La Gualdra 669 / Ismael Guardado / In Memoriam
Agradezco a la vida que desde mi oficio como promotora cultural me permita en ocasiones, cierta cercanía con la vida personal y profesional de los artistas… y celebro este privilegio.
En el caso del maestro Ismael Martínez Guardado, gran artista zacatecano nacido en Ojocaliente, es el pintor que cuenta con más obra pública en la ciudad. El mural Levitación en Rectoría de la Universidad Autónoma de Zacatecas, la escultura titulada El Arado en campus Siglo XXI, una más en la escuela de Ingeniería también, así como El Prometeo que nos saluda y nos despide al sur de la ciudad. Un hermoso vitral en la Presidencia Municipal y uno de sus murales consentidos el del Supremo Tribunal de Justicia titulado Temis. Su mural en la Bufa Cambio de vía y el de Tlaltenango titulado Tlaltenapa.

Quiero compartirles de un gran mural desconocido para la mayoría de nosotros en una residencia victoriana en la Ciudad de México. Fue una comisión de un mural cerámico de 170 metros cuadrados, gestionado en los inicios del proyecto de galería que yo quería abrir en el año 1991 -cuando lo recuerdo digo que me gradué antes de estudiar al lograr colocar esta gran obra-. Propuse el trabajo al maestro Guardado; el tema era un horizonte sobre y debajo del mar, profundidad y lejanía, un amanecer, un medio día y concluía en un atardecer. Hizo con esta idea un gran proyecto estético y con él logramos la autorización de un comité de cuatro arquitectos. Sería colocado en una gran casona del siglo XVII.
El maestro disfrutó haciéndolo en Capula, a unos kilómetros de Morelia, Michoacán, en los talleres cerámicos de Juan Torres, un importante ceramista mexicano. Tres meses de trabajo tenaz y posteriormente armar el rompecabezas. Nuestro creador estaba en una edad con todo su potencial de energía, de creatividad y con esa pasión por el arte que nunca perdió. El resultado fue maravilloso, un tesoro que se resguarda en una colección particular.
Ismael Guardado ha levitado al cosmos, hoy lo honramos y recordamos, se nos ha ido un referente en la plástica mexicana que tuvo una proyección internacional, sin duda esa levitación fue acompañada de la música que tanto le gustaba. Nos deja un patrimonio artístico y cultural, con una lectura abierta para todos.