A los retos que enfrenta la humanidad desde diversos tópicos se suma la complejidad del cambio climático cuyos impactos negativos se están agudizando en lo inmediato, lo cual, es el resultado de las pésimas gestiones de las últimas autoridades ambientales que han preferido simular contrario a establecer medidas efectivas de mitigación o adaptación. Estamos al borden del caos desde la perspectiva ambiental, tan es así que en días pasados los presidentes de Estados Unidos Joe Biden y el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, han tenido reuniones virtuales sobre dicho tema que, dicho sea de paso, presenta un escenario muy adverso para los próximos 5 años, sin embargo, las políticas globales no han tenido éxito por lo que la actuación gubernamental se antoja urgente. Concretamente el cambio climático se personifica en inundaciones y afectaciones a la población, gracias al gran desequilibrio ecológico que produce; en Zacatecas ya hemos tenido las sequías más agudas en el 2011 como no se tenían datos en 70 años, otro ejemplo, es la contingencia climatológica que se vivió en el Municipio de Genaro Codina y que motivó la creciente de bordos, presas y ríos como no se había tenido memoria en mucho tiempo; también vendrán heladas y otros factores colaterales desafortunados que pondrán en riesgo a la población. Pagaremos la factura por no haber actuado a tiempo y haber dejado la perspectiva ambiental en los discursos, como un simple adorno sin ninguna aplicación de políticas ambientales efectivas. Este escenario adverso debe generar una reflexión profunda que redunde en estrategias de último momento, de la misma forma cómo actúan muchos seres humanos, sin prevención y torpes reactivos a los efectos de cada evento que se presenta. Hoy más que nunca los titulares de las dependencias del sector ambiental deber tener ciertas cualidades, ser expertos en los temas, no improvisados pues ya no hay tiempo para dejar que algunas figuras decorativas aprendan. En lo personal, considero que ya no alcanzamos el 2030 sin advertir en nuestra calidad de vida, un cambio negativo que nos vulnere o restringa nuestros Derechos Humanos Fundamentales. Así las cosas, en una primera reunión bilateral los mandatarios de México y Estados Unidos determinaron enfrentar la crisis climática y, acordaron explorar áreas de cooperación orientados a reducir los gases de efecto invernadero y promover la eficiencia energética, esperamos que no tarden mucho en bajar a sus funcionarios, tales intenciones pues vamos sobre el tiempo y lo que hagamos ahora, debimos haberlo hecho hace décadas. Ante este escenario, la ONU afirma que nos encontramos en un momento decisivo para afrontar con éxito el cambio climático ya que todos los días en diferentes puntos de la geografía mundial, el planeta nos manda mensajes sobre las enormes transformaciones que está sufriendo: desde cambiantes pautas meteorológicas que amenazan la producción de alimentos; hasta el aumento del nivel del mar que incrementa el riesgo de inundaciones catastróficas. De igual manera, la ONU sentencia que si no se toman medidas drásticas desde ya, será mucho más difícil y costoso adaptarse a sus efectos en el futuro. En este contexto, se afirma que los gases de efecto invernadero (GEI) después de más de un siglo y medio de industrialización, deforestación y agricultura a gran escala, se han incrementado en niveles nunca antes vistos en tres millones de años. En el informe de 2021, titulado “Cambio Climático 2021: Bases físicas” del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) se establece que el calentamiento global es generalizado, avanza con rapidez y se intensifica; de igual forma, se subraya la urgencia de reducir de forma sustancial, rápida y sostenida las emisiones de gases de efecto invernadero, el IPCC concluye que se están produciendo cambios en el clima de la Tierra en todas las regiones y en el sistema climático en su conjunto, muchos de los cuales, no tienen precedentes en miles, sino en cientos de miles de años, y algunos de ellos se traducen en el aumento continuo del nivel del mar, efecto que no se podrá revertir hasta dentro de varios siglos o milenios. El citado informe también deja claro que la influencia de la actividad humana en el sistema climático es indiscutible, a la vez que pone de manifiesto que las medidas que se tomen, pueden todavía determinar el curso futuro del clima y apunta a la reducción sustancial y sostenida de las emisión de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero para frenar la contaminación atmosférica, con beneficios inmediatos para la salud, y estabilizar la temperatura media mundial en el plazo de dos o tres décadas. Vamos muy tarde, el tiempo se agota.
