Después de que hace una semana la empresa Frisco paralizara las negociaciones con los mineros paristas de El Coronel, este viernes los trabajadores de confianza de dicho corporativo intentaron persuadir a los empleados que mantienen el paro, para que reconocieran el contrato colectivo de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC).
Las órdenes las recibieron de Juan Carlos Flores, gerente general de la unidad minera, según reconoció uno de los encargados de lograr este encargo.
La meta era convencer a los paristas de que con este reconocimiento reanudarían las actividades y nuevamente obtendrían ingresos para sus familias. Sin embargo, no tuvieron éxito, pues los mineros no desistieron en su cometido de continuar con la huelga y evitar así que mengüe su movimiento.
El trabajador de confianza que narró estos hechos, y de quien se guarda el anonimato para evitar represalias en su contra, explicó que la Minera Frisco les envió en brigadas de unas 15 personas cada una, a las comunidades de Maravillas y Buenavista, en Ojocaliente, y a las cabeceras municipales de Noria de Angeles y Loreto. Buscaban abordar a los mineros que, después de su guardia en el paro, se encontraban en sus casas.
Cerca de las 9 horas de ayer, familiares de los paristas alertaron de la presencia e intención de los grupos enviados por la minera. De inmediato, un contingente de huelguistas se movilizó a la comunidad Maravillas para confrontar a los emisarios.
Así, sin agresiones físicas, los trabajadores de confianza fueron cuestionados sobre el motivo de su presencia en el lugar. La revelación: la minera Frisco, propiedad de Carlos Slim, no estaba dispuesta a negociar con ellos directamente, sino que intentaba “rodear” el problema.
Noel Méndez, delegado especial del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMM), liderado por Napoleón Gómez Urrutia, lamentó que la empresa ponga en riesgo a estos trabajadores, pues consideró esta acción como una provocación a su lucha.
“No entendemos cómo los mandan a la boca del lobo, porque ellos también son empleados; este es un aviso, porque si se da otra situación de este tipo ya no vamos a actuar con contemplaciones”, advirtió el minero.
Mientras tanto, y pese a la cerrazón de la empresa, los más de 700 mineros en paro continúan externando su disposición al diálogo para resolver el conflicto que inició el miércoles 29 de mayo, y que a la fecha continúa vigente.
Su reclamo desde el inicio fue el pago de un bono de 80 mil pesos por cada trabajador, puesto que este año sufrieron una reducción en el reparto de utilidades.
No obstante, como lo han manifestado en otras ocasiones, actualmente están dispuestos a negociar esta cifra.