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martes, 13 mayo, 2025
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Bullying: entre el menosprecio y la demagogia

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Por: LUCÍA MEDINA SUÁREZ DEL REAL •

Que si es nuevo o no, que si es mucho o poco, que va en aumento o que no es para tanto, que más vale una nalgada a tiempo, que es culpa de los maestros, que son los padres ausentes, o la sociedad, o si será culpa del Komander y de los videojuegos violentos, etc. De pocos temas se habla tanto y al mismo tiempo se dice tan poco como del bullying.

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Siendo un tema que preocupa a la sociedad desde hace tiempo, recientemente el bullying volvió al foco mediático debido a la muerte de un menor de Tamaulipas a consecuencia de traumatismo craneoencefálico que le provocaron sus compañeros de clase mientras le hacían “el columpio” (tomarlo de cada extremidad y aventarlo contra la pared).

A esto se sumó un vídeo hecho en Zacatecas en el que una jovencita de 16 años golpeaba y humillaba a otra de aproximadamente 13 años, mientras le reclamaba la publicación de chismes a través de la aplicación Ask.fm. Lo cual alimentó el debate nacional del tema pues como dice Sartori (1997, p. 98) “La información que cuenta es la que se puede filmar mejor; y si no hay filmación no hay ni siquiera noticia, y, así pues, la noticia no se ofrece, pues no es ‘vídeo-digna’”.

Muchos dramas similares se pierden en la feria de cifras que van y vienen. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) por ejemplo, dice que 40 por ciento de los alumnos del país han sufrido diversos actos de agresión en sus escuelas (Camacho, 2012), la Encuesta de Exclusión, Intolerancia y Violencia en la Educación Media Superior 2013 dice que 36.8 por ciento de jóvenes de bachillerato ha recibido insultos, 8.9 recibió golpes, a 8.4 les han destruido sus pertenencias y a 27.2 se las han escondido. (Poy, L. 2014). México es el primer lugar mundial a nivel secundaria en bullying según la de acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (Camacho, 2014), y en tan sólo un año, el bullying  dejó 5 mil 190 víctimas fatales en todo el país. (Vargas, 2013).

Esta alarma social apresura a políticos a preparar leyes contra el bullying (veinte estados tienen legislaciones para prevenirlo y combatirlo), a burócratas a preparar programas de prevención, y a conferencistas diversos a preparar sus talleres, charlas y discursos.

A contracorriente de esta oleada, algunos psicólogos y defensores de derechos humanos como Nashieli Ramírez (Poy, 2011) alertan contra la sobredimensión del bullying y enfatizan que éste se ha convertido en una moda sin control que deja beneficios a quienes explotan el boom mediático a través de cursos, talleres, modelos de intervención, libros, revistas, terapias e incluso certificación de escuelas libres de bullying, y que lejos de ayudar a enfrentar el problema, lo banalizan.

En esa sintonía, los hacedores de leyes y quienes se aprestan a atacar el problema, bien harían por empezar a leer a Dan Olweus, creador del concepto bullying y psicólogo noruego que entre otras cosas: 1) desmiente que sea un fenómeno nuevo: él lo estudia desde los setenta; 2) distingue al bullying de otras formas de violencia escolar al definir que “Un estudiante es acosado o victimizado cuando está expuesto de manera repetitiva acciones negativas por parte de uno o más estudiantes.” Olweus aclara que “hay mucha violencia que no se puede catalogar como acoso escolar (por ejemplo una bronca ocasional en el patio)”. Y finalmente plantea que este problema se resolverá creando un ambiente escolar caracterizado por:

 

• Cordialidad, interés positivo e implicación por parte de los adultos

• Límites firmes ante un comportamiento inaceptable

• Aplicación consistente de sanciones no punitivas y no físicas por comportamientos inaceptables o violaciones de las reglas

• Adultos que actúen con autoridad y como modelos positivos

 

Eso, aunado a combatir la pobreza y el desempleo que crean frustración social (como decía el Dr. José Narro, rector de la UNAM) entre otras medidas, habría que proponerse antes de reproducir el acoso contra los victimarios, sus familias, y todos los adultos implicados que puedan servir de chivos expiatorios en el reflejo de una violencia que nos invade más allá de las escuelas. ■

 

REFERENCIAS

Camacho, Francisco. (2012, 1 de agosto) “Bullying, reflejo de una sociedad tolerante frente a actos violentos: especialistas” en La Jornada http://shar.es/Vw9MX

Camacho, Francisco.(2014, 15 de marzo) “México, primer lugar mundial de bullying en secundaria: CNDH” en La Jornada http://shar.es/VwQ42

Olweus, Dan “Acoso escolar, ‘bullying’, en las escuelas: hechos e intervenciones” Disponible en http://www.acosomoral.org/pdf/Olweus.pdf

Poy, Laura. (2011, 8 de noviembre) “Necesario, evitar que el bullying se sobredimensione, alertan sicólogos” en La Jornada http://shar.es/VwF7c

Poy, Laura. (2014, 21 de mayo) “Aumenta el fenómeno; en prepas, seis de cada 10 han sido agredidos” en La Jornada http://shar.es/VwUzy

Sartori, Giovanni, Homo videns, la sociedad teledirigida. Editorial Punto de Lectura. 1997

Vargas, Simón. (2013, 8 de abril) “Consecuencias del bullying” en La Jornada Disponible en http://shar.es/VwQW0

 

@luciamedinas

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