 34 estudiantes normalistas desaparecidos y se espera que al menos se aplique la normatividad.
“Lo que sea que haya sucedido esa noche del 26 de septiembre del 2014 en Iguala, Guerrero, y que ahora se busca reconstruir detalladamente para averiguaren un sentido jurídico infracciones a la ley, responsabilidades y en todo caso omisiones”, dijo
No obstante, Tagle Marroquín dijo que eso plantea un doble reto a la política de gobierno: primero, que la desaparición de los estudiantes ya pasó y recrearlo es imposible porque, además, se busca evaluar bajo la luz de la normatividad vigente en ese momento de todos esos acontecimientos que no se pueden reconstruir sino tan solo aproximadamente.
Entonces, desde su perspectiva, el reto es reconstruir y evaluar sin considerar como un hecho lo que se tiene que demostrar, pero hay la obligación del presidente y de la presidenta electa aclarar lo que ocurrió ese día.