Soy un total convencido de la
Reforma Educativa. Puede ser criticada, señalada,
polémica, pero si algo me da mucho orgullo
es haber sido parte, ser uno de esos pocos
que votó esa Reforma Educativa. Estoy
convencido que el día de mañana se va a
entender la magnitud de lo que hicimos en
ese momento.
Alejandro Tello Cristerna
(La Jornada Zacatecas 02/11/2016, p.7)
En efecto, la Reforma Educativa ha sido criticada, señalada y polémica; ello como consecuencia de toda una serie de inconsistencias, irregularidades y violaciones que normativamente se han establecido para darle funcionalidad a esta reforma. Se hace necesario dimensionar tres grandes problemas de los cuales se derivan consecuencias nada halagadoras; a) el deterioro del estatus laboral de los docenes, b) la imposición de una formación reduccionista y desmovilizadora y, c) la voracidad del sector empresarial por quererse apoderar de la educación pública. Todo esto hace que surja una ola meramente conservadora donde al docente no se le permitiría manifestar un pensamiento crítico ni dar pauta a la formación de ciudadanos que por esta vía fortalezcan a la sociedad.
Un tanto para no desentonar con las dimensiones problemáticas antes planteadas, y, aludiendo al término pasajes dolorosos, mencionaré los siguientes:
- Los derechos laborales de los docenes se ven afectados
La reforma educativa en teoría se percibía promisoria para los docentes, se hablaba de que se fortalecería en ellos su formación, la actualización y, hasta la profesionalización de su práctica; cuando se da a conocer la llamada Ley del Servicio Profesional Docente, vemos que en su contenido contemplaba exactamente lo contrario, sin embargo, en el discurso le hacían ver a los docentes que se harían beneficiarios de muchos derechos y que uno de ellos, al que consideraban de mayor importancia, era el derecho a ser evaluados para que estuvieran en posibilidad de contar con una movilidad laboral. La realidad hoy día nos dice otra cosa, han conducido a los docentes de forma tal que obligadamente se someten o quieren someterlos a procesos de evaluación, mismos que incluso por la parte oficial han cometido torpezas de diferente naturaleza para hacer que se cumpla con este “gran derecho del docente”, tan es así que la parte oficial se ha convertido en violadora flagrante de la propia ley que han impuesto.
Sin lugar a dudas, que con este proceso tormentoso y/o doloroso por el que están pasando los maestros, se vulnera su condición laboral y profesional, tan es así que, el Sindicato magisterial oficial no ha querido luchar de manera frontal contra estas arbitrariedades, esa actitud servil que han adoptado ni siquiera ha apoyado a las autoridades para que con sus acciones porriles contrarresten la movilización del magisterio… es más, este sindicato es un estorbo también para los fines que persigue el gobierno federal. Es lamentable que aun con todos estos tropiezos que se han tenido a lo largo de la aplicación de las evaluaciones, la parte oficial todavía lanza las campanas al vuelo diciendo que todo esto va por buen camino, para muestra solo un caso; en diferentes centros de aplicación existían más evaluadores que evaluados.
- Una reforma que deforma la formación de los educandos, así como la actualización de los docentes
La “obra maestra” que soporta la reforma, sin lugar a dudas es el Modelo Educativo y la Propuesta curricular que han “tenido a bien” elaborar organizaciones sociales ligadas a empresarios, no consultaron a los docentes quienes son los que se encuentran viviendo muy de cerca el proceso formativo de sus educandos; cierto es que realizaron foros a los que les llamaron de consulta, sin embargo, esa era una forma de pretender legitimar algo que ya lo tenían cocinado, este proceder es una burla para los docentes dado que no hicieron foro, más bien los maestros sirvieron de foro.
En cuanto a la formación y actualización que tanto pregonan y que se considera como un apoyo al docente, lo único que persigue este programa es el saturar a los maestros de información teórica, misma que, solo sirve para que estos establezcan procesos de formateo de los educandos; considero que los docentes no requieren más formación ni actualización, lo que urge es implementar un programa de profesionalización de la práctica propia de cada docente, sobre este respecto existen propuestas muy interesantes, solo que no son consideradas dado que no emanan ni de los empresarios ni de algunos pedagogos iluminados… son propuestas que nacen de los docentes que se encuentran en el campo de batalla, no de aquellos que están atrincherados y que quieren pensar por los maestros mas no con ellos.
III. La educación hoy día se encuentra en un laberinto a consecuencia de la Reforma Educativa
No es creíble el hecho de que oficialmente se diga que la Reforma Educativa ha sido exitosa y que todos los procesos por los que ha pasado han dejado un buen sabor de boca; sigo sosteniendo que estamos pasando por pasajes muy dolorosos toda vez que ha provocado inestabilidad laboral y emocional en los docentes a grado tal que están perdiendo paulatinamente el interés por superarse profesionalmente y, exponiendo al sistema educativo a que siga cayendo en un proceso meramente de simulación. El error más grande fue el no considerar a los docentes para que coadyuvaran en el proceso de construcción del proyecto de reforma, misma que no ha sido exitosa debido a la ambición por tomar el control de la educación; esta ambición los ha llevado a cometer infinidad de errores, mismos que de una manera cínica se los achacan a los docentes que no quieren someterse a los preceptos de la reforma.
Es por ello que nuestro sistema educativo se encuentra en un laberinto del cual no se haya como salir, históricamente no ha funcionado esto toda vez que se dictan órdenes desde el escritorio, y, por si fuera poco, se siguen dando privilegios a maestros que, por el hecho de participar en el sindicato magisterial, chupan inútilmente del presupuesto educativo. concluyo, la propuesta que podría considerarse viable para salir de este bache en el que el sistema educativo se encuentra, es el favorecer la profesionalización de los docentes y la evaluación de los profesores, pero no mediante el desempeño de ellos, sino evaluando el desempeño de sus estudiantes. ■