En el 2006 desarrollamos, desde el ámbito universitario, algunos estudios sobre el fenómeno social que hemos denominado ecomigración, al cual defino como el éxodo de personas motivado por el agotamiento de los elementos naturales necesarios para subsistir. Como resultado del proyecto de investigación: El derecho humano al Agua con número de registro: UAZ-2006-35854, demostramos que existe ecomigración en algunas comunidades de Zacatecas, en donde se ha agotado el agua, circunstancia que agudiza la condición de alta marginación en la que viven, afectando principalmente a niños, niñas, mujeres y personas de la tercera edad, sector de la población que se ha quedado al resguardo de los sitios donde el escaso patrimonio, el hambre y la necesidad, prevalecen; esto genera una nueva modalidad de diáspora que busca satisfactores esenciales para la vida como el agua. Desde mi percepción, se puede vivir sin empleo por un tiempo, sin dinero también, pero sin agua es imposible permanecer en un mismo lugar sin tener este satisfactor fundamental para nuestra vida. Así las cosas, el agotamiento de los recursos hídricos genera una mayor movilidad humana que puede incluso, provocar un alto grado de violencia pues aquel lugar que cuenta con agua, no recibirá bien a un conjunto de personas que demandan de ella para sus necesidades básicas. Así pues, el agotamiento de los recursos hídricos violenta el Derecho Humano al Agua consagrado en el Artículo 4º de la Constitución Política Federal al igual que otras prerrogativas inherentes a éste como la salud, el ambiente y la alimentación. Indudablemente, estaremos siendo testigos de eventos donde la ecomigración se hará presente ante una ausencia de estrategias hídricas como la sucedida en Monterrey, Nuevo León donde los habitantes buscan desesperadamente el vital líquido para sus necesidades humanas básicas. Respecto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, los incipientes avances en torno al propósito 6 denominado Agua Limpia y Saneamiento, se vinculan con los siguientes datos: en todo el planeta, una de cada tres personas no tiene acceso a agua potable salubre y que dos de cada cinco individuos no disponen de una instalación básica destinada para lavarse las manos con agua y jabón y, de acuerdo con la ONU, 673 millones de personas defecan al aire libre. Lo anterior contrasta con las recomendaciones de higiene vinculadas para abatir los incrementos de contagio por la COVID-19, pandemia que nunca se irá y que amenaza con perjudicarnos gravemente si no atendemos simplemente el lavado de manos que, para la Organización Mundial de la Salud, resulta básico para reducir la propagación de patógenos y prevenir enfermedades. Asi las cosas, tenemos que la ecomigración constituye una variante de la movilidad humana que puede afectar a comunidades y pueblos enteros, lo que da muestra clara de la característica de interdependencia de estos Derechos Humanos Fundamentales de tercera generación, que vulneran no solo el interés de una persona sino de un conjunto de individuos que ven restringido el acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible, lo anterior, de conformidad con la aspiración constitucional respecto al tema del agua, siendo que además, el estado debe garantizar este derecho de manera equitativa y sustentable. La ecomigración vulnera pues, intereses colectivos intergeneracionales, ya que las buenas o las malas prácticas o políticas públicas para evitar este fenómeno social, afectarán tanto a las presentes como a las futuras generaciones inebitablemente. La agenda pendiente en esta materia se relaciona con una estrategia regional de actuación ante el agotamiento de los mantos freáticos que en el caso de Zacatecas ya representa más del 50%, por lo que se deben unir esfuerzos, recursos, talentos, voluntades, empresas y comunidades en busca de solucionar el tema de agua, de lo contrario, debemos tener puesta la mira en Canadá por ser unos de los lugares del Mundo en donde más agua existe o esperarnos al deshielo de los polos con la esperanza de que el agua nos alcance, de lo contrario, nuestros índices de pobreza, marginación e incluso de violencia, se agudizarán hasta hacer de nuestro territorio un lugar insostenible para la vida y el desarrollo. Estamos a tiempo de actuar, el agua se encuentra en el planeta en sus diversos estados: sólido, líquido y gaseoso, no se ha ido al universo, sin embargo, hemos contaminado, derrochado y agotado su disposición en los lugares que hemos elegido para vivir, toca ahora, recuperarla, racionalizarla y formar un hermanamiento en torno a ella, por ser un patrimonio esencial para la vida del Ser Humano.
