20.8 C
Zacatecas
viernes, 26 abril, 2024
spot_img

El estado naciente de las protestas contra la “casi con certeza -próxima- guerra nuclear” (y su indispensable articulación con las protestas contra la “confusa guerra local”)

Más Leídas

- Publicidad -

Por: RICARDO BERMEO •

Despertamos y el “Fin de la historia” (F. Fukuyama) convertida en alegoría aterradora, se ha vuelto carne y sangre de nuestro día a día. Más allá de toda duda, sabemos que Ucrania seguirá siendo pieza estratégica del sangriento tablero geopolítico en la disputa por la hegemonía. Y eso… por razones de Estado, apoyadas en las constelaciones que les sostienen, son las que explican la proliferación de la propaganda -implacable- a favor de la guerra, dirigida a controlar las significaciones sociales impuestas a través del imaginario social dominante (orwellianamente, 24/7), sin dar ninguna tregua, hasta formar un bloqueo (o un “muro”) extremadamente difícil de derribar.

- Publicidad -

¿Sus recursos para ejercer el control mediante la propaganda? La imponen mediante el dominio de los medios de comunicación masivos, las redes sociales y sus principales plataformas, y otros medios que les permiten encapsular y/o criticar, recurriendo a las fake news, imponiendo argumentos contrarios o tergiversando la información, un cerco mediático, especialmente contra quienes se manifiestan en contra de la guerra, contra quienes exigen una negociación capaz de establecer la paz de modo inmediato, contra quienes buscan evitar que continúe el derramamiento de sangre, revirtiendo la locura bélica desatada para mantener o para ganar poder -y hegemonía-, contra quienes están en contra de que la guerra escale hacia una conflagración nuclear.

Helen Caldicott, de origen australiano, de Médicos por la responsabilidad social, quien ha recibido 19 doctorados honoris causa -y otros reconocimientos-, por su dedicación y compromiso para elevar la conciencia prevaleciente -a nivel colectivo- en torno a las verdaderas implicaciones y los horrores de una guerra nuclear. En una reciente entrevista titulada “Nunca hemos estado más cerca de una catástrofe nuclear”, Caldicott mueve aún más la manecilla del segundero del reloj del apocalipsis (doomsday clock de los científicos de la Universidad de Chicago), afirmando que el peligro es todavía mayor, enfatizándolo de la manera siguiente:

“Noventa segundos para la medianoche, no creo que eso sea lo suficientemente cerca; está más cerca que eso. Lo pondría a los 20 segundos de la medianoche. Creo que estamos en una posición extremadamente odiosa donde la guerra nuclear podría ocurrir esta noche, por accidente o por diseño. Es muy claro para mí, en realidad, que Estados Unidos va a la guerra con Rusia. Y eso significa, casi con certeza, una guerra nuclear, y eso significa el fin de casi toda la vida en la Tierra”.

Entre muchas otras iniciativas, ha surgido una nueva organización: la Coalición de Físicos para la Reducción de la Amenaza Nuclear, formada por más de 1,000 físicos, para hacer sonar la alarma ante el riesgo existente que atribuyen a las reiteradas amenazas de Putin de emplearlas (minimizando la responsabilidad de E.E.U.U y de la OTAN, que no es menor -a mi juicio-). Uno de ellos, Stewart Prager, escribe en un correo: «La amenaza de las armas nucleares es tan extrema como siempre lo ha sido», señalando que «Un par de tipos pueden decidir matar a todos en el mundo presionando un par de botones».

«Eliminemos estas armas antes de que nos eliminen a nosotros», dijo el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, al concluir, el 21 de junio del 2022, en la lectura de la «Declaración Política y Plan de Acción» para la implementación del Tratado para la Prohibición de las Armas Nucleares, mencionando que: “Hoy las aterradoras lecciones de Hiroshima y Nagasaki se están desvaneciendo de la memoria. La perspectiva, una vez impensable, de un conflicto nuclear, está ahora de vuelta en el ámbito de la posibilidad. En un mundo plagado de tensiones geopolíticas y desconfianza, esta es una receta para la aniquilación”.

Podríamos extendernos mucho más, las citas pertinentes son innumerables, pero esas múltiples voces no logran -aún- romper el cerco mediático -señalado en el segundo párrafo-.

Como muestra, basta señalar la búsqueda de la base de datos de noticias Nexis, señalada por Karl Grossman, en la que encontraron, entre el 24 de enero y el 4 de agosto del 2022, que… los periódicos estadounidenses mencionaron “armas nucleares” hasta 5,243 veces, mientras que solamente 43 veces incluyeron una mención al Tratado para la Prohibición de las Armas Nucleares (concentradas estas últimas en cartas al editor o columnas de opinión). Claramente se trata de un clima bélico, adverso a la negociación a favor de la paz, mediáticamente modelado, capaz de aplastar, bajo toneladas de propaganda, las posiciones verdaderamente críticas ante la guerra.

Incluso recientes intentos como el que reseñé en una entrega anterior, el 19 de febrero en Washington D.C…. “Rabia contra la máquina de guerra”, (ojo: en medio de contradicciones internas, no resueltas, que apenas apunté, que al parecer fueron decisivas en el resultado), desgraciadamente contaron con una muy reducida participación; como sea, ir contra la corriente principal (mainstream) complica extraordinariamente la tarea de generar un movimiento contra la guerra (anti-nuclear) en el corazón del imperio.

En Europa el panorama es similar. La división entre quienes apoyan la guerra, una mayoría construida políticamente desde una parte central del establishment y apuntalada mediáticamente, y en el polo opuesto, quienes están a favor de la paz, exigiendo una negociación inmediata, siempre sometidos a ese bloqueo y cerco mediático: fake news, críticas y tergiversaciones sin fin. Si bien, un rayo de esperanza reciente -en Alemania-, parece ser el “Manifiesto por la Paz” lanzado por Alice Schwarzer y Sahra Wagenknecht, que obtuvo, en menos de una semana, más de 500 mil firmas, pero fue inmediatamente sometido a una permanente y acerva critica, incluyendo un “manifiesto contra el manifiesto por la paz”, acusándolas de tergiversar los hechos, convirtiendo en víctima a Putin, diciendo que quieren agitar manipulando el miedo al holocausto nuclear; críticas -todas- que son parte de la batalla por el sentido común, y buscan, además, socavar el apoyo a su llamada a manifestarse este próximo 25 de febrero, en la Puerta de Brandenburgo, Berlín. Esperamos que logren articular una protesta masiva. Aunque es evidente que será indispensable multiplicar los esfuerzos hasta conseguir imponer al gobierno Alemán la obligación de asumir la diplomacia para una salida negociada, encaminada a firmar una todavía lejana, y más que compleja, paz ente Rusia y Ucrania (basta revisar los diversos intentos fallidos para negociar la paz y las causas reales que sabotearon esas iniciativas).

¿En México? El tema de una posible -inminente- guerra nuclear es prácticamente inexistente en el imaginario social prevaleciente. Estamos sumergidos en una guerra “confusa”, cuyos cientos de miles de víctimas, junto a la imparable violencia, ocupan por completo, nuestras preocupaciones y atención. En medio de este panorama tan adverso, localmente, aquí en Zacatecas, se realizó, este martes, una marcha por la paz, con más de 15,000 universitarios (únicamente) de la Universidad Autónoma de Zacatecas, más allá de sus límites, lo fundamental ha sido la experiencia de ocupar -juntos- masivamente las calles, relanzar ese anhelo de paz, resolviendo el enorme reto y las ingentes tareas políticas a realizar-, para articular esta lucha contra la guerra confusa que padecemos aquí, con el movimiento de movimientos urgente y necesario capaz de detener la carrera hacia la Tercera Guerra Mundial en curso, evitando que continúen crímenes y guerras, tanto como la aniquilación nuclear concomitante.

Mientras tanto, como escriben en el Manifiesto por la paz -en Alemania-: (a un año de iniciada la Guerra en Ucrania)…. “Más de 200,000 soldados y 50,000 civiles han muerto hasta ahora. Las mujeres fueron violadas, los niños asustados, todo un pueblo traumatizado. Si la lucha continúa, Ucrania pronto será un país despoblado y devastado. Y muchas personas en toda Europa también temen una escalada de la guerra. Temen por su futuro y el de sus hijos”. (Es imposible evitar los sombríos espejos entre ambos contextos, entre las sangrantes y trágicas realidades).

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -