A propósito de la Constitución de 1825 y los liberales que impulsaron un cambio de régimen, el historiador José Enciso Contreras reflexionó sobre la defensa por los privilegios y los procesos que impulsaron los constituyentes zacatecanos concluyendo que la Carta Magna original “no era perfecta, pero fue un primer paso hacia algo mejor”.
En el tercer día del Coloquio “200 años de un Estado Libre y Federado”, el historiador y jurista abordó en la Sala Sur del Palacio de Gobierno, las limitaciones de los liberales a quienes les “tembló la mano” para enfrentarse al poder clerical y militar, pero también sus esfuerzos por enfrentar la desigualdad.
Sobre Francisco García Salinas, refirió que historiadores de Aguascalientes lo han descrito como un visionario incomprendido. Tata Pachito entendió que no se puede generar riqueza si no se distribuye primero, puntualizó Enciso. Su proyecto de suertes de tierra buscaba otorgar parcelas a los sectores más vulnerables, desafiando directamente el poder económico de los grandes hacendados y el clero. Además, la propuesta de creación de un banco estatal reflejaba su visión ilustrada y fisiocrática.
Al describir el apego del clero por las rentas y propiedades recordó al obispo de Guadalajara -un hombre «muy liberal hasta que le tocaron el bolsillo»-, a las minorías privilegiadas que impulsaron la Guerra de Reforma y a la Corte actual, lanzando la pregunta “¿Cuánto tarda en morir el privilegio?”.
Explicó que la igualdad ante la ley, aunque revolucionaria en su momento, quedo limitada por la permanencia de los fueros eclesiástico y militar.
Hizo paralelismos con otras constituciones: mientras que la estadounidense iniciaba con un “We the People”, la francesa mencionaba al “Ser Supremo” y la de Zacatecas tenía una invocación barroca en nombre de Dios, que es la tercera más extensa entre las 19 constituciones de la época.
Al respecto, subrayó que aún no se establece explícitamente junto con la libertad de culto, el derecho a no tener creencias religiosas, y criticó que aún se gobierne como si la religión católica fuese perpetua, tal como lo planteaba el corpus legal de 1825.
La Constitución de 1825 definió el perfil de la zacatecanidad, integrando a todos los que nazcan “desde Mazapil hasta Aguascalientes, desde Valparaíso hasta San Cosme”, y territorializando al estado al dividirlo en 11 partidos administrativos y 40 municipios, explicó Enciso.
En ese entonces, Zacatecas tendría aproximadamente 300 mil habitantes y costaba realmente poco mantener al Estado, ubicándose el Ayuntamiento en la avenida Hidalgo cerca de los tres poderes estatales. Además, el historiador señaló con añoranza que en ese tiempo los gobernadores eran elegidos por un periodo de cuatro años, mientras que los diputados solo duraban dos.
Por último, señaló que el proyecto constitucional de 1825 no puede entenderse completamente sin las reformas promovidas por García Salinas en 1832.
Concluyó que, aunque la Constitución de 1825 no era perfecta, representó un esfuerzo valioso de una generación de liberales comprometidos con la construcción de un estado moderno. «Nunca terminaremos de agradecer lo suficiente lo que hicieron por esta tierra», afirmó.