El docente explica que no se ha encontrado una relación directa del suicidio con elementos individuales, sino que se derivan de la dinámica social
Después de que autoridades de salud confirmaran que las edades en las que más se presentan casos de suicidio es entre los 14 y 15 años, y hasta los 35, aproximadamente, Juan Martell Muñoz, docente de la Unidad Académica de Psicología de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), explicó que hay muchos factores que deben ser analizados al momento de hablar del suicidio, y es importante recordar que no hay que contemplar estos hechos como una decisión individual.
Nombrándolos, la dinámica suicida en el país tiene características relacionadas con la economía, la influencia de la religión, el conjunto de creencias sociales que entran en juego en la decisión de terminar con la vida, etcétera.
Retomando la primera teoría que empleó la estadística en las ciencias sociales, El suicidio de Emile Durkheim, que define varios aspectos a considerar si se quiere explicar alguna situación social, el especialista sostuvo que en el tema del suicidio y su recurrencia en edades tempranas existe un factor crucial que pocos mencionan es el nivel socioeconómico bajo.
Destacó que los sectores vulnerables tienen menor acceso a la salud pública, e incluso es más difícil que puedan obtener salud mental, sobre todo considerando el bajo presupuesto que se le otorga a esta última —del presupuesto dedicado a salud, la salud mental recibe aproximadamente el 0.008 del total—.
También hay que considerar otros factores, como lo señaló en su momento Durkheim, pues incluso las zonas territoriales influyen en la proporción de hechos de autolesión; en el caso de México, Aguascalientes se posiciona como el estado con mayor índice de suicidio a nivel nacional.
En el factor edad, aunque anticipó que se ha reducido el espacio etario, es decir, las edades en las que se consuma un suicidio son más tempranas, se mantiene con una diferencia considerable el dominio por parte de los hombres en hechos de suicidios; cabe señalar que se muestra una tendencia que, entre más jóvenes, más incidencia suicida en el sexo femenino, pero no muestra un impacto significativo en las estadísticas.
La realidad social es también una base para que se den este tipo de hechos; la seguridad es un elemento que influye, Martell señaló que en condiciones de paz, la tasa de suicidios tiende a estabilizarse. La crianza y las creencias cobran relevancia, porque la religión puede resultar como un freno para el suicidio; mientras que el estado civil, como soltero, puedo contribuir a actos suicidas.
Se puede afirmar entonces, que no se ha encontrado una relación directa con elementos individuales, sino que los suicidios son derivados de la dinámica social. En este sentido, el especialista recomienda que, en materia de salud mental, se debe seguir un modelo comunitario, ya que resulta preventivo y educativo, y puede transformar hábitos de la población, mientras que en el modelo clínico los servicios llegan a un sector privilegiado que puede solicitar ayuda.