Desde el inicio de la Guerra contra el Narco no recuerdo la baja de un elemento de alto nivel como el ocurrido el día de ayer en Zacatecas, cuando el Gobernador del Estado, David Monreal Ávila, twitteó para informar el deceso del General Brigadier, José Silvestre Urzúa Padilla, coordinador de la Guardia Nacional en el estado.
“Quienes conformamos la Mesa Estatal de Construcción de Paz informamos con pesar el deceso del Gral. José Silvestre Urzúa Padilla, coordinador de la Guardia Nacional en el estado. Enviamos nuestras condolencias a sus familiares y seres queridos”, escribió el gobernador a las 18:01 horas de este jueves 24 de noviembre, en la Red Social.
Un segundo mensaje decía: “He girado instrucciones para que se informe de lo sucedido a la brevedad. No descansaremos en nuestra lucha por pacificar el estado y hacer frente a la delincuencia, el anhelo al cual el general entregó su vida. Descanse en paz”.
Sin duda alguna, el incidente, además de lamentable, alerta a la población, en general, y a todos los círculos sociales, así como los gubernamentales, económicos y, sobre todo, a quienes dedican su vida a la prestación del servicio público en el combate a la inseguridad: las corporaciones municipales, estatales y federales.
Hay que recordar que en los últimos años la Guardia Nacional tomó un protagonismo en la lucha para devolver la paz y la tranquilidad en el país, Zacatecas no fue la excepción. En las principales cabeceras municipales, el patrullar de los elementos de esta corporación es una constante.
Los resultados de los operativos y acciones emprendidos con tal fin, informados desde La Mañanera de Palacio Nacional, su mención es frecuente.
Quizá por eso valga la pena recordar que, durante los primeros días de marzo de 2019, con 25 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones, la Sexagésima Tercera Legislatura del Estado de Zacatecas aprobó la minuta para reformar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, con la cual se avaló la creación de la Guardia Nacional.
Fue el 1 de marzo cuando llegó al Poder Legislativo del Estado de Zacatecas la minuta remitida por el Congreso de la Unión; luego fue dictaminada por la Comisión de Puntos Constitucionales, y ante el pleno, la diputada Perla Guadalupe Martínez Delgado, la presentó.
Para entonces, el diputado Omar Carrera Pérez, de Morena, señaló que lo más importante era la seguridad de los zacatecanos, que el Ejército no podía regresar inmediatamente a las calles, siendo México un país sin guerra y pacifista que lucha por la estabilidad social.
Señaló en aquel entonces, que el viejo régimen no tuvo otro remedio que declararles la guerra a los problemas. Además, manifestó a nombre de los integrantes de su bancada, su respaldo al presidente de la República, siempre en beneficio de la sociedad.
El ahora secretario del Campo, miembro de esa legislatura, Jesús Padilla Estrada, recordó que, tras doce años de la guerra al narco, era necesario hacer un alto en el camino para reflexionar sobre nuevos paradigmas de recuperación de paz y tranquilidad, motivo de la creación de la Guardia Nacional.
Así mismo, hacía hincapié del ejercicio de responsabilidad y apego al parlamento abierto, y de consenso, escuchando a la sociedad, por parte del Congreso de la Unión y aseguraba que el nacimiento de la Guardia Nacional marcaría el regreso paulatino del Ejército a los cuarteles.
En su formación y desempeño, los integrantes de este cuerpo de seguridad se regirán bajo el imperio de la ley, respetando los derechos humanos, añadía.
Desde Tribuna, la diputada priista Perla Guadalupe Martínez Delgado subrayaba que la seguridad era el reclamo más sentido de los ciudadanos. “El presidente de la República pidió una Guardia Nacional, y ya la tiene… no le apostamos al fracaso”, dijo.
Mientras que la entonces verde ecologista, Karla Dejanira Valdez Espinoza, calificó como imperdonable vivir con miedo, ante los elevados índices de violencia que para entonces habían deteriorado la confianza en las instituciones.
Aseguró que la Guardia Nacional representa el primer paso para proteger a los ciudadanos y dar certeza jurídica a los elementos del Ejército mexicano.
Quizá el más inspirado fue Luis Esparza Olivares, un diputado priista que habló sobre la madurez política; aseguró que la creación de la Guardia Nacional era un triunfo de la democracia, al constituirse a través del diálogo y la gobernabilidad. “La mezquindad y los rencores no caben en los temas de seguridad nacional”, declamó. ¡Qué tal!
Hoy las condiciones son diferentes, el trabajo se ha reforzado, los operativos anunciados por el Ejecutivo Federal en apoyo de los zacatecanos tienen a todas las corporaciones y cuerpos policiacos en trabajo continuo, su participación es permanente.
Prueba de ello es lo ocurrido ayer con el Coordinador de la Guardia Nacional en Zacatecas y que como lo escribió el Gobernador, era integrante de la Mesa Estatal de Construcción de Paz, que se reúne cotidianamente para coordinar los trabajos en toda la entidad.
Sin duda, queda mucho por hacer, la muerte del General de Brigadier, en ejercicio de su deber, pone hoy en alerta, ya decía, a la población en general. Ojalá que el incidente no pase en vano a la hora de la discusión presupuestaria y de la conformación de los planes gubernamentales para el ejercicio 2023.
Su muerte duele a sus compañeros y a quienes trabajaron con é2l desde las distintas áreas de coordinación gubernamental, por desgracia este incidente abre aún más esa herida social, que provoca miedo y una profunda sensación de inseguridad a quien diario sale de su casa, con la esperanza de regresar a casa con pan para su mesa, aunque por desgracia algún hecho no permita que para todos sea así. ¡Ojalá pronto la paz regrese a cada rincón de Zacatecas!