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viernes, 29 marzo, 2024
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La difícil odisea de la pluralidad de los medios de comunicación

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Por: La Jornada Zacatecas •

Decía un famoso filósofo alemán: la verdad está en la totalidad. Lo que significa que hay ‘verdades’ que no ven desde arriba y afuera todo el escenario de los eventos públicos, sino que operan en las posiciones parciales de los actores sociales. Como si hubiera un teatro: a las verdades-posicionales que parten del ángulo de visión e intereses específicos de cada actor se le llama ‘ideología’. Pero la posibilidad de superar el ángulo de la posición específica de cada actor, y ascender a una mirada más completa de todo el escenario (con sus distintas posiciones), puede aproximarnos a la verdad de los acontecimientos sociales. Pues bien, la forma en cómo los ciudadanos se pueden enterar de todas las ‘verdades posicionales’ y con ello, aproximarse a criterios de actuación cercanos a la verdad, es contar con acceso a las versiones de todos los intereses. Porque la ‘verdad política’ no es un efecto de la llamada imparcialidad, sino de la pluralidad. La imparcialidad es una quimera y la pluralidad un objetivo factible. Y lo que no interesa poner de relieve: el acceso a dicha pluralidad se da por los medios de comunicación.

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Pero la existencia de muchos medios no es indicadora de pluralidad. Puede haber muchos periódicos, empresas de radio o canales de televisión, y eso no indica pluralidad; porque esto último es efecto de tres condiciones: (1) que los medios sean la expresión de ciertos y concretos intereses sociales, (2) que los medios sean contrapuestos entre sí, y (3) que todos los ciudadanos tengan acceso a esos medios que se oponen mutuamente. Con las políticas de prensa, radio y televisión en México no se impulsan estas condiciones. Por ejemplo, la sistemática exclusión de las radios comunitarias es la eliminación de voces populares esenciales, desde colectivos específicos que expresan la ideología de las tribus urbanas, hasta las comunidades indígenas. Y los permisos de radios a la ‘sociedad civil’ son disfraces de los mismos grupos empresariales que ya tienen las concesiones privadas actuales. En ese contexto son excluidas instituciones educativas autónomas con libertad de pensamiento. Igualmente, sindicatos independientes y muchos actores sociales diferentes a la hegemonía política vigente. Si evaluamos la pluralidad de medios, nos daremos cuenta de que hay muchos medios, pero con idéntica línea editorial y esquema informativo.

El caso de las redes sociales es esencial en este caso. Una manera en que se han abierto opiniones contra-hegemónicas es justo a través de las redes que operan por la Internet. La cosa es que ahora observamos la manipulación que se hace de la seguridad de la información de las redes para sacar ventajas electorales de las mismas. El internet genera comunicación horizontal y de doble dirección, lo cual da una enorme ventaja para el cultivo de la democracia, pero no se salva de la interferencia de poderes que pretenden imponer sus intereses por encima del principio básico del respeto a la diferencia.

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