El 7 de enero de 2025 el rector de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Dr. Rubén Ibarra Reyes, declaró que la amenaza de huelga es impulsada por grupos políticos que pretenden desestabilizar la universidad (“Rector culpa a grupos políticos de amenaza de huelga” El Sol de Zacatecas, 7/01/2025). Reitera lo anterior el 13 de enero de 2025 y añadió: “hay apertura al diálogo de parte de rectoría, por lo que de seguir con la intención de huelga esto obedecería a razones estrictamente políticas” (“No hay motivos para emplazamiento a huelga” El Sol de Zacatecas, 13/01/2025). ¿Por qué, desde la óptica de rectoría, no hay motivos para la huelga? Porque se cumplieron todos los pasivos de corto plazo. Quedan los adeudos históricos y pasivos de largo plazo. La lógica subyacente a esto radica en que una huelga no puede resolver esos asuntos. Y en esto coinciden los líderes sindicales, pues en la reunión del martes 21 de enero reiteraron, en la Coordinadora de delegaciones, que, por ejemplo, el adeudo con el ISSSTE no se paga con ese procedimiento. En esta reunión la dirigente sindical, Dra. Jenny González Arenas, adujó que, en lo que lleva de negociaciones, la patronal respondió “de manera incompleta y dejo sin resolver varios temas” (“Respuesta del rector a pliego petitorio es incompleta: SPAUAZ” NTR, 21/01/2025). Por supuesto, esa referida incompleción se debe a que las negociaciones no han concluido, y quedan temas pendientes para futuras reuniones, o bien a que las respuestas ofrecidas a los puntos tratados son en sí mismas insuficientes. Si lo son resultan “insatisfactorias”. Pero, ¿son insuficientes las respuestas? ¿hay negativas explicitas para casi todo? Una respuesta a estas cuestiones está en la minuta del día 21 de enero de 2025, donde se específica que hubo sesión de trabajo en el Centro de Conciliación Laboral del Estado de Zacatecas a partir de las 8:30 de la mañana, y se establecen 17 acuerdos Entre estos sólo el punto 8 es directo y fatal: no hay acuerdo, en el resto. Puntos 2, 3 y 4 se posponen hasta la recepción del oficio de política salarial. El punto 1 dice: “Se acepta en los términos propuestos por el SPAUAZ”, y lo mismo en los puntos 5, 7, 9, 11, 17. Si se “acepta en los términos propuestos por el SPAUAZ” entonces esos puntos están “satisfechos”, no pueden sr insatisfactorios, pues de serlo resultaría que el SPAUAZ no está conforme con sus términos. Son, pues, 6 puntos satisfechos a cabalidad. De los puntos 6, 10, 15, 16 queda claro que se establecen fechas para entregar lo que se solicita. Así que hasta tal fecha se podrá saber si cumple o no la rectoría, no son, pues, respuestas incompletas ni insuficientes. Por su parte, en los puntos 12, 13, 14 se hace entrega de información, no completa pues falta, en cada caso, un documento de todo lo que se solicitó. La razón que, según la dirigente, argumenta la rectoría es que no lo tiene. La conclusión es fatal, la dirigente exagera con eso de lanzar un paro porque no hay “respuestas concretas”. Sí las hay, y un 30 % de estas son satisfactorias. ¿Tiene razón el rector y se intentará una “huelga política”? No debe dejarse de notar que el argumento que se ofreció en la Coordinadora de delegaciones del martes 21 no fue la ausencia de respuestas o su insatisfacción, sino la exigencia de hacer públicas las negociaciones entre la UAZ y el SPAUAZ. Lo contradictorio es que esas sesiones son públicas y se pueden descargar de la página correspondiente audios y actas. Ahora bien, ¿para qué es el paro? Es un “paro político”, el primero de varios, pues la “política del desgaste” está en marcha, según las ordenes de Antonio Guzmán y Enrique Viramontes, los líderes de la neoderecha universitaria. Lo malo, desde su punto de vista, es que carecen del “circo mediático” desde donde apuntalar la idea que la rectoría no responde o no tiene disposición. Si se analiza el documento, la rectoría cede y muestra apertura, la negociación avanza y se puede decir que las respuestas al pliego petitorio son claras, completas y satisfactorias en su mayoría. Esto disgusta a esos líderes y a su facción, pues necesitan exhibir, mediante argumentaciones falaces y retóricas, cargadas de emoción, que la rectoría miente, se niega, está cerrada. Y esto sólo se logra, desde su punto de vista, con sesiones en las que los principales “francotiradores” de ese grupo, personajes que manejen datos a conveniencia o elaboren discursos emotivos con llanto, puedan presentarse y hablar con libertad varias horas. Contra lo que aduce la dirigente en la prensa, que el paro es por falta de respuestas, pues las hay y satisfactorias, la auténtica razón del paro es lograr que Enrique Viramontes, Raúl Morones, Alejandro Alvarado, Antonio Guzmán puedan lanzar epítetos infamantes contra la rectoría y contribuir con ello a la confusión general. No hay motivos reales para una huelga, es decir, beneficios que se puedan lograr para la mayoría de los docentes con ese procedimiento. Tampoco parece haber razones para argumentar con éxito esa postura. Por eso ya se van directo a la posición de fuerza, aunque las guardias estén solas y haya clases en algunas escuelas.
El SPAUAZ en su laberinto. Un paro para Enrique.
