La Gualdra 637 / Café / Cafestivalito 2024
“Lo que afortunadamente el cambio climático nos invita a ver del café en México” es el título de la presentación con la que nuestro invitado especial de Veracruz, Gerardo Hernández–Martínez, inaugurará esta cuarta edición del Cafestivalito el martes 1º de octubre, Día Internacional del Café. Hablar de esta conmemoración viene a cuento aquí porque hasta 2015 el Día del Café se celebraba el 29 de septiembre, en consonancia (aunque no muy resonante, también hay que decirlo) con la iniciativa de la Asociación del Café de Japón.
La principal intención de establecer un día dedicado al “aromático” -honrosa y simpática metonimia- era promover entre los integrantes de una cultura más habituada al té el ánimo de demanda con una oferta masiva de degustaciones gratuitas o con precios promocionales. Algunos esfuerzos se sumaron por aquí y por allá, hasta que la posibilidad de dedicar un día a esta bebida se vio en relación con fenómenos como las llamadas Segunda y Tercera Olas del Café, es decir, respectivamente, el interés de nuevos cafés por ofrecer una taza bien preparada, de acuerdo con definiciones estandarizadas, que acercara a los consumidores finales “café de verdad” en lugar del café instantáneo; y el boom del “café de especialidad”, que se relaciona con otra serie de conceptos, como “expresión y experiencia sensorial”, “rangos y curvas de tueste”, “perfiles de taza”, entre otros.
Sin embargo, en 2015, en el marco de la Feria del Café en Milán, se inauguró el Primer Foro Internacional del Café el 1º de octubre, y por eso la Organización Internacional del Café (OIC) decidió reubicar al café en el calendario y designar esta fecha como el Día Internacional del Café, claro que no sin discusiones, algunas tal vez acaloradas, con quienes por diversas razones se habían identificado e incluso encariñado con la otra fecha.
Lo que vale la pena señalar sobre este día que parece mayormente reconocido como el “verdadero” Día Internacional del Café -sobre todo por la resonancia que ha alcanzado con las redes sociales y la gigantesca comunidad de coffeelovers– es que pone en el centro de la conmemoración a los productores y la riqueza del entorno de los cafetales junto con la necesidad de actuar para favorecer su conservación; con este enfoque se realza la parte humana para hacernos conscientes del esfuerzo y la ardua labor en el campo. En palabras de la OIC, la intención primordial de esta celebración apunta prioritariamente a “solidarizarse con el sector cafetero”; este fragmento del comunicado tiene como destinatarios a los grandes compradores y es punto de partida para poner sobre la mesa de análisis el amplio y espinoso concepto del “comercio justo” y los discursos asociados a justificar e implementar procesos de certificación, trazabilidad, origen, entre otros.
El propósito de enfocarnos en el reconocimiento y aprecio por el trabajo de los productores y sensibilizar sobre la difícil situación que viven millones de ellos alrededor del mundo tiene sentido sobre todo ahora que el gusto por el café ha superado las bien cimentadas barreras de algunos hábitos de consumo de culturas que se habían mantenido al margen del furor por “el aromático”; a la fecha, el café resulta la segunda bebida más consumida en el mundo.
Esta creciente demanda de uno de los productos más vendidos a nivel global genera una complejísima cadena de valor y un alto grado de especialización en un mercado gigantesco vinculado con un sector que acepta enormes retos con cada cosecha: mantener o aumentar volúmenes de producción, regirse por estándares de calidad de difícil gestión y/o de altos costos de implementación, proponerse la innovación como principio en sus sistemas de cultivo, en los procesos o beneficiados, etcétera; además, lograr esto en un esquema de rentabilidad.
Dadas estas circunstancias, el trabajo en el campo se ha orientado a procurar las mejores prácticas para expresar el máximo potencial de “especialidad” de las fincas bien trabajadas; para armonizar este propósito, es necesario un esfuerzo multidisciplinario ya que, por otra parte, cada entorno enfrenta permanentemente cambios propios de su naturaleza dinámica. Y éste es el contexto en el que se abordará el tema del cambio climático, un fenómeno que se está gestando desde hace mucho tiempo y que ahora se percibe como un problema agudo por la confluencia de diversos factores (con los que la especie humana sin duda ha colaborado).
Sin embargo, el título de la presentación que tenemos en puerta nos sugiere de entrada avivar el sentido de oportunidad ante un fenómeno que se ha construido en la imaginación colectiva como una imagen monstruosa que difícilmente vemos que podamos asociar con aspectos positivos, especialmente ahora que se habla tanto de un momento crítico. Lo cierto es que las crisis significan una alternativa para que se dé una transformación; es un proceso paulatino en el que nos vemos obligados a ampliar nuestra perspectiva y -en el caso concreto del café en México, que es el tema que nos reúne- tener más claridad sobre lo que configura el ecosistema de los cafetales y lo que significa organizarnos como comunidad para unir esfuerzos coherentes.
Es lo que podemos adelantar sobre esta edición, así que te esperamos el martes 1º para arrancar octubre con energía vibrante. En Zacatecas dedicamos desde hace cuatro años la primera semana a un programa cultural que reúne actividades académicas, de exhibición, artísticas y deportivas.
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