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martes, 23 abril, 2024
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Uziel Gutiérrez de la Isla. Las huellas de un apasionado boticario de Zacatecas

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Por: ANA MARÍA DOLORES HUERTA JARAMILLO •

En memoria de Uziel Gutiérrez de la Isla (1954-2020),
cronista de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas

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A la edad de 13 años Uziel Gutiérrez de la Isla entró como ayudante en la Farmacia Lux de la ciudad de Zacatecas, ubicada en el Portal de Rosales. Ahí aprendió a elaborar medicamentos con la técnica de la farmacia galénica.  El dueño de esa botica, Heriberto Campos Bernal, maestro de Química de la Universidad, lo invitó a seguir sus estudios profesionales en esa institución, pues notó en Uziel un talento especial.

Así, obtuvo el grado de químico farmaceútico biólogo con la especialidad en la preparación tradicional de medicamentos. Emprendió el proyecto de establecer una Farmacia Galénica junto con Francisco Campos, hijo de Heriberto Campos, y Teodoro Sánchez, también empleado de la Farmacia Lux. La Farmacia Galénica se inauguró el 5 de septiembre de 1989, en la calle Donato Guerra.

El padre de nuestro farmacéutico, don Rubén Gutiérrez Bobadilla, se puso de acuerdo con don Heriberto Campos Bernal para que Uziel empleara sus vacaciones escolares ayudando a lavar frascos, barrer, limpiar y todo lo necesario y propio de un aprendiz de boticario. El propietario era una persona humanista e inteligente que se dedicaba a curar a las personas que llegaban para solicitar algún remedio para sus males.

Preparaban ahí mismo las medicinas utilizando hierbas, aceites, y otras muchas cosas, por lo que don Rubén le auguraba a su joven hijo: “Vas a ser aprendiz de un gran boticario”. En 1968, Uziel tenía 14 años y vio en esa oportunidad su salida de La Luz del Día, la tiendita de abarrotes de la familia, en la que vendía manzanitas verdes con sal y chile en polvo o rentando las revistas de caricaturas que compraban sus hermanos mayores.

Cuando Uziel conoció en el laboratorio de la farmacia “los frascos pequeños, medianos y grandes, de colores verde, café, blanco y transparentes, envases y recipientes de cristal y metal. Soluciones de todos los colores, cajas de madera etiquetadas con letras de pintura roja y azul, las mesas cubiertas de lámina gris y avejentado por su uso, una de ellas vestía una losa de piedra, la estantería toda de madera recubierta de una pintura blanca deteriorada por el paso del tiempo”, afirmó quedar hechizado por el aroma: “tan especialmente penetrante, arrobador diría yo, que me transportó a los tiempos remotos de los científicos de antaño, percibí el aroma de sus laboratorios, vi sus vestimentas, me senté en sus sillas y trabajé con sus utensilios… y de pronto me sentí alquimista, el mejor científico del mundo…”.

Esa Farmacia Lux y su laboratorio mágico en el que don Heriberto realizaba la práctica de la actividad denominada farmacia galénica, fue para Uziel signo, fin y destino.

Uziel Gutiérrez de la Isla promovió su amor a la actividad farmacéutica desde diferentes senderos. Desde la Farmacia Galénica impulsó la función sustantiva de mantener en uso las fórmulas magistrales cuyas propiedades terapéuticas conservan su eficacia. ¿Cómo olvidar su ya famosa Crema de Almendras? Su gran cariño e interés por la Historia de la Medicina y la Farmacia le llevaron a concebir una estructura denominada Universo Galénico-Cultura en Movimiento, cuya proyección alcanzó niveles estatal, nacional e internacional.

En los terrenos de la museografía y la divulgación científica, creó el Museo de Ciencias de la Salud en Zacatecas, constituido por cinco salas dedicadas a célebres personajes que destacaron en alguna de sus áreas, así como una biblioteca con textos históricos y una importante base de datos filmográfica de los congresos, conferencias, homenajes y actividades en las que participaba. Uziel promovió comunidades en torno de la Farmacia, celebrando periódicamente el Día del Boticario para homenajear, en vida o in memoriam, a boticarios y boticarias del estado de Zacatecas. Así mismo, creó la Escuela de Cultura y Magia orientada a niños de 6 a 13 años de edad con el propósito de despertar el interés por la alquimia en los infantes.

Nuestro boticario también fue profesor en la máxima casa de estudios de su estado natal, en la escuela de Odontología, además de ser fundador del Ateneo de Zacatecas, y ser reconocido como el primer cronista de la Universidad Autónoma de Zacatecas, su alma mater.

Uziel Gutiérrez participó en diferentes asociaciones y redes temáticas nacionales e internacionales. También escribió “Historia de la Odontología en Zacatecas (1860-1960)”, que se constituyó en su tesis de Maestría en Filosofía e Historia de las Ideas, y su tesis de Doctorado en Historia versa sobre los Inicios de la Profesionalización de la Farmacia en la ciudad de Zacatecas, de 1880 a 1963.  Las huellas imborrables que dejó nuestro boticario zacatecano, a un año de su partida, deben ser continuadas con nuestros pasos que recorren la memoria. Lo acompañó en la vivacidad de su recuerdo, al son de “Caminos de Michoacán”, su melodía preferida.

*Catedrática del Seminario de Historia y Filosofía de la
Medicina en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

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