Un ciclo inicia para maestros o profesionistas en lucha por ingresar a un sistema educativo, trizado de problemas, como México, sumido en una decadencia neoliberal, prolongada mediante artificios que atosigan a medio mundo; en ella, la educación pública de calidad importa de dientes para afuera, en general, la tendencia es evitar generar puestos de trabajo, remunerados según la ley, aunque requeridos para ocupación y disfrute de egresados, dotados, se supone, con competencias y calificación, a desplegar de manera productiva. ¿Cuántos puestos de trabajo se crean con tales características? En Zacatecas, es mejor tener trabajo a no tenerlo y si los trabajadores se organizan y accionan en sentido democrático, será posible confrontar la política neoliberal para sostenerse.
En el sistema educativo, ¿cómo interactuar con excelencia, para corregir y enfrentar irregularidades a su interior, con posibilidades de éxito? Bajo el neoliberalismo, la mejor defensa de la escuela consiste en fortalecerla con el dominio de lo que es la educación como materia de trabajo holística y ejercer un magisterio con capacidad ¿y competencias? generadoras de novedades capaces de confrontar y superar al modelo neoliberal y su visión utilitarista y pragmática: ¿deja dinero o lo ahorra? La vida, la sociedad, su historia y la escuela, son más que biología, por su carácter institucional y cultural, sujeto a permanencia y desarrollo. Vinculadas, posibilitan el devenir de un país que no debe seguir sometido por el neoliberalismo, así sea enarbolado y sostenido por el régimen gubernamental en turno. Si se quiere hacer algo por México y los mexicanos, desde la particularidad escolar, con sentido democrático, del presente y del futuro, se habrán de promover e implantar desde el aula, prácticas académicas y educativas proclives a la democracia; susceptibles de acotar, contener y frenar al neoliberalismo, si prevalecen en la sociedad, como humanas y sociales, no mercantiles.
El sentido artificial de la ganancia y la competencia, de todos contra todos, debe confrontarse con el sentido de realidad: de la sabiduría y la cooperación, que exigen estudiar a fondo y darse a debatir para idear y ser capaces de crear diferencias generadoras de cultura y riqueza, a partir de organizaciones posibles de habitar y fortalecer entre todos, por la inclusión y su operar sin discriminación.
¿De dónde van a salir mejores opciones para educación y formación, si el rechazo prevalece en el sistema? Se prepara y convoca a evaluación para adquirir el derecho de ser elegible para obtener una plaza magisterial. Excelente: se elabora la convocatoria, se difunde e inscribe a quienes quieran participar, según los requisitos, incluso, si provienen de otros lugares de la República, se respeta su derecho a competir. Si el número de plazas a concurso es diez veces menor al número de sustentantes, el problema es la escasez de puestos de trabajo y aunque en el examen se participa de acuerdo a consistencia y aspiraciones, los resultados dejan sin acceso a la gran mayoría, por capaces que puedan ser. Mercado y estado operan con restricciones de oferta y demanda. Es deseable la formación académica profesional para ser maestro o profesor e indeseable que al término de su carrera, no obtengan trabajo.
El sentido en que va a operar la reforma educativa es: restricción. Resta organizarse e imponer incrementos de puestos educativos en los planes de trabajo para el desarrollo municipal de los candidatos que contenderán el año entrante. Hacer igual, con los diputados estatales, federales y senadores: que redoblen la gestión educativa, sin olvidar los lugares donde cierran escuelas.
Emprender lo anterior, sin duda ayuda a disipar con anticipación dos mitos de la serie enumerada por Hugo Aboites, por ejemplo: “No hay otra manera, el ingreso a la institución de preferencia es algo que depende fundamentalmente del esfuerzo de cada persona y, que, en caso de no ser admitido, “hay que estudiar más”.” Otro, “dice que todos tienen las mismas oportunidades de ingreso. Que no hay favoritismos o privilegios.”
En el mismo sentido, otra tendencia asoma y no es el declive de la educación ni de las Normales, sino la creciente tendencia a la privatización y a los recortes presupuestales, que empujan a un futuro de precarización a los profesores.
Al final, un principio, el panorama político de México se altera al anunciar, el “subcomandante Marcos”, que deja de existir o más bien que “nunca vivió”, sólo fue una “estrategia” para llamar la atención hacia los indígenas, y renace ahora con el nombre de “Galeano”, un compañero recientemente asesinado. En concreto, la lucha continúa. ■