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viernes, 17 mayo, 2024
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El SPAUAZ en su laberinto. La comunidad imaginaria

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Por: ALBERTO VÉLEZ RODRÍGUEZ • ROLANDO ALVARADO FLORES •

El viernes 11 de agosto de 2023 el comité ejecutivo del Sindicato del Personal Académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (SPAUAZ) decide un “paro general” en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ)para el lunes 14 de agosto de 2023 de 7 de la mañana a 7 de la noche. De acuerdo a los Estatutos del SPAUAZ la Coordinadora de delegados, para poder sesionar, debía contar con un quórum mínimo de dos tercios del total de delegados y representantes que la forman (artículo 49). Asimismo, tomar la decisión exigía, si se toma en cuenta el artículo 51 de los Estatutos, el aval de esos mismos dos tercios de sus integrantes. Sin embargo, no ocurrió así porque el comité ejecutivo decidió tomar el parecer, únicamente, de los delegados sin considerar a los representantes. Con esto no sólo violó los estatutos, sino que desconoció, de facto, la representación de las diferentes delegaciones. Tampoco quedó nunca claro si se contaba con el quórum legal, y si tenía sentido tomar decisiones que afectan a todas las delegaciones sindicales cuando el comité reconoce no saber cuántas son. La conclusión es que el “paro general” fue ilegal. Este acto, junto a la desorganización evidente del comité ejecutivo, quedaría para el olvido de no ser por dos hechos históricos: la insurrección de las delegaciones violentadas por el comité el domingo 13 de agosto, que se organizaron para impugnar la falsa información surgida del SPAUAZ, y el resultado del lunes 14. No hubo “paro general”, sino fracaso del proyecto autocrático de los imprudentes asesores de la secretaria general, Dra. Jenny González Arenas. Varias unidades académicas tuvieron clases, algunas de las que sí pararon estuvieron abandonadas, el paro recayó en unas pocas personas y se demostró que el SPAUAZ está debilitado, por lo que la contratación colectiva está en riesgo. Tan frustrante fue el paro que el mismo lunes se decide, por consenso, levantarlo. Se decidió que sólo quienes tuviesen condiciones lo continuarían. Tres planteles de la Unidad Preparatoria así lo decidieron, de nuevo, sin quórum demostrable.  Más aún, el rector mostró una prudencia que los asesores de la secretaría general no tuvieron. Se organizaron mesas para dar cumplimiento a la cláusula 82 del Contrato colectivo de trabajo UAZ-SPAUAZ (CCT) en su fracción III, que dice: “Supletoriamente el Rector entregará el proyecto de asignación de grupos, actividades y cargas de trabajo…al Comité Ejecutivo del SPAUAZ…Lo anterior con la finalidad de conocer y enmendar, a tiempo, en su caso, las violaciones a los derechos laborales de los profesores”. La revisión fue un éxito, pero no para quienes dijeron que todo estaba mal y anatematizaron a los que decían lo contrario. Quedó claro que la asignación de cargas de trabajo realizada por la dirección general de preparatorias, por ejemplo, no contenía violaciones a los derechos laborales. Hubo petición de modificación de horarios, y con una paciencia infinita, incluso en casos claramente diseñados por los aviesos asesores del SPAUAZ para sabotear la reunión, se dio plena satisfacción a la mayoría de los docentes. Cabe mencionar que definir el horario es un derecho que el académico ejercerá de acuerdo a criterios de la patronal, como lo establece la cláusula 45 del CCT: “Todo trabajador académico tiene derecho a conservar su carga de trabajo, horario y adscripción o a solicitar el cambio del mismo siempre y cuando no se afecten intereses de terceros, de acuerdo con el Consejo de Unidad Académica o la autoridad correspondiente”. Por ende, el docente debe solicitar al patrón el cambio de horario, y se otorgará si a juicio de la autoridad es viable. Tal proceso es algo cotidiano en la mayoría de las unidades académicas. De lo anterior se desprenden algunas conclusiones. El paro general fue ilegal y un fracaso. La prudencia de la rectoría pudo más que la malintencionada operación de los asesores del comité ejecutivo, que sólo generaron conflicto al interior mismo del SPAUAZ. La imposición de decisiones por encima de las delegaciones resulta en insurrecciones contra la información falsa propalada por el comité ejecutivo. Nunca hubo razones para un paro general, y se demostró que la propuesta de “paros donde de verdad haya problemas”, era no sólo viable sino cautelosa. ¿Qué estuvo en juego en este proceso? La posibilidad del proyecto autocrático de los asesores de la Dra. Jenny González Arenas y el riesgo de perder la contratación colectiva por la toma autoritaria de decisiones. Pero hubo algo más. Se vislumbró que los agremiados al sindicato no se arredran ante el comité ejecutivo, no caen fácil en las afirmaciones infundadas y que el SPAUAZ, si tiene futuro, será si acepta la incertidumbre de la democracia. Contrario a lo que creen algunos, no es el CCT lo que une a los agremiados al SPAUAZ, pues la disparidad de prestaciones genera intereses encontrados. Lo que sí une a los agremiados es la normatividad común, denominada “Estatutos”. Abandonarla, como lo hizo el comité ejecutivo el viernes 11 de agosto, sólo lleva al fracaso. Tratar de modificarla de manera unilateral, para imponer el proyecto del Grupo Plural, es otro error que debilitará aún más la ya endeble estructura del sindicato.

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